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Una niña que se muda con sus
padres a otra ciudad. Un viaje en el tiempo. Y un terremoto con capacidad de
arrasar todo a su paso. Y todo ello sucede en la misma urbe: San Francisco.
Porque 2015 fue el año de la ciudad del Golden Gate gracias a Inside Out (Del
Revés) [Pete Docter y Ronaldo Del Carmen], a Terminator: Génesis [Alan Taylor]
y, como no, a San Andrés [Brad Peyton]. Un ejemplo, bastante directo, del
acuerdo tácito entre el cine y las ciudades en donde se desarrollan sus
historias, en que unos se benefician de los otros: el director rueda la
película, y a cambio promociona la ciudad mediante varias series de
mini-escenas y/o panorámicas en que se ve la ciudad y sus múltiples rincones.
Por supuesto, lo mismo sucede cada vez que una película se rueda en Tokio,
Londres, Sydney...De esa manera, y a precio de una mísera entrada de cine, el
mundo entero se asoma a través de una pantalla, permitiendo ver con toda
nitidez los barrios y los edificios más emblemáticos de cada rincón del
planeta. Si bien Google Earth ha superado al cine y con creces en dicha
materia, la falta de vida en sus mapas, de ver coches y gente en movimiento,
hace que la experiencia resulte muy instructiva pero poco edificante. Ya sea el
Golden Gate que el Coliseo Romano, el Empire State o las Torres Petronas de
Kuala Lumpur, no existe atracción turística ni edificio emblemático que se
resista a presumir ante una película, dejando su aportación para servir (o no)
al argumento principal, permitiendo dar constancia de su existencia así como de
usarse como un reclamo para futuros visitantes que decidan traspasar la
pantalla y verlo in situ. Porque si Google Earth no supera al cine en cuanto a
vitalidad, el cine no supera la experiencia real de estar allí para verlo.
Claro que, para eso, hace falta que quien no lo conozca de antemano bien lo vea
en una película. Y todo ello, al precio de una mísera entrada de cine.
Nº De Serie: NC/TCM/00157. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Jueves, 25 de agosto de 2016.
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