MITOLOGÍA ASTURIANA
(El contenido de este artículo es una réplica, 100%, del
correspondiente artículo de Wikipedia, que se publica aquí con motivo del Día de Asturias)
Mitología asturiana es el conjunto de tradiciones fantásticas y
leyendas populares del folclore del Principado de Asturias (comunidad autónoma
española situada en el noroeste del país que limita al norte con el Mar
Cantábrico, al sur con Castilla y León, al este con Cantabria y al oeste con
Galicia). Dicho conjunto enlaza con otras mitologías de la cornisa cantábrica
así como con algunas supersticiones y leyendas europeas, aunque también ha
desarrollado sus propias especificidades y localismos que enlazan tanto con el
entorno agreste y rural de los numerosos pueblos y aldeas astures como con el
Bable, el dialecto autóctono que se habla (con variaciones, según la zona) en
toda Asturias.
Es posible que las creencias folclóricas asturianas, como las de toda
Europa, se encuentren vinculadas de algún modo a las religiones paganas de los
pueblos precristianos (astures), las cuales habrían sido más o menos asimiladas
y transformadas sincréticamente por el cristianismo. Por desgracia resulta
difícil, si no imposible, aseverar nada claro al respecto: la frontera que
separa la realidad etnológica seria del mito romántico decimonónico es
extremadamente tenue, en parte por la tradición oral con que se propagaban
dichos mitos y leyendas. La gravísima situación de analfabetismo que padeció el
país a lo largo de muchos siglos de su historia y que se notaba especialmente
en la clase obrera (campesinos, marineros, mineros, etc.), provocó que estas
tradiciones orales fueran dejando un escaso rastro de documentos históricos
escritos al paso de las eras, ya que debido a la sociedad de clases existente
en dichas épocas leer y escribir era un privilegio reservado de forma exclusiva
a la nobleza y al clero. Una realidad que perduró hasta bien entrado el siglo
XIX, cuando durante el reinado de Isabel II, y para poner fin a centurias de
atraso e incultura, se promulga en toda España la Ley Moyano para la educación obligatoria
de los niños y la creación de escuelas, permitiendo así a la clase obrera el
acceso a la lectura y la escritura (así como el aprendizaje de materias como
matemáticas e historia, entre otras).
DIOSES
Al igual que otras culturas preindoeuropees, los astures, los primeros
pobladores de lo que siglos después sería el Principado de Asturias, tenían
como dioses protectores a las fuerzas de la naturaleza. Gracias a las
referencias del historiador y geógrafo griego Estrabón (en griego antiguo,
Στράβων; Amasia, Ponto, ☆64-63 a .C./†19-24 d.C.) se sabe que adoraban a la
Luna como a una diosa básica de lo espiritual y de la fertilidad, lo que afirma que eran matriarcales
o que aún estaban en proceso de patriarcalización.
Se conocen algunas divinidades por la toponimia y por la documentación
romana y medieval que ha logrado sobrevivir, permitiendo conocer una buena
parte de su panteón de deidades sobrenaturales, si bien el origen de algunas de
ellas es incierto, siendo fácilmente identificables con dioses de otras
mitologías de los antiguos celtas del norte de Europa, como la mitología
griega, la gala y la mitología irlandesa, tal vez mediante procesos de
migración que llevasen a griegos, galos e irlandeses hasta Asturias, llevándose
hasta allí sus mitos para adoptar nuevas formas. Algunas de las divinidades que
se saben eran adoradas por los asturianos primigenios son:
Aernus
Posiblemente el dios más
importante de los Zoelas, una tribu prerromana que habitaba en las sierras de
Nogueira, Sanabria y La Culebra hasta los montes de Mogadouro y Santa Comba (en
el norte de España y Portugal).
Aramo
Un protector de las encrucijadas
de los caminos, se le recuerda en el monte Aramo, llamado en su honor (sagrado
por antonomasia para los astures, situado entre los concejos de Morcín, Riosa y
Quirós), en donde hay una importante necrópolis dolménica y por lo tanto ya era
un lugar sagrado antes de la época castreña en la Edad de Bronce. Su nombre
significa “cruce de caminos” o “bifurcación”.
Árboles
Sagrados
Siendo una cultura profundamente
enraizada con la tierra y los elementos, y pese a no ser deidades en un sentido
estrictamente antropomórfico como Zeus u Odín, los celtas (y por ende los
astures primigenios) desarrollaron una cultura entera entorno a los árboles
sagrados, que jugaron un papel fundamental en los funerales. Siendo también
considerados como símbolo de inmortalidad debido a su enorme longevidad, se
venera especialmente a un árbol por encima de todos los demás (como por ejemplo
el carbayu), y que con el tiempo se convierte en un emblema de la propia
Asturias: el texu, del que se creía que sus enormes raíces se encargaban de proteger
a los muertos en el Más Allá, convirtiendo los sitios donde se encontraban los
texus en lugares sagrados para los astures. Posteriormente el Catolicismo
medieval introdujo a los texus dentro de su propia cultura, edificando las
iglesias y capillas en los distintos pueblos y aldeas al lado de éstos, como
símbolo de unión con la tierra y de la resurrección en el Juicio Final. Uno de
estos texus se encuentra en el pueblo de Bermiego (concejo de Quirós), conocido
precisamente como Tejo de Bermiego y considerado uno de los más longevos de
Europa con una edad estimada de unos 2000 años. Otros árboles adorados en
épocas remotas eran: haya, abedul, fresno, encina, avellano, sauce, olivo,
nogal, saúco, manzano, abeto, acebo, avellano y castaño.
Bandua
También llamado Bandis, es un
dios cuya misión era servir como garantía o aval en los pactos. Además de los
astures, es una deidad común a los lusitanos y los galaicos.
Belenos
Identificado por historiadores
de la Antigüedad con el Apolo de la mitología griega (el Febo de la mitología
romana), la figura de Belenos se asocia a la luz, el sol y el fuego. Se le
honraba para que conservara el fuego del hogar con una fiesta característica de
los pueblos agrícolas y pastoriles al inicio de la época de siembra y del
ascenso del ganado a los puertos de montaña. Actualmente se le recuerda en
lugares como Beleño, Belén de Ponga o Beloño de Gijón entre otros. Belenos o
Belenus es también un dios en la mitología celta. Así mismo, el grupo de folk
asturiano Beleño y el equipo avilesino de rugby Belenos RC son llamados en su
honor. Su nombre es frecuentemente mencionado, junto a Tutatis, en el cómic
Astérix el galo de Goscinny y Uderzo.
Bodus
Dios guerrero, su nombre se
traduce como “victoria”. Equivalente a la diosa Nike en la mitología griega.
Brixit
Diosa de la curación, de las
artes y del hogar, su origen podría estar en la mezcla de Hestia, diosa del
hogar en la mitología griega, y de Higia (también llamada Higea o Higeia),
diosa de la sanación e hija del dios Asclepio (Esculapio).
Candamo
También llamado Cernunos o
Cernunnos. Dios de la vegetación y de las fuentes, del que toma su nombre un
concejo asturiano. Aún existe en el concejo de León, en el parque natural de La
Candamia, una copia de la fuente dejada a Iove Candamus (Júpiter Candamu) por
los romanos en señal de sincretismo. En las escasas representaciones que se
encuentran de este dios aparece con cuernos en la cabeza, portando un torque de
oro en una mano, simbolizando el poder y riqueza, y en la otra una serpiente
que representa la abundancia y la fertilidad. Los pueblos de Cermoño (uno
ubicado en Salas y el otro en la parroquia de Coro (Villaviciosa), son llamados
en honor a él.
Cosso
También llamado Cosus,
Cossuenidoiedius y Cossuesegidiaecus. Vinculado al adjunto de las aguas y
comparado al Tutatis es la mitología gala y el Ares de la mitología griega
(Marte en la mitología romana), era el dios de la guerra y protector en la
batalla como del castro, y que dio nombre a localidades como Caso y Caxous en Valdés
o a Campo de Caso. Es otra deidad común a los lusitanos y los galaicos, siendo
llamado Segidiaecus en la mitología celta.
Deidades
menores
Comparables a las ninfas y a los
faunos de la mitología griega, dentro de los mitos asturianos había una pléyade
de genios o dioses menores que, con el paso de los siglos, se convirtieron en
una cohorte de mitos y leyendas que conformaron los mitos asturianos en su
forma definitiva, pasando a la religiosidad de la cultura asturiana en formas
de xanas y trasgus, etc (ver más abajo en “Seres mitológicos”).
Dea
Astúrica
Diosa de la soberanía, y
personificación de la nación de los astures durante el período romano.
Deganta
También llamada Degantae. Diosa
de las aguas.
Deis
Equeunum
Dioses “equinos”, pudiera ser una
equivalencia de los centauros de la mitología griega y tal vez protectores de
los asturcones, una raza de caballo típicamente asturiana.
Deva
Diosa del agua y de la
feminidad, de ella le toman el nombre la montaña Deva y el río Deva, siendo muy
importante para los astures ya que el líquido elemento aporta pureza, riega los
campos y da de beber a los animales y personas, contribuye en definitiva a lo
que era la vida en la tribu. En Asturias existen numerosos manantiales y ríos
con este nombre, uno de ellos localizado precisamente a los pies de La Santina,
en el Santuario de Covadonga.
Epona
Diosa de los caballos, aparece
también en la mitología celta.
Glan
Diosa de la pureza. Su origen
podría estar en Glaur, una diosa de la mitología nórdica (madre de Máni, dios
de la luna, y de Sól, diosa del sol) cuyo nombre significa “brillo” y que sería
la base de la raíz “glor” (gloria), que significa “oro” (oro puro).
Lug
Al parecer, un dios relacionado
con las poblaciones celtas del centro y occidente de Asturias. Topónimos como
el de Lugones o Lugo de Llanera, cerca de Oviedo, amparan la existencia de este
protector, de gran importancia en la mitología celta.
Navia
Diosa de la ría que lleva su
nombre, un concejo asturiano también es llamado igual que ella. Al igual que
Cosso y Bandua, es común a los lusitanos y los galaicos.
Nimmedo
Aseddiago
Una posible deidad local
asociada al bosque anexo al pueblo de Mieres, del que apenas se tiene más
información. Al traducirse su nombre como “ir al bosque sagrado”, pudiera
tratarse de la ruta del Camino de Santiago entre Oviedo y León, que atraviesa
el concejo de Mieres en su recorrido.
Reue
Dios del cielo vinculado a los
ríos y a fenómenos atmosféricos como la lluvia o las ventiscas, relacionado
también con las montañas. Al igual que Cosso, Bandua y Navia, es común a los
lusitanos y los galaicos.
