LA DIRECTRIZ HOOVER
Entre 1929 y 1939, el mundo
entero vivió entre ruinas tras el desplome de la bolsa. Y como escapatoria, el
cine no solo apostaba por comedias románticas y/o musicales al estilo de Fred
Astaire y Ginger Rogers, si no por películas de acción donde tipos duros de la
talla de James Cagney, Edward G. Robinson y
Humphrey Bogart entre otros eran pistoleros y héroes del pueblo
enfrentados a un sistema corrupto, opresivo y/o hostil para con el ciudadano
medio. Ese cine negro produjo grandes títulos para la posteridad, pero también
tuvo una consecuencia inesperada: que J. Edgar Hoover, director del FBI,
montase en cólera debido al miedo que le generaba ver a criminales como Lucky
Luciano, Dutch Schultz o Al Capone
convertidos en una especie de héroes románticos contra la policía y el orden
establecido. Por ello, ordenó a las productoras de cine que cambiasen dicho rol
para que el malo jamás volviese a ser el héroe de la función, de manera que
tampoco fuese una inspiración para los demás. Una directriz que, incluso décadas
después de la muerte del propio Hoover, se cumplió tanto en cine como en TV,
despojando de humanidad a todos los villanos que por allí surgían, hasta que a
finales del siglo XX/principios del XXI se les devolvió la categoría de
“humanos” (aunque sin recuperar aquel status perdido de héroes) permitiendo
mostrar villanos multidimensionales, lejos de ser el simple antagonista del
héroe de turno. De los gángsters de Nueva York y Chicago de los años 30 y 40 a
los psicópatas como Hannibal Lecter o el John Doe de Seven [David Fincher,
1995], la evolución del villano en el cine y la TV es un fascinante viaje por
la psique humana no solo del propio villano, si no de la sociedad en la que
éste aparecía, creando así una galería de terror y asesinato digna de un museo.
Pero, por supuesto, dejando claro que los malos son muy malos y jamás serán
héroes. Ojito, que lo ha dicho Hoover.
Nº De Serie: NC/TCM/00130. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Martes, 2 de agosto de 2016.
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