“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Hóminis Nocturna: El Rey de la Noche

HÓMINIS NOCTURNA: EL REY DE LA NOCHE


 1922 es la fecha clave. Max Shreck y su perturbadora performance como el vampiro Nosferatu dio el pistoletazo de salida para que los reyes de la noche salieran en busca de presas. Nueve años después, Bela Lugosi sería la primera encarnación del conde Drácula, secundado luego por Christopher Lee, Frank Langella, Gary Oldman, Gerard Butler y un largo etc. De los modernillos que brillan como bolas de discoteca si les da el sol como los de la saga Crepúsculo a los ilustrados rockeros como en Solo los Amantes Sobreviven [Jim Jarmusch, 2013], o desde los vampirillos fashion de Blade [Stephen Norrington, 1998] a los despiadados como en Vampiros, de John Carpenter [Carpenter, 1998], los chupasangres han conocido variaciones de toda clase, intentando siempre el adaptarse a cada época para encajar en las expectativas que la gente tenía de ellos (y eso es el único motivo que puede explicar a William Marshall y su Drácula Negro [William Crain, 1972]). Altivo, imponente, sobrenatural y con un poder magnético sobre las mujeres en que ninguna se le resiste (¡chúpate esa, Julio Iglesias!), el vampiro es un seductor y a la vez un homicida que se las apaña para escapar al paso del tiempo. Ridículos como Eddie Murphy en Un Vampiro Suelto en Brooklyn [Wes Craven, 1995] o evocadoras como todas las vampiresas que han dado los años, desde una bellísima Carroll Borland en La Marca del Vampiro [Tod Browning, 1935] a Mónica Bellucci en Drácula, de Bram Stoker [Francis Ford Coppola, 1992], los bebedores de sangre agitan las pulsiones más animales (hasta los neogóticos de la saga Underworld). Porque incluso en formato televisivo, y no han faltado series sobre ello, sigue siendo tan irresistible y perverso como el Tom Cruise de Entrevista con el Vampiro [Neil Jordan, 1994]. Porque simboliza la libertad definitiva: la de escapar al paso del tiempo para vivir por siempre en el reino de las tinieblas.

 Nº De Serie: NC/TCM/00104. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Miércoles, 13 de julio de 2016.

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