LA REDIFINICIÓN DEL ENEMIGO
Del mismo modo que puede hacerse
con Skynet, el antagonista de la saga de Terminator, los villanos de la
franquicia de Star Trek han sido tan numerosos como a la vez interesantes de
analizar, en que cada uno de ellos ha sido una fascinante extrapolación
conforme la sociedad avanzaba: en los 60 cuando la URSS y los soviéticos eran
la gran amenaza, los enemigos en Star Trek [1966] eran los Klingon, una raza
hostil y muy beligerante. A mediados de los 80, con la informática dando sus
primeros pasos, en Star Trek: La Nueva Generación [1987] los Borg, una raza que
fusionaba sus cuerpos con alta tecnología para crear un colectivo con una sola
mente colmena, tomaron el relevo. En los 90, con la guerra en los países del
este activa, los Cardasianos (una raza brutal en el obsesivo control de su
población, como los dictadores de esos países) eran los malvados en Star Trek:
Espacio Profundo Nueve [1993]. Y si en Star Trek: Voyager [1995] eran variados
y de forma esporádica, en Star Trek: Enterprise [2001], los Sulibanes hacían de
las suyas (una raza automodificada mediante ingeniería genética, precisamente
poco después de la famosa oveja clonada Dolly, con dicha ciencia en sus
albores). De esa manera, cada serie cogió el gran recelo de cada época de su
creación y lo hizo suyo, mostrando su faceta más aterradora como un espejo en
donde reflejar la angustia de una sociedad en permanente estado de cambio.
Porque, precisamente en una sociedad tan paranoica como la estadounidense,
obsesionada por completo con la idea de un enemigo que les acecha desde las
sombras, éste aprovecha dichas sombras para cambiar de cara, de aspecto y de
origen, pero ser siempre el mismo: la encarnación de lo peor de nosotros como
individuos y como especie, el ángel aniquilador que intenta acabar con la raza
humana. Porque la mejor forma de alcanzar la luz es derrotando a la oscuridad.
Por mucho que cambie de cara.
Nº De Serie: NC/TCM/00152. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Domingo, 21 de agosto de 2016.
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