Segono
Culebra con cabeza de castrón,
cuyo nombre es parecido a la localidad de Següenco en Cangas de Onís, situado
en el oriente de Asturias donde habitan múltiples leyendas de serpientes aladas
que podrían tener su origen en este dios antiguo. Este ser pudo evolucionar en
el actual cuélebre de la mitología asturiana. Cerca del mirador de Següencu
está el pueblo de Onao, en Cangas de Onís, en el que se contaba una historia
sobre un cuélebre que, cuando salía de la cueva donde habitaba, cubría los
cuatro picos del valle, ensombreciendo el día.
Taranis
Dios del trueno, la luz y el
cielo, representa el ruido, la destrucción y la fuerza sobrenatural de las
tormentas. Probablemente tengan relación con esta deidad algunos topónimos como
Taranes (Ponga), Tarañu (Cangas de Onís), Tarna (Caso) y Taraña (Laviana y
Siero). Aparece también en la mitología celta.
Telenón
También llamado Tilenus. Dios de
la fuerza, el brillo y la lucha. Vivía, según creencias astures, en el monte
Teleno, ubicado en La Maragatería, en Castilla y León. Se le consideraba
también protector de la agricultura y la economía.
Vagodonnaego
Posiblemente una deidad de
carácter infernal o del inframundo, habida cuenta la partícula “donn” en su
nombre, que significa “el oscuro” (Donn es un dios de la mitología celta, cuya
morada está en un lugar donde van a parar todos los muertos). Dado que la
etimología completa de su nombre sería traducida como “yo, el vacío oscuro”
(Lat. vago, “vacío”; donn, “el oscuro”; y aego/ego, “yo”),
pudiera tratarse del dios de la oscuridad o de los muertos, equivalente al
Hades de la mitología griega. Su pronunciación sería algo así como “vagodónego”.
En una versión alternativa del mito (sin pruebas concluyentes) sería un dios
agrícola o de la agricultura, mientras que en otra sería la personificación del
río Órbigo, antiguamente parte del reino de Asturias (actualmente perteneciente
a Castilla y León).
Vieya
Llamada La Vieya a secas (La
Vieja, en español), se trata de una mujer enorme que puede cambiar de aspecto a
voluntad, apareciéndose joven o anciana pudiendo cambiar también de tamaño de
gigante a humano, a veces montada a caballo (portando a un niño en brazos), y
que encarna todos los poderes de la naturaleza, lo que la convierte en una
versión asturiana de la Madre Tierra. Capaz de controlar el clima y los
elementos a su antojo, así como de proveer que el ganado y las cosechas sean
abundantes o escasas mediante hambrunas y/o enfermedades, en tiempos antiguos
se consagraban a ella fuentes, rocas grandes y llamativas, cuevas y las altas
cumbres de montes y picos. Posteriores revisiones por parte del Imperio Romano
le dieron atribuciones propias de Las Parcas, llevando siempre un huso de
hilandera en una mano (o una rueca), con el que teje y corta las vidas de los
mortales, llegando a tener presencia en algunas festividades como por ejemplo
en La Quema de la Vieya en Avilés (que cerraba el Antroxu o Carnaval, anulada
en 2009 después de más de 20 años en activo en favor de La Quema de la Sardina,
por controversias sobre posible sexismo). Considerada señora del invierno, el
origen de su mito se encontraría en la diosa galesa Brígida, la romana Diana
(la Artemisa griega) y en la celta Epona entre otras, cuya personalidad dual la
hace bondadosa o maléfica a capricho, en función de la persona con la que
trate. El arco iris recibe el apodo de arcu de la vieya.
Vindonius
También llamado Vindonius el
blanco. Figura de gran poder, la propia cordillera cantábrica era conocida
tiempo atrás como el Mons Vindius, siempre blanca con sus nieves perpetuas, por
lo que Vindonius podría tratarse de un dios del invierno o de la nieve.
Vosegus
Dios de la flora y fauna
asturiana, así como protector y guardián de la misma. En su nombre se
encontraría la raíz del posterior Busgosu, uno de los seres mitológicos más
populares de los bosques asturianos.
Seres mitológicos
Nacidos en origen como deidades menores dentro de los dioses de los
primeros astures como Aramo, Navia, etc., los seres mitológicos fueron ganando
importancia en la vida de los asturianos con el paso de los siglos, desplazando
eventualmente a sus parientes los dioses mayores para convertirse en el
epicentro de las creencias de los naturales del Principado a lo largo de la
Edad Media, transmitidas a través de la tradición oral de padres a hijos
(debido a la incapacidad tanto de leer como de escribir de pueblerinos y
aldeanos), o de cuentacuentos y trovadores que iban de un sitio a otro para
mantener intactas con sus cantos y fábulas las tradiciones de sus antepasados,
pese a la amenaza de la Inquisición, que combatía con puños de acero cualquier
rastro de paganismo y todo lo que no tuviese que ver con Jesús de Nazaret y la
fe católica. Debido a su estrecha vinculación con la muerte, igual de profunda
aunque quizá no tan conocida como la existente en Galicia, muchos de los mitos
astures están relacionados con el mundo de los muertos y el Más Allá, en tanto
otros se asocian a la naturaleza y sus peligros (acercarse demasiado a los
acantilados durante fuertes oleajes, perderse en parajes agrestes como bosques
y montes, no salir de casa por la noche, etc.), usándose a modo de prevención
para evitar desapariciones y/o muertes prematuras (especialmente de niños
pequeños), formando un arraigado puzzle de creencias dispares a lo largo de los
siglos, que se mantuvo en Asturias gracias a su única situación geográfica con
respecto al resto de España (siendo este elemento lo que permitió a los asturianos
mantener intactas esas creencias y preservarlas generación tras generación).
Dichas creencias se vieron amenazadas por la revolución industrial, el
mecanicismo y el racionalismo, que llevaron a desterrar el pensamiento mágico,
especialmente durante las décadas 50 y 60 del siglo XX, en los años más duros
del Franquismo, debido a la migración de los jóvenes de los pueblos a las
grandes ciudades, generando de ese modo el consiguiente abandono de las
antiguas costumbres y creencias que habían sido transmitidas durante
incontables generaciones. Posteriormente, la llegada a España de La Transición
en los años 70 tras la muerte del General Franco y el fin del Régimen
Franquista (tanto o más intolerante con cualquier creencia pagana que la
Inquisición medieval), que alentó el regreso de la democracia al país tras 40
años, permitió que diversos escritores e historiadores lograsen rescatar del
cuasi-olvido en el que se encontraban dichas leyendas y mitos, recuperando de
esa forma su identidad histórica y evitando la desaparición en la que estaban a
punto de caer. Debido a la afluencia de pueblos y aldeas que forman lo que es
el conjunto territorial del Principado (alrededor de 800, diseminados a lo
largo de sus 78 concejos) y a su particular orografía, que puede aislar estos
lugares entre si tanto por distancias considerables como por su ubicación
geográfica, algunos personajes eran de carácter local, limitando su existencia
mitológica y credo a un concejo, varias aldeas o incluso a una sola, en tanto
que otros se hicieron conocidos en varios concejos, o bien llegando a un nivel
genérico y popular a lo largo y ancho de toda la región asturiana, aunque
dependiendo del concejo y la zona su nombre puede variar ligera o notablemente
debido a los matices lingüísticos del oriente, centro u occidente del
Principado. Los seres mitológicos asturianos que han perdurado hasta nuestros
días son los siguientes:
Adivías
Parecidas a las brujas o los
magos negros pero sin la maldad de estos, las adivías son vecinos y vecinas del
pueblo que poseen mediumnidad y ciertas capacidades extrasensoriales, como por
ejemplo ver a los muertos y hablar con ellos, además de facultades
premonitorias para anticipar qué personas del pueblo estaban a punto de morir,
además de ser capaces de ver a la Güestía. Tienen por cometido transmitir
mensajes de los fallecidos a sus parientes vivos para que cumplan alguna
voluntad o promesa que no llegó a hacerse con intención de que el espíritu del
muerto descanse en paz, so pena de sufrir desgracias en caso de no hacerlo. El
don de estos médiums, hombres y mujeres por igual que ejercen como una especie
de cuidadores de los muertos y de los ritos de paso al Más Allá, es conocido
como “Calderín”, que puede adquirirse al haber nacido en Jueves Santo o que en
su bautizo se utilice una estola negra en vez de blanca (usada para las misas
durante la Semana Santa). Debido a sus dones, estos médiums adivías (forma
bable de “adivina”), suelen vivir solos y al margen del pueblo, ya que sus
poderes les condenan a la marginación social por el intenso miedo y pánico que
causan entre sus vecinos. El equivalente masculino es adivío, aunque también se
les dice “calderines” indistintamente. Conocidos a lo largo y ancho de la
geografía astur como por ejemplo en Villayón, algunos han ganado una amplia
notoriedad, como Generosa “La Canosa” en Las Vallinas (Castrillón), El Oscuro
Nolán en Puerto de Vega, Ramonzón de Rufabar (forma bable de Riofabar, Piloña),
Paxarón de Fuentes (en Naraval, Tineo), Josenón d’Arnao (Castrillón), Xuan
Samboldro (en Serín, Gijón) y Consuelo de Aldín (en Barcia, Valdés), siendo
Amparo López “La Bruxa de Brañavara” (en La Ronda, Boal) la última adivía
conocida, una vez las antiguas costumbres y tradiciones rurales de los pueblos
(como velar a los muertos en las propias casas familiares) fueron abandonadas
entre los años 50 y 60 del siglo XX, no teniéndose nuevas noticias de ellos
posteriormente.
Agoiro
También llamado Agoiru, es un
ser que asusta a los niños en Tineo, especialmente en las zonas de los “Xaldos”
(que es como se define a los no-Vaqueiros de Alzada, aldeanos y vecinos que
están alejados de las brañas), para hacer que los niños se fuesen pronto a
dormir. Según la tradición, este ser tendría la capacidad de “agoirar”, que es
la habilidad de predecir el futuro inmediato que está a punto de suceder. En
Navia y Villayón la palabra se ha convertido en sinónimo de persona pesada,
mientras que en Boal es un presagio de mala suerte, así como una expresión de
antipatía, desdén o de mala fe.
