GRANDES ESPACIOS ABIERTOS FUTURISTAS
Aunque no lo parece, hay una
conexión oculta entre La Vida Futura [William Cameron Menzies, 1936] y La Fuga
de Logan [Michael Anderson, 1976]. En la primera, reflejando la mentalidad de
la época y la concepción que se tenía de lo que sería el futuro, muestra un año
2036 con gigantescas estructuras y una alta tecnología, pero también con
grandes espacios abiertos que dejan admirar el esplendor de dichas
construcciones, donde los habitantes pueden congregarse en masa. Y, haciendo un
secreto homenaje a dicho concepto, la película de Anderson recrea ese diseño,
mostrando un año 2274 en el que la humanidad vive en un mundo de alta
tecnología en casas y edificios pero cuyo exterior son enormes edificios y
jardines con esos mismos espacios abiertos para recrearse en el esplendor de
una vida en teoría perfecta. Una idea que fue sembrada en films como Metrópolis
[Fritz Lang, 1927] y también recogida en imágenes como muchas portadas de la
revista Amazing Stories [1926], en las que el futuro, fruto del optimismo de los
Locos Años 20, se convirtió en la esperanza idealizada en los años 30, en los
años de la Gran Depresión. Porque años y años antes de futuros menos
espléndidos como el visto en THX 1138 [George Lucas, 1971], Blade Runner
[Ridley Scott, 1982] o Terminator [James Cameron, 1984], la concepción humana
sentía que los futuros no solo eran la utopía y cumbre de civilización humana,
si no que todos ellos eran limpios y provistos de una tecnología que estaba
diseñada para ser complemento de un paisaje igualmente limpio y saneado, libre
de contaminaciones pasadas. Una futura sociedad que estaba a muchísima
distancia de Internet y de cualquier atisbo de tecnología móvil donde, en su
inocencia, al fin los odios y racismos del pasado se habían desterrado. Donde
el futuro era el brillo y esplendor de ver un mundo mejor desde grandes
espacios abiertos donde congregarse.
Nº De Serie: NC/TCM/00685. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Lunes, 9 de octubre de 2017.
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