“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Fuerza que se Desvanece

FUERZA QUE SE DESVANECE


 Que un director tenga empuje e impacto en su primer o primeros trabajos no implica a la fuerza que logre mantener ese nivel. Por lo general, suele pasar el efecto contrario, y lo que parece una promesa que va a tocar las estrellas, acaba en una promesa estrellada contra el suelo de la realidad. Mismamente, el caso de los ex hermanos Larry y Andy Wachowski (oficialmente cambiados a ‘Lana y Lilly’ tras sus cambios de sexo) resulta el más llamativo. Después de su extraño debut con Lazos Ardientes [1996], la trilogía Matrix los catapultó a la cumbre del star-system hollywoodiense, solo para caerse estrepitosamente después. Speed Racer [2008] fue un fracaso de taquilla y público, superado y con creces por El Destino de Júpiter [2015], y dejando en tierra de nadie una joya a reivindicar como El Atlas de las Nubes [2012]. Francis Ford Coppola y El Padrino [1972] cambiaron la forma de contar historias, pero el desastre de Corazonada [1982] le pasó tan mala factura como Legítima Defensa [1997], y tres cuartos de lo mismo se puede decir de M. Night Shyamalan, que desde el timo de El Bosque [2004], ha ido encadenando proyectos cada vez más torpes (La Joven del Agua [2006], El Incidente [2008], After Earth [2013]) lanzándose de cabeza al barranco de las promesas rotas. Tal vez por quedar embriagados de su propio éxito, o tal vez porque la idea que se quería transmitir ya había sido enviada, el hecho es que la fuerza de antaño termina disipándose entre humo y niebla, diluida por lo anodino del cine comercial. Una triste evidencia de que a veces el talento solo surge brevemente, para luego desvanecerse. Y si no, que se lo digan a Alex Proyas, quien tocó techo con El Cuervo [1994] y Dark City [1998], solo para sepultarse con Dioses de Egipto [2016], reciclando ideas de sus propias pelis anteriores. Eso es lo que a veces pasa si se pierde el toque mágico: que la gente pasa la vida intentando vivir a costa de él.

 Nº De Serie: NC/TCM/00156. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Miércoles, 24 de agosto de 2016.

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