Anguleru
Personaje mágico tradicional de
la época navideña. Surgió en 2008 por la Asociación de Vecinos Garabuxada de
San Juan de la Arena (pueblecito perteneciente al concejo de Soto del Barco,
situado en la desembocadura del río Nalón y enfrente a otro pueblo, San Esteban
de Pravia), ganando rápidamente popularidad en toda Asturias. Fue creado para
recuperar tradiciones perdidas pesqueras del pueblo en forma de cuentos
(primero escritos en bable y en 2010 pasados a español) por las escritoras
Paloma y Carmen Fernández, con ilustraciones de Christian Bartsch. El Anguleru
viste un traje amarillo impermeable propio de los pescadores, ataviado con un
gorro negro, rizada y frondosa barba como la de Papá Noel pero de color
castaño, botas de agua verdes, un candil en la mano y un truel o salabre de
grandes dimensiones. Según su imaginario popular, vive todo el año en el Mar de
los Sargazos cuidando de la fauna marina, así como del medio ambiente. Llega al
pueblo por mar subido en su chalana, la Angulina, siempre en Nochebuena, siendo
recibido por una cabalgata y aprovechando su visita para pescar angula,
venderla en el mercado y de paso hacer regalos a los niños del pueblo, a
condición de que hayan cumplido dos requisitos: ser buenos y haber trabajado
mucho. Después recorre todos los ríos, lagos y lugares con agua para después
visitar los hogares asturianos. Para ayudarle en su viaje, los niños le dejan
un gorro con comida y bebida en el Árbol de Navidad. El Anguleru cuenta con
unos ayudantes igualmente mágicos llamados “Llendadores del Ríu” (limitadores
del río), también llamados “Agabitadores del Anguleru”, que se encargan de
recoger las cartas de los niños con sus peticiones, repartiendo junto a él los
regalos la noche de Nochebuena. También cuidan de los cauces de los ríos para proteger
el medio ambiente asturiano, así como de su repoblación de peces. A diferencia
del Anguleru, los Llendadores visten de impermeable verde oscuro con botas
negras, y su barba suele ser pelirroja. Las mujeres Llendadoras visten
pantalones, chaleco y jerseys, también de verde, y llevan un típico pañuelo
asturiano a juego cubriendo su cabeza.
Aparato
Ánima o alma en pena que se
dedica a espantar a quien se cruza en su camino, que ronda por la zona de
Huerces (Gijón).
Aparecidos
Se trata de almas en pena de
personas ya fallecidas que dejaron algún asunto pendiente o tarea por terminar,
y que se manifiestan o “aparecen” con intención de terminar para así partir
hacia el Más Allá. Suelen ser vistos por sus allegados (amigos o familiares),
para que éstos les ayuden en su misión de concluir sus asuntos terrenales,
molestándoles o importunándoles hasta que por fin logran su propósito. Aunque
normalmente se aparecen con forma humana, también pueden adoptar formas
animales de todo tipo. Si bien por regla general tiene por cometido aparecerse
para que los vivos les ayuden en sus peticiones o que recen en misa para
acortar su estancia en el purgatorio, pueden ser también portadores de buenas
noticias o llevar mensajes de fortuna y prosperidad, a condición de que el vivo
cumpla fielmente las indicaciones del aparecido.
Ayalga
Llamadas también ayalgues,
atalayas o fayalgas. Son los tesoros enterrados bajo tierra, puesto que no hay
pueblo, aldea o villa en donde no se halle una leyenda sobre estas riquezas
ocultas. Suelen estar habitadas por una mujer mortal llamada igualmente ayalga
(o cualquiera de sus apodos), que también reciben los mismos nombres
indistintamente, que sufre un hechizo o maldición y es condenada a vivir en
cuevas y simas llenas de tesoros, custodiadas por los cuélebres. El hechizo con
el que se ve condenada le confiere también ciertos poderes sobrenaturales, como
la facultad de entenderse con los animales y las plantas. Debido a su situación
de cautiverio, suelen tener una expresión de una enorme tristeza o penar,
entonando melancólicas canciones en tanto el cuélebre no pierde detalle de sus
movimientos. Para romper el hechizo un hombre debe matar al cuélebre que la
custodia. En la Noche de San Juan pueden atraer a los hombres con luces azules
que brotan en las entradas de las cuevas donde habitan, puesto que si un humano
logra tocarla con una rama de sauce se romperá el hechizo que las mantiene
cautivas y quedarán libres del encantamiento, llevándose a continuación al
afortunado héroe de circunstancias con el cinturón de flores azules que ciñe su
cintura. Si el salvador acepta desposar a la ayalga, ella se vuelve nuevamente
humana y se casará con él, convirtiéndole a su vez en dueño del tesoro que ésta
guardaba en la cueva. Los concejos de Allande, Belmonte, Morcín y Riosa son
considerados tierras de ayalgas, en tanto que en Somiedo y Teverga son llamadas
chalgas.
Basilisco
Hermanado con el mito griego, el
basilisco nace del huevo que pone un gallo, en vez de una gallina. El gallo
pondrá el huevo dentro del cuchu (forma asturiana de decir “estiércol”) y con
el calor de este será incubado hasta que eclosione y de él nazca el basilisco.
Hay dos versiones diferentes de su aspecto: la 1ª, en la que aparece como una
serpiente con cresta de gallo que puede alcanzar varios metros de lontigud, y
la 2ª, aún más terrible, en la que es un gallo que en vez de plumas traseras
tiene una larga cola de serpiente. En esta segunda apariencia su cacareo
resultaba tremendamente dañino para los oídos de cualquier animal o persona que
lo escuchase, aunque su poder era tal que tanto en una forma como en otra,
podía matar a cualquier ser que le mirase directamente a los ojos.
Berrona
Bruja que ronda por La Espina
(concejo de Salas). Recibe su nombre de “berrón”, forma bable de grito,
por su inclinación a dar chillidos espantosos.
Beyosu
Genio de la naturaleza, que
limita su dominio a la Sierra del Sueve, donde se dedica a raptar a chicas
jóvenes para tener encuentros con ellas. En el pueblo de Libardón (Colunga) es
conocido como Vellos. En Tineo es conocido como Murgotsu o Cuarto de los
Valles.
Bichu
Guaraguara
También llamado Guaraguara a
secas. Este ser natural de Candás y Carreño se dedica, al igual que otros
tantos congéneres suyos como el Coco o el Rampayu, a llevarse a los niños
traviesos y/o desobedientes.
Borrina’l
Güercu
Traducida como Neblina del
Huerco, es costumbre asociarla con las salvajadas del Nuberu, pero otros, con
más buen juicio, relacionan ese vapor tenebroso con el mundo de los muertos,
dado que no se trata de la típica neblina como la que se acerca despacio
anegando los prados, ni las deshilachadas masas blancas y bajas que se agitan
en el aire cubriendo montes y pueblos, si no de un helado nublo negro, espeso y
hediondo, que de repente acecha a los caminantes en mitad de la noche, que se
abraza a la tráquea de la víctima a la que rodea. Según la tradición, se
trataría de los últimos alientos de los difuntos que, obedeciendo a oscuros
encantamientos o maldiciones, se juntan de golpe alrededor del caminante,
confundiéndole en su camino para que se pierda en él y no consiga volver a su
casa.
Bruxa
Ancianas feas, arrugadas y de
mezquinas intenciones que conocen todos los secretos de la magia y de la
brujería. Según la creencia, con sus miradas pueden hacer enfermar a los que
las han agraviado o a quienes les caen mal, haciéndolas un “aojo” o “mal de ojo”.
También se conocen todas las pociones y ungüentos habidos y por haber, que
crean en ollas o grandes cacerolas. Suelen vestir siempre de negro, acompañadas
por gatos igualmente negros y con escobas que la imaginería popular ha dotado
del poder de volar. El temor a su poder es tan grande que a los niños se les
protegía usando el puñín o higa de azabache (un colgante de bisutería,
consistente en un pequeño puño negro cerrado con el pulgar apresado entre los
dedos índice y corazón), un ritual ampliamente extendido a toda la geografía
asturiana. En el occidente asturiano es común el uso de la llamada “piedra de
San Pedro”, u otro objeto llamado “dómina” (bolsita rellena de hojas de
carácter profiláctico, como el tomillo, romero, perejil, añil, etc), a modo de
protección. Una de las ambiciones de las bruxas era el ganado de los aldeanos
del pueblo, de ahí que éstos protegiesen sus reses con chocas o campanillas,
grabadas con cruces y signos religiosos para evitar que pudieran ponerles sus
manos encima. Se reunían, de forma invariable, la noche del 30 de abril, en la
festividad pagana de Walpurgis (la Noche de las Brujas), en sitios como en
Fonte das Bruxas de la Veiga del Palo (Allande). En el ritual que efectuaban se
untaban con un ungüento y decían la siguiente fórmula mágica: “Por encima de
artes, por encima de carballos, a la Veiga del Palo con todos los diablos”.
Bu
Ave nocturna que sobrevuela los
cielos de Navia, con la que las madres metían miedo a los niños para que se
durmieran, diciéndoles: “Que viene el Buuuuu...”. De no dormirse, el Bu
se ponía sobre los niños, chupando su sangre a través de un canuto o una
jeringa de madera.
Burru
Sangrau
También dicho como Burro
Sangrau. Ser espantoso oriundo de Ribadesella, que las madres citaban para
infundir miedo a los niños, llamado así al echar sangre por boca y ojos.
Busgosu
Es un ser híbrido del bosque,
mitad hombre mitad cabra. Tiene espesas cabelleras, sus patas son de cabra al
igual que los grandes cuernos que posee en su cabeza, mientras que el torso y
los brazos, al igual que su rostro, son humanos (en algunas zonas, incluso se
le ve con apariencia de batracio, de ahí el expresivo nombre de Mufosu, como en
Piloña). Existen dos mitos: uno en el oriente el cual se asemeja más al mismo
mito cántabro, es decir, donde el busgosu es benefactor y guía a los pastores
cuando se pierden, o ayuda a arreglar las cabañas de las brañas. El otro mito,
más extendido en el occidente de Asturias, dice que el busgosu es el señor del
bosque y de todo lo que habita en él. Es enemigo encarnizado de los leñadores y
cazadores, les persigue haciendo que se despeñen por acantilados. Rapta a las
mujeres de las aldeas para llevarlas a su cueva, y por mucho que se le trate de
perseguir nunca se le puede alcanzar. Se cree que este mito fue introducido por
los ferreiros vascos asentados en Asturias en el siglo XVII, aunque otros
estudiosos del tema lo consideran un mito autóctono. Se ha vinculado este mito
al del “señor de los bosques”, estableciendo ciertos paralelismos con el mito
del oso humano, como en antiguas leyendas tales como la de Andara (una
mujer-osa que rondaba por los bosques cántabros). En el occidente asturiano es
conocido como Bulligoso, mientras que en Tineo le llaman Peludu y en Libardón
Vellosu. Otros apodos que tiene son Maza Y Qués (también de Piloña) y
Calabiernu.
