AUTOMARGINALIDAD: EL PEOR DE LOS ERRORES
En 1977, en USA se estrenaba La
Guerra de las Galaxias. Y en España, Estoy Hecho un Chaval. Y en 1993, cuando
se estrenaba Parqué Jurásico, en España se estrenaba La Lola se va a los
Puertos. Dos sencillos ejemplos de la enorme diferencia entre el cine patrio y
el cine americano que ponen de relieve, para mal, la marginalidad autoimpuesta
que sufrió España durante varias décadas. Desde la obsesión por enseñar mujeres
desnudas en el Cine de Destape hasta la otra obsesión que era recrear los años
de la Guerra Civil o de la posguerra, una como otra limitaron (y mucho) la
oferta creativa del cine español, lo que a la postre solo valió para ganarse el
desprecio por parte de un amplio sector de los espectadores, que rechazaban
todo cuanto olía a “hecho en casa” por intuir lo que la película podría
ofrecer. Filmes como Belle Epoque [Fernando Trueba, 1992], La Vaquilla [Luis
García Berlanga, 1985], La Muchacha de las Bragas de Oro [Vicente Aranda, 1980]
o Bacanal en Directo [Miguel Madrid, 1979], con indiferencia de su éxito en
taquilla o público, seguían ejerciendo como pesadas cadenas de fantasma que
impedían al cine explorar otras vías, aunque había algún que otro intento como
en ¿Quién Puede Matar a un Niño? [Chicho Ibáñez Serrador, 1976] o la trilogía
de Sebastián D’Arbó Viaje al Más Allá, El Ser y Más allá de la Muerte [1980,
1982 y 1986, respectivamente]. Con una total ausencia de ciencia ficción y
fantástico (descontando ese horrendo fiasco llamado El Caballero del Dragón
[Fernando Colomo, 1985]), y apenas despuntando en pelis de intriga como en El
Crack [Jose Luis Garci, 1981], no fue hasta los 90 que el cine español pudo
sacudirse de aquellos fantasmas de destapes y guerras civiles para dar algo
diferente, como Historias del Kronen [Montxo Armendáriz, 1995] y Tesis
[Alejandro Amenábar, 1996]. Porque uno de los peores errores que se pueden
cometer es marginarse a si mismo.
Nº De Serie: NC/TCM/00140. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 5 de agosto de 2016.
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