LA MALDICIÓN DE ATLAS
Cuando los dioses derrocaron a
los Titanes y los condenaron al Tártaro, Zeus exoneró a uno de ellos, Atlas,
ordenándole sostener el cielo para que nunca se cayera sobre los mortales. Y
según el mismo mito, un Perseo que volvía a Grecia tras matar a Medusa habría
transformado a Atlas en piedra a petición de éste último, sabiendo que nunca
sería libre de su tarea (lo que explicaría el origen de la Cordillera del
Himalaya). Desde entonces, muchos han sufrido la maldición de Atlas, sintiendo
llevar todo el peso del mundo a sus espaldas, presas de una situación de la que
sienten que no hay escapatoria. Y si en la música hay ejemplos gráficos como el
de Amy Winehouse, Jimi Hendrix y Kurt Cobain, en el cine también existen
tragedias como la de Heath Ledger, Robin Williams y Philip Seymour Hoffman,
cuyas muertes solo hicieron de causar un profundo dolor en millones de fans que
los idolatraban. Incapaces de asumir su fama como Ledger, arrastrando
depresiones como Williams o un larguísimo historial de adicciones como Hoffman,
su muerte, bien por suicidio preparado o bien por accidente (la de Ledger, por
excesiva mezcla de pastillas), sirven de amargo recordatorio de lo terrible que
la fama puede ser para una persona a la que le cuesta entender la fascinación y
obsesión que genera cada uno de sus movimientos o de sus palabras. Desde
Margaux Hemingway matándose al estilo de su abuelo Ernest, a George Sanders
aburrido del mundo en que vivía quitándose la vida a base de pastillas y Brad
Renfro mediante una sobredosis de heroína, la maldición de Atlas sigue
golpeando con toda su intensidad y su crudeza para recordar que en lo que a
fama se refiere, no todo es por fuerza un camino de rosas, lujo y grandes
riquezas. Porque a veces no son rosas lo que hay en el camino: son dolorosos
zarzales capaces de destruir las ganas de vivir de alguien que siente llevar
todo el peso del mundo a sus espaldas.
Nº De Serie: NC/TCM/00149. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 19 de agosto de 2016.
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