Caballu
Blancu de Santiago
Equino totalmente blanco, de
aspecto siniestro, originario de Porrua (Llanes), que en su día había
pertenecido al apóstol Santiago. Se aparece con encías eternamente sangrantes,
y se lleva el alma de los difuntos al Más Allá.
Caparrucia
Espectro femenino de
Sobrescobio, que se dedica a infundir miedo en quienes se encuentran con ellas.
Lleva un saco cubriendo su cabeza, de modo que nadie puede ver su cara.
Carisio
Espantoso ser cuya principal
afición es dedicarse a amputar las manos de los niños que se portan mal, que
ronda por Cangas de Onís. Su leyenda nace de Tito Casio, un gobernador de Roma
que milenios atrás había repelido la rebelión de los astures durante la
ocupación romana en lo que entonces era Hispania, castigándoles severamente
cortándoles las manos a todos ellos. Su nombre también puede encontrarse en la
Vía de La Carisa, que se encuentra en el concejo de Aller, en donde hay un
campamento romano llamado al igual que la Vía.
Carpia
Anciana asustaniños, de aspecto
enjuto y arrugado de Viboli (Ponga). También es un ave nocturna y
fantasmagórica de mal agüero, que ronda por los cielos ponguetos.
Carru
de la Muerte
Se trata de un temible carro,
totalmente negro, cuya leyenda nace en Ribadesella y que vuela por los cielos
nocturnos asturianos buscando a los moribundos para recoger el alma de éstos
cuando fallecen. En algunas historias se cuenta que de él baja la Güestía. En
otras, el carro va tirado por dos caballos invisibles y vaga silenciosamente
con ruedas de corcho para que no se le oiga ir por los caminos, sorprendiendo
así a cualquier incauto que se cruce con él. El conductor del carro es la
última persona en fallecer el año anterior en la parroquia (siendo relevado por
el nuevo último fallecido tras el cambio de año, y así sucesivamente), quien se
para enfrente de la casa del moribundo y dice la siguiente frase “salga
fulano que aquí lo buscan”. Si el moribundo en efecto sale, el conductor lo
hace subir al carro, llevándoselo después al Más Allá. En Valentín, Coaña, se
le llama Carro dos Mortos, el cual se aparece ante los que van a morir poco
antes de expirar su último aliento. Entre los pueblos bretones es conocido como
Charrette Moulinoire.
Chica
de la Curva
Una de las leyendas españolas
más populares y conocida, considerada por muchos como una simple leyenda urbana
sin fundamento alguno. Los testimonios sobre esta aparición sobrenatural se
cuentan por miles, con al menos unos veinte puntos localizados por la geografía
española (Curva de la Rabassada en Barcelona, Cuesta de las Doblas de Sanlúcar
la Mayor en Sevilla, Curva de Deva en Guipúzcoa, etc.), además de otros países
a lo largo y ancho del globo, cuyo origen se remonta a la Edad Media, y que en
Asturias también hace acto de presencia. Según la tradición, esta joven
espectral vagabundea de noche por una carretera haciendo autoestop, siendo
recogida en su coche por un conductor/a que se ofrece a llevarla. Al llegar a
una curva cerrada o a un brusco giro del camino avisa al conductor del peligro
que tiene delante y le pide que aminore, ya que fue en esa curva donde ella
murió (quedando de algún modo condenada a merodear por ese lugar para prevenir
a otros que no mueran como ella). Presa del shock ante tal revelación dicho
conductor mete un volantazo para evitar el susodicho accidente, encontrándose
para su sorpresa que su acompañante se ha esfumado de su lado, sin siquiera
abrir las puertas para salir. En una versión alternativa del mito, se trataría
de un ángel de la muerte que en vez de avisar del peligro lo que hace es
provocar la muerte de quien tiene el infortunio de recogerla, al no dar ese
aviso, en venganza por haber sido atropellada en ese lugar (en la Edad Media se
la llamaba Damas de Cruces de Caminos o Dama de Blanco, nombre que también
sigue vigente, rondando por las encrucijadas de los caminos y veredas,
subiéndose en carruajes para ejercer también como aviso a los que los
conducían). Se tiene constancia de su presencia en Lugones (pueblo cerca de
Oviedo) y en Infanzón (al este de Gijón). En el idioma asturiano su nombre
sería Neña de la Curva o Dama de Blancu.
Chupasangres
Revisión asturiana del mito del
vampiro, según la cual estos seres se alimentan de la sangre de los niños
mientras estos duermen indefensos por la noche. De alimentarse mucho de ellos,
la falta de sangre les causaría ciertas enfermedades como anemia o paludismo.
Esta historia conoció un hecho real sucedido en 1917 en Avilés, donde un
hombre, Ramón Cuervo González, que padecía de tuberculosis y era
guiado por extrañas creencias, mató a un niño de ocho años llamado Manuel
Torres a mordiscos para beberse la sangre, siendo detenido por la Guardia Civil
pero que logró escapar a sus captores mientras era conducido a prisión, no
siendo encontrado jamás. En Gozón y Carreño se decía que vestían de blanco y
sacaban la sangre a los niños para llevársela a los hijos tísicos de las
familias adineradas.
Coco
Personaje infantil ampliamente
conocido dentro y fuera de Asturias, célebre por una famosa nana que en una de
sus estrofas reza “Duérmete niño, duérmete ya / Que viene el Coco y se te
llevará” (en una versión alternativa, la estrofa dice: “Duérmete niño,
duérmete ya / Que viene el Coco y se te comerá”). Se le supone un espectro
nocturno de horripilante aspecto y muy poco halagüeñas intenciones cuyo nombre
deriva del latín Kakos o Kaíkos, que significa precisamente “feo”, que rapta a
los niños desobedientes por las noches o a aquellos que no duermen, para
después llevárselos lejos de sus casas. Se desconoce lo que hace con ellos.
Cordobeyu
Variante asturiana del Gamusino.
Se trata de un tipo de pez imaginario, en teoría muy sabroso al paladar, pero
tremendamente esquivo y juguetón con los humanos. En la zona de Caudal se solía
decir que solo podía ser pescado metiéndose en la corriente de agua durante una
noche fría de invierno de gran helada, con la red abierta entre las manos
mientras se recitaba: “Cordobeyu, vente al cestu / Cordobeyu, vente al cestu”.
También era usado como objeto de broma por los pescadores asturianos con los
aprendices o con aquellos pescadores forasteros que llegaban de fuera del
Principado de Asturias, retándoles a pescarlo en vano. Otro canto, más jocoso,
decía: “Cordobeyo, ¡vente al cesto! / Que el de Oviedo aquí te aguarda / Y
el que ye listo y agudo / Caliente ya ta na cama”.
Cortador
Espantajo de la zona de Purón,
en Llanes, usado por las madres para prevenir a sus hijos que no se manchasen
las manos con las cáscaras de las nueces, o de lo contrario El Cortador se
aparecería para cortarles las manos.
Cúcara
Mala
Se trata de una asustaniños que
merodea por el pueblo de Caleao, en Caso, a la que se le da un aspecto
horrible, ya que sus dientes están siempre sangrando.
Cuélebre
Serpiente gigantesca que
custodia tesoros o a las xanas. Como son inmortales, con el paso de los siglos
las escamas se le vuelven tremendamente gruesas e impenetrables, y le salen
alas de murciélago, pareciéndose más a un dragón que a una culebra. Emite unos
molestos silbidos y no se suele mover mucho del sitio que custodia, pero cuando
lo hace es para comer ganado o a hombres, habitando en la espesura de los
bosques, en torreones de castillos en ruinas, en la orilla de los ríos o en las
fuentes de grandes cavidades subterráneas. Tienen como principal misión la de
proteger fabulosos y enormes tesoros o a personajes víctimas de un
encantamiento o hechizo. En las historias de cuélebres más conocidas se le
suele matar dándole de comer una piedra al rojo vivo, o con una hogaza de pan
llena de alfileres, y en la mañana de la Fiesta de San Juan el Cuélebre se
aletarga o pierde su poder, que es cuando pueden ser rescatadas sus prisioneras
(ayalgas o atalayas), junto a sus fantásticos tesoros. Otro mito relacionado
con el cuélebre es la «piedra del cuélebre», con la que se cree que se curan
ciertas enfermedades. Se dice que seis culebras se juntan al cuélebre y las
babas de todos ellos crean dicha piedra al endurecerse.
Entre otras tareas que realiza está la de proteger los mundos
subterráneos en donde habitan los razas de seres feéricos o elementales que
viven ocultas a los ojos de los hombres; estos accesos suelen estar ocultos,
pero hay casos en que estos seres salen en busca de chicas jóvenes para
convertirlas en su gente y llevárselas con ellos (algo que tiene paralelismos
con el mito griego de Perséfone, secuestrada por el dios Hades para convertirla
en su reina del mundo de los muertos). Las ayalgas seducían con sus dulces
cánticos lastimeros a pastores y viajeros que pasaban cerca de su lugar de
cautiverio en la confianza de que venciesen al cuélebre, existiendo de manera
muy curiosa unas guías de tesoros llamadas gacetas o lliendas en las que se
describen los lugares donde pueden encontrarse dichas riquezas ocultas (y por
tanto el escondite del cuélebre). Quienes deseaban tales tesoros ocultos (que
consistían en fantásticas piezas de oro dejadas en el interior de las cavernas
por los moros (no mouros) en su “huida” de Asturias) debían matar primero al
cuélebre que moraba en su interior. Muchas veces eran ayudados por las ayalgas,
pero en otras debían enfrentarse solos a la prueba. En una versión alternativa
de la historia los cuélebres no son inmortales, y cuando sus escamas se
endurecen es el aviso del fin de su vida terrenal, por lo que abandonan sus
refugios para morir en el fondo de la Mar Cuajada, encontrando reposo en las
profundidades y dedicándose al cuidado de tesoros durante toda la eternidad.
Curuxa
Se trata de una lechuza, que si
se posa o ronda la casa de un enfermo significa que este enfermo va a fallecer,
sobretodo si mientras sobrevuela su casa por la noche se le oye cantar: “Ahora
vas túuuu, hasta vas túuuu...”. También se oye en Asturias que este mensaje
lo realiza la corneja y el cuervo. Otra historia habla de la aparición en el
pueblo de un perro negro que nadie había visto antes, que se para delante de la
casa de un enfermo y se pone a aullar, rondando la vivienda hasta el
fallecimiento de dicho enfermo para luego hacerle compañía hasta que finalmente
es enterrado, desapareciendo luego para siempre. La Curuxa se considera una de
las figuraciones de la Guaxa.
