MIRANDO CON MALOS OJOS
Hasta la escena más sencilla y
en apariencia graciosa, si se la mira con malos ojos, puede adquirir tintes y
matices más siniestros, en especial cuando un espectador se deja llevar por los
prejuicios o las ganas de buscar lo subliminal donde no lo hay. Y un ejemplo de
ello, tan bueno como cualquier otro, puede hallarse en Fast & Furious 6
[Justin Lin, 2013]: el agente Luke Hobbs, ante la puya de un agente de la
Interpol que le llama “Capitán América” en broma, le da uno de esos apretones
de manos sumamente dolorosos mientras teoriza sobre si alguno de ellos pudo
ayudar a Owen Shaw a cometer un atentado. En esencia, Hobbs solamente se toma
la revancha, mientras una divertida Riley Hicks mira la escena sonriendo sin
decir palabra. Pero si uno la ve con malos ojos sociales, la escena cambia, y
lo que se ve es a la juventud, rebosante de poder, energía y músculos,
diciéndole a una vejez muy baja de forma, fofa y poco atlética, que se atenga a
las consecuencias de meterse con ella. Si se la observa con malos ojos oficiales,
se ve a un agente del Servicio de Seguridad Diplomático marcando su terreno
frente a un simple policía de oficina. Y si se la mira con malos ojos
políticos, lo que se ve es a Estados Unidos cantándole las cuarenta a Reino
Unido para decirle que no es buena idea que se metan con ellos ni siquiera en
broma, sobretodo cuando son quienes tienen la sartén por el mango. Y es que,
como forma de arte totalmente subjetiva igual que la pintura o la escultura, la
película depende totalmente de quien la vea y de la forma en que la vea.
Parafraseando al prota de Ojos que te Acechan [Stephan Elliott, 1999], quien
decía que «La belleza está en el ojo del mira», una peli está en los ojos del
espectador y de su capacidad no tanto para quedarse con lo evidente, si no para
rebuscar entre las diversas capas y encontrar lo que no todos ven. Aunque a
veces para eso haga falta mirar con malos ojos.
Nº De Serie: NC/TCM/00644. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Jueves, 31 de agosto de 2017.
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