UN LEGADO DE BONDAD ETERNA
James Maury Henson, al que todos
llamaban Jim, fue para las marionetas lo que Walt Disney para los dibujos
animados. Ocupándose de los más pequeños y siempre buscando un punto entre la
candidez y la locura, entre una cierta ingenuidad con otra dosis de entretenimiento,
su pasión y la de sus amigos y compañeros de profesión lograron que una cosa
tan alocada como una rana enfundada en una gabardina, sombrero y micrófono
ejerciendo de periodista fuese un icono de varias generaciones para niños de
todo los países del ancho mundo. La Rana Gustavo, la cerdita Peggy, el chistoso
Fozzy y el cascarrabias de Gonzo, junto a otros extraños seres como Epi y Blas,
Coco, Triqui y Elmo, se colaron en cuantos televisores pudieron, como también
en las pantallas del cine, para hacer que los hijos y sus padres olvidasen el
millón de problemas del día a día, abriendo una válvula de escape gracias a la
visión de un hombre que buscaba dibujar un mundo de fantasía, a veces con
resultados en verdad espectaculares (El Cristal Oscuro [co-dirigida con Frank
Oz, 1982], y Dentro del Laberinto [1986]: dos joyas imprescindibles en su
rareza). Un visión capaz de trascender fronteras de idiomas, origen de Barrio
Sésamo [1969] y de Los Teleñecos [1977], por donde pasaron las más grandes
estrellas de renombre. Una forma divulgativa de entender la infancia, de
instruir en vez de atontar, de divertir sin por eso mismo carecer de contenido,
en las antípodas de series posteriores como Bob Esponja [1999] y Dora la
Exploradora [2000] (y opuesta al 1000‰ a inmundicias como Padre de Familia
[1999] y Padre Made in USA [2005]), buscando hacerles personas inteligentes y,
sobre todo, respetuosas consigo mismos, con los demás y con el mundo en el que
vivían. Un legado de bondad eterna sin ser ñoño o cursi, tan genial como ver a
una rana enfundada en una gabardina, sombrero y micrófono ejerciendo de
periodista.
Nº De Serie: NC/TCM/00192. Escrito Por: The Cineman.
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