Demo
También llamado Satanás,
Lucifer, Belcebú, El Maligno, El Oscuro, etc., y llevado a Asturias en la Edad
Media por la Iglesia Católica (en un intento no conseguido de desterrar el
resto de creencias paganas), se trata de la encarnación del mal y enemigo de la
raza humana, a la que siempre intenta atraer sobre ella todas las desgracias y
males de que dispone con sus poderes infernales y sus legiones de demonios. Se
le supone sabedor de los conocimientos ocultos de la naturaleza tanto de
animales como de minerales y plantas, así como de la capacidad de levantar
enormes construcciones (puentes y similares) en una sola noche, así como la
causa de la mayoría de males acaecidos en pueblos y aldeas. No obstante, la
tradición lo retrata como un ser de amplios conocimientos pero fácil de engañar
gracias a la astucia (similar al Basajaun vasco), en especial a la hora de
adquirir conocimientos o cuando éste pide pactar a cambio del alma de quien
negocia con él, evitando de esa forma que el Demo se apropie de dicha alma.
Una de dichas fábulas relata que en Grandas de Salime un hombre se
presentó en una cueva donde habitaba Demo, alardeando de que en el pueblo se
había inventado la sierra, a lo que Demo contestó: “Eso es que visteis la
hoja del castaño”, a lo que el hombre contestó: “No la vimos, pero ya la
veremos”, yendo con rapidez a ver dichas hojas dentadas y convirtiéndose en
el primer herrero al sonsacarle también el conocimiento para forjar el hierro y
soldarlo, o que en San Tirso de Abres se dice que el Demo se encuentra con
varios hombres que estaban aserrando un árbol, y que para facilitar la tarea va
torciendo los dientes de la sierra, de manera que consiguen serrar mucho mejor.
Debido a su naturaleza religiosa, el Demo (o El Diañu) no se relaciona con el
resto de seres mitológicos como el trasgu o la xana (etc.), ya que todos ellos
tienen una aversión natural hacia la religión y cuanto esté relacionado con el
Cristianismo.
Demonio
l’Airón
Personificación del viento
huracanado que surge en Cangas del Narcea y que también se deja sentir en
pueblos del oriente asturiano como por ejemplo Moñes o San Martín L’Arteosa
(ambos en Piloña), que gusta de provocar vendavales para derribar árboles de
sus emplazamientos, destrozar las cosechas o arrancar de cuajo las tejas de los
tejados de las casas, bufando y silbando atronadoramente. Suele decirse también
algunas frases cuando el viento sopla fuerte: “Hay un viento del demonio”,
“Hay un airón que lleva”, “Hay un airón que tumba”, “El
demontre que te lleve” o “Malos demonios te lleven”, etc.
Destripador
Natural de Gijón, Carreño y
Gozón, se dice de él que vive dentro de las plantaciones de maíz, esperando por
la noche a cualquier confiado que vaya a hacer algún robo o una travesura,
momento que éste aprovecha para capturarlo dentro del maíz y hacer honor a su
nombre, destripándole despiadadamente.
Diablecos
Duendes domésticos de pequeño
tamaño procedentes de Boal, extendidos por todo el occidente asturiano y otras
zonas como Allande y Cuaya (Grado), que pueden realizar tareas imposibles para
las personas. Se les concede el poder de adivinar el futuro, pero en caso de
volverse en contra de los humanos con los que habita, son lo bastante
vengativos para hacerles enfermar a su conveniencia o en casos más graves, de
poseerlos como si de un demonio se tratase (de ahí su nombre). Se les relaciona
con los Malinos del oriente asturiano.
Diablu
Saltón
También llamado Diablu-Caballu,
se trata de un equino sobrenatural que se aparece por el concejo de Navia,
invitando a cualquier moza con la que se encuentra a sumirse a su lomo para dar
una cabalgada, pero una vez la muchacha cae en la trampa y sube a su grupa, el
caballo sale a la carrera hasta el cercano paraje de El Barroso (Soirana),
donde se despeña con su víctima por un acantilado.
Diablu’l
Ríu
Demonio procedente de Veiga, en
Navia, que chapotea en las aguas de los ríos cerca del lavadero de Soirana,
haciéndolas levantar con un ruido ensordecedor. Su nombre es una traducción al
bable del castellano Diablo de Río.
Diañinos
de les Tenaes
Llamados en español los
Diablillos de los Graneros, son duendes naturales de Cangas del Narcea (como el
Trasgadiellu) que moran entre la hierba, los tocones y los pajares, aunque por
el invierno, en los meses más fríos del año, se encuentran más a gusto en los
graneros, a la lumbre. No son mayores que murciélagos, de color rojizo. Entre
otras artes, se dedican a travesuras como soplar hierba a la cara de la gente o
del hocico del ganado, para hacerles estornudar y llenarles los ojos de ciscos,
evitando lanzar fesorias o trentes que puedan ser letales.
Diañu
Burlón
El Diablo Burlón normalmente es
representado como un caballo, aunque se puede trasformar en otras criaturas
como un burro, un carnero y un cerdo. No suele ser muy dañino con los humanos,
normalmente solo gasta bromas pesadas, como incitar a los campesinos a hacer
una determinada acción con la mejor de las intenciones y resultarles equivocada
(siendo entonces conscientes de que han sido engañados por el Diañu Burlón), o
dejar que el fatigado caminante se monte sobre su lomo, para entonces cabalgar
a una velocidad endiablada en ir aumentando en tamaño. El asustado jinete, al
realizar una invocación a alguna potencia celestial (por lo general: ¡Xesús,
Xosé y María!) se libera de la siniestra cabalgadura para dar con sus huesos en
una riega. Gasta bromas a los mozos que merodean con intenciones innobles o a
los que vuelven despreocupados de la romería.
A pesar de no ser excesivamente
dañino para las personas, es adorado por las bruxas del oriente y centro de
Asturias y representa al macho cabrío y al diablo. A diferencia del trasgu, que
limita sus travesuras al ámbito doméstico, el Diañu Burlón puede hacer sus
travesuras en las cuadras o en el bosque. También es capaz de hacerse pasar por
humano, siendo una de sus diabluras más insidiosas la de disfrazarse de un
indefenso niño, a la espera de una mujer que lo encuentre y se lo lleve a casa
para calentarle al fuego y darle de mamar. Entonces éste se escapa por la
garmayeira o gramalleira (la cadena de donde cuelgan los calderos al fuego de la
chimenea) gritando con risa burlona: “Ajajá, que comí sopes; ajajá, que les
comí; ajajá, que te ví el cú; ajajá, que te lu ví”. También se le atribuye
la habilidad de realizar cualquier trabajo manual y de guardar tesoros, al
igual que los cuélebres. En Tineo se les atribuye fama de constructores, como
uno que construyó el puente de Salime. Los aldeanos del lugar le arrojaron del
puente una vez terminado con idea de que se ahogase, pero éste logró escapar
del río gritándoles desde la orilla: “Eh, salíme, salíme”, dando nombre
así al pueblo. Para librarse de él, en el occidente asturiano le cantan: “Jesús,
María y José / Si eres el Diablo, de ti reniego / Mal añu pa ti, doite mierda
de gatu negru / La cruz te fago, veite pa las Peñas de Fontoira”. En el
oriente asturiano el canto varía ligeramente: “Jesús María y José / Si eres
el Diablo, de ti reniego / Mierda de gatu p'al diablu / Vete pa' la Peña”.
Dríade
Mito importado desde la
mitología griega (al igual que las nereides), la dríade es una ninfa de los bosques
muy parecidas a las xanas, pero con una diferencia vital en su apariencia, ya
que solo es humana de cintura para arriba. Consagradas a los árboles, llegan a
fusionarse con éstos de manera que de cintura para abajo tienen cuerpo de árbol
(por regla general, aunque no exclusiva, un roble). Aunque no son inmortales al
igual que sus parientes las xanas y otros seres fantásticos, gozan de una vida
muy longeva, ya que las dríades solo mueren cuando el árbol lo hace. Según la
tradición, se dice que un árbol que un humano es incapaz de talar es por la
presencia de una dríade, debido a su unión con él, y que el cura del pueblo es
capaz de detectar cuando que la dríade se ha ido, lo que se confirma cuando el
árbol es finalmente talado (una práctica que en pueblos y aldeas servía contra
la tala indiscriminada, preservando así el entorno natural y el medio ambiente
en épocas pasadas).
Encantos
Mito popular extendido a lo
largo de toda la geografía española, un encanto (o encantado) suele ser un
hombre o mujer que por acción de algún sortilegio o encantamiento quedan
anclados al mundo de lo sobrenatural, por lo general custodiando tesoros
ocultos a lo largo de siglos, en profundas y remotas cuevas subterráneas, a la
espera de que una persona llegue para liberarles de su maldición y de esa forma
volver a vivir entre los humanos (aunque a veces el encantado no es un humano,
si no un ser sobrenatural como hadas o ayalgas deseando regresar con sus
compañeros del bosque). En su condición de encantados son inmortales, amén de
poser algunos poderes mágicos que les permiten cambiar de forma por voluntad
propia, llegándoseles a relacionar con los mouros por su mismo tesón a la hora
de guardar secretos ocultos. Aunque suelen presentarse de forma individual,
también pueden aparecer en pequeños grupos de dos, tres o hasta cuatro encantos
a la vez. En el idioma asturiano su nombre sería Encantus.
Espumeros
Duendes del mar y parientes de
los ventolines, extremadamente pequeños como un niño de corta edad, que visten
un traje de algas, llevan caracolas marinas que les dan las serenas, y ellos
les corresponden con sus collares de flores, por lo que en ocasiones salen a
tierra a recogerlas. Existen dos clases de espumeros: los morenos, que tienen
unos ojos extremadamente brillantes, por lo que en ocasiones se ponen delante
de los barcos en días de niebla para llevarlos al puerto, y los rubios, que
salen a tierra firme para adentrarse en las casas de los marineros y llevar
noticias de éstos a sus familias o viceversa. Tanto unos como otros cabalgan
las crestas de las olas o en las estelas que dejan los buques y barcos de los
pescadores. Son muy miedosos, de ahí que si estalla alguna tormenta o galerna
se refugian rápidamente entre las rocas. Se dice que en ciertas mañanas
especialmente brumosas se pueden ver neblinas flotando sobre las olas que en
realidad no es un espumeru, si no miles de ellos envueltos en sus mantos
blancos, buscando refugio seguro en la costa.
Familiares
Llamados llares en el idioma
asturiano, se trata de un mito ampliamente extendido por diversos países de
Europa como Gran Bretaña, Francia o Grecia, siendo entidades de muy alta
inteligencia conjuradas por magos, hechiceros o brujos que suelen adoptar forma
de animales, de criaturas mitológicas o incluso demoníacas (según el caso). Sin
embargo, a diferencia de sus parientes europeos (que deben sumisión y
obediencia total a una determinada familia, que procura mantener a su lado a
dicho espíritu de padres a hijos), los llares asturianos son protectores de una
gran generosidad para con la familia con la que viven que actúan por propia
voluntad, renegando de cualquier muestra de agradecimiento por parte de sus
protegidos humanos ni tampoco reclamando recompensa alguna, haciendo el bien de
forma desinteresada por simple bondad altruista, o por la simple razón de no
tener otros menesteres en los que ocuparse.
Farronco
Ser fantástico de la comarca de
Navia, dedicado a asustar a los niños, al que también se le conoce como
Farroncu, Zarronco y Zarrouco.
Fiera
Crupecia
También llamada Fiera Cornelia,
Fiera Currupia, Fiera Gurupecia o Fiera Alzurrupia. Bestia de extraño aspecto
parecido a la quimera de la mitología griega, con cuerpo de harpía provisto de
cuatro mamas, cola, boca de león y cuernos de toro. Este ser se dedica a
asustar a los niños que encuentra por los bosques, llevándoselos después. Según
una copla: “Tiene boca de león, los cuernos de toro bravo, pelo como una
mujer y alas de pescado, las uñas como puñales, las orejas de carnero y en el
rabo una cruceta que causa terror y miedo...”. En los cantares de ciego,
sin embargo, se le atribuía una figura femenina, en la mayor parte de los casos
aspecto de una ogresa o de una bruja greñuda y fea. La Fiera Crupecia tiene a
su vez presencia en Álava, recibiendo el nombre de Fiera Corrupia, a la que
describen como un dragón rojo, con siete cabezas, diez cuernos, y unos
candeleros con velas en cada cabeza.
Freba
Un hada de los prados, pequeña y
brillante, que viaja en un carro de oro del que tiran grillos o escolancios (luciones),
entre la hierba rosada del alba. Si alguien se encuentra con ella, lo que es
bien difícil, queda sumergido para siempre en una pereza triste y placentera al
mismo tiempo, ya que ninguna ayalga puede superarla en belleza, por lo que el
infeliz que consigue verla queda prendado de sus encantos el resto de su vida,
pero sin posibilidad de alcanzarla o estar a su lado. De alguien ausente y con
aire nostálgico se dice que: “Probe, namorólu Freba”.
Fueos
Fatos
Llamados en español fuegos
fatuos o Luces de San Telmo, es una creencia muy popular y extendida tanto
dentro como fuera de Asturias. Se trata de unas esferas de luz iridiscentes o
llameantes que se aparecen por las noches, que se cree son las almas de los
difuntos que no han podido llegar al cielo, rondando por las copas de los
árboles en los bosques y también por cementerios. De aparecerse en el mar, la
tradición dice que se trata de las almas de los que murieron ahogados al caer
de su barco o durante un naufragio del mismo, que no han podido irse al Más
Allá y que se quedan condenados a vagar por las aguas. Si se aparecen en los
mástiles de los barcos se considera un presagio de mala suerte y que el barco
va a naufragar. Especialmente célebres son las Iluminarias de Llouciernas
(Luminarias de Luciernas) en Tineo.
Fute
Canela
Bruja de aspecto horroroso que
ronda por el concejo de Aller, que se lleva los ojos de los niños
desobedientes.
Gallu
de la Muerte
Se trata de un gallo negro de
cresta blanca, con pintas azules y encarnadas, que mata a quien escuche su
canto al día siguiente, al ocultarse el sol. Según la tradición, una vez cada
cien años los milanos ponen un huevo colorado en el nial (nido que se hace en
los pajares) que hacen en los escajos. De dicho huevo sale un pájaro mitad
blanco, mitad negro, más grande que las gallinas, cuya esperanza de vida es de
50 años justos. Al morir, de sus carnes putrefactas nace un gusano verde, que
irá creciendo y ennegreciendo gradualmente hasta convertirse finalmente en el
Gallu de la Muerte. De escucharse su canto, la única cura reside en hervir en
aguas de romero unas hierbas cerca de los manzanos silvestres que solo crecen
en primavera, de hojas azules y raíz negra, y hacer beber la infusión al toque
de oraciones a quien haya escuchado dicho canto. Sin embargo, dichas plantas no
han sido vistas ni encontradas jamás.
Gitanu Señoritu
Natural de Gijón, se trata de una de las muchas variantes existentes del Home del Sacu. Al igual que otros asustaniños astures, secuestra a los pequeños que se portan mal.
Grumante
Cíclope gigantesco que merodea
por la zona montañosa de Sotres (Cabrales), que vive en las simas y que si se
encuentra con algún infeliz que merodea por alguna o se halla haciendo de
espeleólogo, estira su largo brazo para capturarlo y comérselo. Se dice que en
las simas donde hay un cuélebre, hay un grumante. Se suele decir que cuando
alguien está muy enfadado o furioso: “Calla, que pareces un grumante”.
En Tielve (Cabrales) el Grumante hace las veces de Nuberu, llevando la tormenta
al pueblo. Otra representación suya le da el aspecto de un varón muy feo,
vestido de negro, que lee libros de magia negra para hacer tormentas y sacar a
los cuélebres de las cuevas atados a sus zapatos. En los valles altos y montes
de Cavandi, Peñamellera Baja, les sacaba la sangre a los cuélebres para
llevarla “allí dónde hiciera falta”, sin saberse exactamente su propósito. La
palabra Grumante tiene su origen en el término latín “nigromante”, que significa
hechicero o mago negro.
Guaxa
Es un ser tenebroso,
representado en forma de mujer vieja, arrugada y fea, de ojos encendidos como
la lumbre, con un solo y enorme diente a modo de colmillo en la encía superior,
situado justo en el centro de la boca. Por las noches entra en las casas y
abriéndoles la arteria del cuello les chupa la sangre lentamente a sus presas,
arrebatándoles poco a poco toda su fuerza vital. Sus víctimas suelen ser
siempre niños pequeños o ancianos, prefiriendo siempre a los que más rollizos o
saludables parezcan, volviendo noche tras noche hasta ver cumplido su cometido:
matar al humano. La Guaxa puede esconderse en todos lados persiguiendo a sus
víctimas. Un antiguo dicho reza de la siguiente manera: “Por donde pasa un
soplo de aire pasa la Guaxa”. Según la tradición, el remedio contra la
Guaxa es darle al niño un preparado a base de alicornio dejando al sereno
durante nueves noches seguidas una medida de agua en la que se ha puesto en
maceración trozos de asta de ciervo y alguna porción de plata. En caso de que
esto fallase, otro remedio es medir al niño vampirizado con un hilo negro,
hacer luego nueve nudos pequeños y otro más grande y colgar el sisal enroscado
a modo de collar en la garganta, junto a una bolsita que iban diez grano de
trigo. El remedio es más efectivo si el niño pisa descalzo todas las mañanas el
rocío de los campos. Coloquialmente se cita la frase “Comiolu la Guaxa”,
cuando se alude a alguien que ha enflaquecido y se ha desmejorado mucho en poco
tiempo. De ahí viene el dicho: “Diz q'anda de nueite por todo el llugar,
comendo los nenos que gordos tán”. Contra ella y otros brujas estaban
amuletos como la cigua el puñín de azabache, la piedra de San Pedro, entre
otros. En Cantabria es conocida como la Guajona.
Güercu
También conocido como Huerco, de
amplia difusión en concejos como Grado y Cornellana. Se trata de un terrorífico
perro negro con grandes cuernos, del que se dice que vaga por bosques y
cementerios. Si sale del mar lo hace arrastrando cadenas. Puede cambiar de
aspecto, y si lo hace se aparece en la forma de un futuro difunto, normalmente
de la familia o del círculo de amigos de quien se lo encuentra, que más tarde
al hablar con dicha persona él/ella niega reiteradamente que ambos se
encontrasen en ese momento y lugar (muy parecido a un doppelgänger), lo que
anuncia la muerte de esta persona en los próximos días. En Tapia de Casariego
es llamado Can d'Oliveros, en referencia a un hombre de Casa Oliveros que tras
morir se convirtió en un gran perro negro que vaga por los caminos. En Galicia
es conocido como Urco, Can do Urco y Can do Mar, teniendo similitudes con el
Gaueko vasco.
Güestía
También llamada Mala Güeste, La
Buena Gente, Estantigua, Huóstica (entre los Vaqueiros de Alzada en Tineo),
Güéstica, Güéstiga, la Güestia, la Güestia Caliera (en Zorrina y Salas) y
Huestia (comparable con el castellano “hueste”, y así mismo una versión astur
de la Santa Compaña gallega), es un grupo de almas en pena vestidos con
sudarios blancos con capucha que vagan durante la noche, siendo imposible ver
sus caras al ir encapuchados. Cada ánima de la procesión lleva una vela
encendida, y ésta no siempre es visible, notándose su presencia en el intenso
olor a cera y el viento que se levanta a su paso. Suele constar de ocho ánimas
(aunque este número puede variar notablemente) más el líder que la encabeza,
caminando siempre a fila de a dos. Sale de los cementerios a pie (aunque a
veces pueden hacerlo subidos en el Carru de la Muerte) emitiendo rezos, casi
siempre un rosario, o cantando una salmodia ininteligible u otros cánticos
fúnebres, en tanto los últimos cuatro espectros que cierran la comitiva llevan
un ataúd cargado a hombros. Durante su vagar por los caminos se les oye decir,
como señal de aviso a los vivos, “Andar de día que la noche ye mía”,
pero también pueden decir “Condo tábamos vivos andábamos a estos figos, ahora
que tamos mourtos, andamos por estos gourtos”. A su paso cesan todos los ruidos
de los animales en el bosque. Los perros anuncian su llegada aullando de forma
desmedida, y los gatos huyen despavoridos y realmente asustados. También ronda
el atrio de las iglesias, gimoteando mientras el que abre el cortejo toca
silenciosamente una fúnebre campana.
La Güestía tiene por misión
anunciar a las personas próximas a morir, visitando su casa y rodeándola en
cada visita, falleciendo en la tercera vez que se presenta la espectral
comitiva. En esta última visita, la Güestía se echa a llorar y apaga las velas
para que el moribundo fallezca de pena, momento en el que una copia de su
cuerpo ocupa el ataúd, mientras el alma del fallecido engrosa las filas de la
procesión, apareciéndose en un féretro que portan vacío cuatro de estas ánimas.
Los miembros de la Güestía son los espíritus de los amigos y/o familiares que
el finado conoció en vida y que murieron antes que él, que regresan desde el
Más Allá para acompañarle en su tránsito al reino de los muertos. En otra
versión de la historia portan huesos simulando ser grandes cirios encendidos
(iluminados como tales), siendo ángeles sin cielo que procesionan para recordar
a los vivos las consecuencias del pecado. En ambos casos, se alejan del pueblo
apagando las velas, perdiéndose en la oscuridad para regresar de nuevo al
camposanto, donde finalmente desaparecen. En Cudillero se tiene la creencia de
no salir a pescar el Día de Difuntos, ya que de hacerlo las redes solo
recogerán huesos de muertos en vez de peces. El nombre de Hueste o Güestía
deriva del latín hostis antiquus, uno de los sobrenombres de El Diablo.
La tradición estipula que hay
tres formas de protegerse contra la Güestía, en el caso de tropezarse con ella.
El primero consistiría en dibujar con una tiza en el suelo el Círculo de
Salomón (un círculo con el Sello de Salomón -la estrella de seis puntas- en su
interior, la cual podría cambiarse por una cruz), y metiéndose dentro, si bien
otra versión añade el mantener los ojos cerrados todo el tiempo, no tanto para
evitar mirarlos como para evitar que ellos lo miren a uno. El segundo método
sería arrojarles un gato negro en mitad de la procesión, lo que causaría el
caos entre las ánimas, y salir corriendo despavorido. En el tercer método,
bastaría con extender los brazos hacia la comitiva haciendo el signo de los
cuernos con las dos manos o, también con ambas manos, realizar el señal manual
de la figa o la higa (cerrar totalmente el puño y pasar el pulgar de la propia
mano por entre los dedos índice y corazón; un gesto que también es un colgante
de protección mágica habitual en la bisutería asturiana, que se talla en azabache
y es conocido como el puñín). Ambos gestos, en principio, también valdrían
dentro del Círculo de Salomón.
A pesar de ser una comitiva de espectros, esta procesión va encabezada
por un vivo que al margen de la campana fúnebre porta en sus manos una cruz o un
caldero de agua bendita (a veces, ambos), y que está maldecido a salir todas
las noches por los caminos para liderar la procesión, aunque a la mañana
siguiente éste no tiene recuerdo de su peregrinaje nocturno. A medida que sale
a su errar por bosques y caminos la víctima va palideciendo y adelgazando
gradualmente hasta que finalmente muere, a menos que antes consiga pasarle la
maldición a otra persona para librarse así de su cometido. La tradición dice
también que quienes pueden ver a la Güestía son aquellos a los que el cura, por
error, los bautizó usando el óleo usado para los muertos en los ritos fúnebres,
en vez del agua bendita, aunque también si se posee cierta sensibilidad
especial uno podría verla. Alternativamente uno la podría presentir sin llegar
a verla claramente, cuyo resultado sería un escalofrío que recorre el cuerpo
acompañado de una intensa sensación de peligro o, por contra, ver solo la luz
de las velas encendidas en procesión, que semejarían fuegos fatuos que flotan
en el aire. En la sierra de Las Hurdes, Extremadura, es conocida como Cortejo
de Gente de Muerte.
Guirria
Personaje fantástico a medio
camino entre la leyenda y la tradición popular, natural de San Juan de Beleño,
en Ponga. Se trata de un ser mitad hombre, mitad demonio, cuya antigüedad se
remonta al siglo IV d.C., que sale a la calle el día de Año Nuevo a pedir el
aguinaldo y a cometer pequeños desmanes y travesuras, amante de perseguir a las
mozas del pueblo al igual que otros parientes suyos, como el Busgosu o el Beyosu.
Convertido en 2007 en Fiesta de Interés Turístico Regional y en una de las más
importantes del concejo pongueto, el Guirria (eje central de la Fiesta del
Guirria y del Aguinaldo) es representado por un joven del pueblo que debe tener
más de 15 años de edad, que no esté casado y tampoco tenga hijos. Se presenta
vestido con un traje de estilo arlequín a cuadros anaranjados y azules
(completado con un gorro cónico o picudo, también naranja y azul), con una
careta blanca, una larga y lisa barba negra que llega hasta el pecho y un
grueso y duro palo de avellano, que le sirve para dar saltos. También lleva un
zurrón o bolso cruzado lleno de ceniza para arrojar a los mozos (nunca a las
chicas). Va acompañado por un cortejo de aguinalderos, los cuales van montados a
caballo (en burro, si son menores de 15 años) y cantan coplillas, mientras
recorren las calles del pueblo, sin llegar a bajarse de sus monturas a lo largo
de la festividad.
El ritual del Guirria comienza
en Nochevieja, una hora antes del cambio de año, cuando se reúnen los jóvenes
solteros y solteras del pueblo que sean mayores de 15 años. En dos cántaros se
introducen las papeletas con el nombre de los allí presentes para ir
emparejándolos al extraerlas. La principal obligación posterior a los emparejamientos
es que el chico, a partir de las primeras horas de la noche, se presente en
casa de la moza que le haya correspondido en suerte con un paquete de “corbates”
(castañas guisadas recién hechas, considerado símbolo de fertilidad), un regalo
y las papeletas grapadas con los dos nombres. La moza se compromete a invitarlo
a cenar en su casa, en presencia de la madre. Se cree que ésta es una fórmula
para que las parejas se conozcan y para fomentar matrimonios futuros, algo que
se remata con la visita del Guirria, ya que al tener total libertad e impunidad
para besar, tocar y achuchar a todas las mujeres, se considera que sus abrazos
dan buena suerte a la hora de encontrar pareja. Éste, en su recorrido de Año
Nuevo, tiene por obligación besar a cuanta chica se encuentra por las calles y
los caminos, amén de llamar a las puertas de todas las casas del pueblo en
busca de comida, bebida y dinero, en una carrera frenética cada 1 de enero que
se prolonga hasta las nueve de la noche, dando su bendición a las nuevas parejas
para que el amor surja entre ellas. El vocablo “Guirria” tiene orígenes
diversos: uno de ellos lo sitúa en “guerrire”, que en latín significa “retozar”
o “saltar de gozo”, en tanto en otro lo ubica en la palabra vasca “oguerria”,
que en el idioma Euskera quiere decir “Navidad”.
Home
de Brul
Espantajo que merodea por Brul,
un pueblo de Castropol. Al igual que el Home del Sacu, se lleva a los niños que
encuentra.
Home
del Cuchu
Duende en exceso molesto que
tiene su morada en lo más profundo de las grandes pilas de cucho (habituales en
las huertas de aldea para abonar la tierra y los cultivos), por lo que es
difícil o imposible verlo, que se destaca por su mala acción contra los
labriegos. Incapaz de soportar la luz solar, sale por las noches para acercarse
a escondidas a los imprudentes campesinos y paseantes, lanzando un buen puñado
de este desecho orgánico en la espalda o en la cara de su desafortunada
víctima, desapareciendo justo después a la velocidad del rayo para volver a su
escondrijo, quedando únicamente de él una sorda carcajada en el aire.
Home
del Sacu
Versión asturiana del Hombre del
Saco, un mito ampliamente extendido por la geografía española. Este lúgubre
personaje ronda por los caminos con un saco al hombro, por las noches,
deambulando por las calles en silencio para raptar a los niños que pasan, metiéndolos
en su saco y llevándoselos, no volviéndose nunca a ver de nuevo. En una versión
del mito simplemente los mata por portarse mal, mientras que en otra
alternativa se los come.
Home
Llobu
También llamado Llobu Cerval o
Llobu Cervante. Al igual que en otras culturas del mundo, el hombre lobo o la
mujer loba (en asturiano, muller lloba) tiene presencia en la cultura
asturiana, pudiendo encontrarse historias que hablan de hombres que por medio
de algún maleficio se han visto condenados a transformarse en lobos y a vivir
como tales. Dicha maldición del licántropo, en Asturias, suele ser producto de
conductas carnívoras censurables, bien porque el infeliz se saltase la
prohibición de comer carne en Cuaresma o bien por su gorronería al dejar sin
ración de carne a sus familiares, los cuales se lo recriminarían formulando: “Así
te volvieses lobo para que te hartes bien de carne”. Esto conllevaría el
tránsito de persona a lobo, transformándose completamente en este animal y
viviendo bajo esa forma durante siete años.
En versiones alternativas de la historia no suele ser necesario que
haya luna llena para que se produzca la transformación, e incluso ésta puede
darse de forma involuntaria. También se dice que en un matrimonio donde todos
los hijos son varones, al llegar al séptimo o al noveno, éste nacerá con dicha
maldición, a no ser que sea apadrinado por el hermano o hermana mayor. Otra
opción para transformarse es que se trate de hijos ilegítimos, especialmente si
el padre es un cura o un sacerdote, o que fuesen víctimas de una maldición
paterna. Un método para evitarlo es orinar sobre ellos. Ocasionalmente el home
llobu puede guiar a las manadas, combinando sus instintos animales y su
inteligencia humana para atacar al ganado. A diferencia del lobo en si, el home
llobu no teme al hombre, siendo brutal y despiadado en sus ataques (ya que las
heridas que provoca no cicatrizan), pero si es herido entonces recuperará su
forma humana.
Su apariencia es en si misma
aterradora: mitad animal mitad humano, con piernas y brazos muy largos y con
garras aceradas; camina en cuatro patas, pero también puede erguirse como un
ser humano, siendo todavía más amenazador. Sus ojos sesgados son rojos junto a
una hoguera y verde amarillento a la luz de la luna. Si alguien consigue
matarlo, lo mejor que puede hacer es incinerar su cadáver, puesto que no
conviene inhumarlo o enterrarlo. Si una persona tiene el dedo tan largo como el
segundo de cada mano o si sus cejas son espesas y unidas por el entrecejo,
puede ser sospechoso de transformarse en lobo por las noches. Algunas formulas
para matarlo son quemarle la piel en el mismo momento de la transformación,
herirlo con bala de plata bendita, o hacerlo sangrar con una rama de acebo
bendita en Domingo de Ramos.
Home
Marín
También escrito como Ome Marín.
Siniestro personaje originario de Tapia de Casariego y El Llano, vinculado a
mitos como el Hombre Pez de Liérganes, con dientes verdosos y el cuerpo
cubierto de escamas, mitad hombre y mitad pez, del que hace tiempo se dejó de
tener noticia en las costas, atribuido a la sistemática contaminación del
litoral asturiano ocasionada por el progreso industrial en la región. En una
versión alternativa de la historia su melena es de algas y su cuerpo está
recubierto de escamas, con los dientes verdes, que devora cuanta criatura se
cruza en su camino, humanos incluidos. Merodea por las costas en busca de
barcos pesqueros, divirtiéndose con ellos rompiendo sus aparejos de pesca al
crear grandes oleajes o aprovechando las tormentas que puedan coger al barco
desprevenido antes de que éste pudiese volver a puerto, si bien en Tineo se
dice que el Home Marín puede aparecerse al subir el cauce de los ríos, saltando
de las aguas para violentar y abusar de las mozas que tienen la desgracia de
cruzarse con él. Otra de sus diversiones es destrozar los propios barcos
pesqueros con los que se encuentra, para dejar a los marineros naufragados en
mitad del mar. También se le conoce como Repunto, precisamente por aprovechar
los repuntes o puntos altos de las olas para lanzarse a por los barcos.
Homones
El Homón, los Homones, son
gigantes que habitan en cuevas, siempre cerca de los ríos. Dado que su
presencia está muy extendida por varios concejos asturianos, como por ejemplo
Navia, Villayón y El Franco, entre otras zonas, es fácil que cada uno tenga su
propia historia o leyenda sobre ellos. Irónicamente poco se sabe sobre estos
seres, excepto que se limitan a observar desde las rocas a los caminantes,
causándoles en ellos un miedo cerval a causa de su aspecto, sin que sean
especial o particularmente agresivos. Se les atribuye la creación de monumentos
megalíticos, y visten con pieles de oveja, alimentándose de carne cruda, bayas
y frutos silvestres. En la memoria colectiva de los asturianos se les tiene en
alta estima, considerándolos un remanente de lo que eran los primitivos
pobladores del Principado de Asturias, relacionándoseles también con los
mouros. A su equivalente femenino se le llama muyerón o muyerones.
Ingalius
Duendes naturales de la región
de Ibias, que sienten una especial predilección por molestar a los niños
pequeños, a los que les impiden crecer debidamente mediante una delgadez muy
acusada, o haciéndoles palidecer poco a poco. Cuando un niño está encanijado y
enjuto se dice que tiene los ingalius. Para curarle de semejante posesión, se
reúne la familia, atándole las piernas con un hilo de lana, que debe ser hilada
antes en la misma casa. A continuación, una persona lo lleva hasta la
encrucijada de dos caminos por los cuales haya pasado o pueda pasar el viático
(persona próxima a la muerte). Allí se sienta con el niño entre sus brazos
para, a la primera persona que pasa junto a ellos, entregarle unas tijeras y
decirle: “Home que vienes con fortuna, corta los Ingalius a esta criatura”.
El hombre (o mujer) corta el hilo que ata las piernas del niño, con lo que
queda cortada la enfermedad. Para que la operación surta efecto, ha de
realizarse en silencio, y las personas que intervienen en dicho exorcismo
tienen que separarse sin despedirse en modo alguno.
Llamarguiellu
En Asturias había antaño muchas
y grandes charcas, pero la codicia incansable de los hombres agotó muchas de
ellas en su proceso de industrialización. Es allí donde tenía su refugio este
ser, también llamado Pin de los Barrizales. Destaca por sus ojos, del todo
emblanquecidos y saltones, y por su cuerpo negro y deforme, cubierto de cucho y
lleno de ampollas. Se arrastra por la noche entre las aguas estancadas y
embrozadas de los cenagales, rodeado de seres como ranas, sapos, culebras y salamandras.
Muy tímido, se sumerge enseguida en su mundo oscuro y viscoso a la menor señal
de alguien cercano, por lo que no se le conocen maldades ni bondades
relacionadas con él, siendo un ser de la naturaleza salvaje que vive al margen
de la raza humana. En tanto algunos lo creen una jovencita encantada (como las
ayalgas), otro lo tienen por un animal salvaje aún sin catalogar por la
ciencia.
Llavanderas
Mito ampliamente extendido por
el principado, al punto que Lavandera, un pueblo de Gijón, recibe su nombre.
Son mujeres viejas y arrugadas que lavan ropa en los ríos por la noche. Aunque
es fácil escucharlas es muy difícil verlas, ya que no les gusta ser observadas.
Aquel que logre verlas será invitado a lavar la ropa con ellas, pero el que
rechace la invitación, las mire directamente a la cara o lavase la ropa
apuntando hacia alguna de ellas, será ahogado en el río por todas ellas (o
apaleado hasta la muerte con las palas de lavar, según otra versión del mito).
Las llavanderas tienen una parte positiva al ayudar a apagar incendios en los
bosques al desviar los cursos de los ríos, pero detestan profundamente a los
jóvenes, en especial a los que no tienen respeto por las tradiciones. Poseen
cierta similitud con las banshees irlandesas.
Lloba
Blanca
Leyenda propia del interior sur
del principado, en los Picos de Europa. Se trata de una loba de gran tamaño,
más que cualquier lobo macho, y de pelaje totalmente albino, que gobierna una
manada de lobos en lo más oscuro del invierno. Merodea por los altos prados anexos
a los picos, las cordilleras y los alrededores de los pueblos montañosos,
siempre con las mayores nevadas. Silenciosa y fantasmal, jamás se la puede
cazar. Llega de repente y todos los lobos de la comarca la siguen dóciles.
Según la tradición, aquellos que la ven, tanto si son hombres fuertes como
jóvenes vigorosos, pierden el aliento a la vez que envejecen prematuramente al
encontrársela, entre el bosque o en los picos, y sentir su mirada de hielo
clavándose en ellos. Aún así, nunca se la ha visto atacar o matar al ganado o a
las personas, ni tampoco cuidando crías de lobo.
Lloberu
Leyenda que surge en Llanes. Son
hombres y mujeres que se crían entre lobos, llegando a mandar en las manadas.
Los lloberus (o lloberas) son distintos a los casos de licantropía, donde el
individuo se convierte en lobo. De este último se cuenta que es la maldición de
un padre a su hijo por comer demasiada carne, entonces este se va de casa y se
revuelca por la tierra, convirtiéndose en lobo, se encarga de que los lobos no
se coman el ganado ni ataquen a las personas, pasados siete años, se revuelca
de nuevo en la tierra y la maldición se va. Está documentado históricamente el
proceso llevado a cabo por el Santo Oficio contra Ana María García, la Llobera
de Llanes, fechado en 1648. En Mieldes, Cangas del Narcea, son conocidos como
Llobos Meigos, que solo se transforman en lobos al llegar la noche.
Madrona’l
Ríu
Espectro femenino natural de
Castañedo (Cangas del Narcea), que habita en el propio Río Narcea y que se
dedica a llevarse a los niños que van solos al río y a los pozos de El Arenón,
Vegaxu y La Ponte, con la que las madres asustan a sus hijos para que no se
aventuren en sus orillas ni se bañen solos en el río ni en los pozos. Su
nombre, en el idioma asturiano, se traduce literalmente como Madre del Río.
Malinos
Espíritus o diablillos
invisibles del oriente asturiano como en Caso, que también se dejan sentir en
sitios más céntricos como Gozón o Ules en Oviedo, que pueden adoptar aspecto de
sombras u ocultarse entre ellas. Suelen aprovechar la digestión de las comidas
para acomodarse en el interior de las personas, de ahí que se implantase
bendecir los alimentos antes de comer, como gesto para espantar a estos
perversos parásitos espectrales. Entre las consecuencias de una posesión de los
malinos están el nerviosismo y la inestabilidad emocional, así como confusión y
apatía, puesto que los malinos actúan de forma colectiva, juntándose cientos o
miles de ellos a la vez con idea de causar el mayor daño posible. Atormentan a
sus víctimas con otras dolencias y enfermedades como la locura o esquizofrenia
(en un intento de matar a su víctima o de que se suicide), de las que no se
libran hasta que son sometidos a un exorcismo que logra expulsarlos del cuerpo
del poseído, viéndose débilmente como una especie de humo o vapor que sale del
cuerpo. Su nombre, malino, es una variación al idioma asturiano de “maligno”,
indicando su carácter negativo y perverso. Se les relaciona con los diablecos
del occidente asturiano.
Manona
También llamada la Mano Negra,
Mano Chasmosa en Allande y Manu Pelusa en Piñera y Piloña, se trata de una mano
gigantesca, velluda y horripilante, sin más cuerpo visible más allá de la
muñeca, que perturba todo dentro de una casa, alterando los aperos y labranza y
que tiene la “virtud” de embrollarlo todo, que también ronda por Gijón. Entre
sus principales aficiones está la de apretar el cuello y el pecho de quienes
están durmiendo, provocándoles de ese modo pesadillas y serias dificultades
respiratorias, por lo que muchos la asocian al Pesadiellu. Para librarse de su
influjo se pueden conjurar oraciones breves y muy fervientes, o invocar a
ciertos santos católicos.
Mar
Cuajada
Reino fabuloso que también está
presente en la mitología gallega, siendo el lugar a donde van a morar los
cuélebres cuando envejecen, que según la tradición fue circunnavegado siglos
atrás por San Amaro como una de las cinco paradas del viaje en su periplo al
Paraíso Terrenal, en el que se encontraban enormes monstruos que amenazaban a las
embarcaciones que intentaban atravesar el lugar. Se trata de una gran masa de
agua situada más allá del Océano Occidental, aunque según otras versiones se
extiende bajo tierra, razón por la cual recibe también la denominación de la
Mar Tapada, cuyos orígenes se remontan a las travesías de algunos navegantes
fenicios y griegos, como Piteas de Masilia, que realizaron cerca del Círculo
Polar Ártico, en que las aguas se cubrían con grandes capas de hielo durante
los inviernos, impidiendo la navegación (lo que justifica el adjetivo de “cuajada”).
Según Filemón, los galos y los cimbrios le dieron el tercer nombre de Mar
Morimarusa o Mar Muerto, por permanecer totalmente en calma y sin oleaje. En
sus profundidades se acumulan innumerables diamantes que pueden ser asidos por
los marineros con ayuda de una cuerda. Su nombre en asturiano es Mar Cuayada.
María
Cuchillas
Según se dice, María era una
joven de clase humilde que vivía en Oviedo en el siglo XVIII ó XIX y que estaba
enamorada de un ermitaño que había llegado hacía poco tiempo a las afueras de
la ciudad y había consagrado su vida a la oración, ganando poco a poco fama de
santo y al que algunos iban a ver para hacerle ofrendas y peticiones. Fue en
una de ellas donde María quedó prendada de él, pero este le desairó debido a su
devoción, por lo que María decidió pedir ayuda a una bruja famosa que habitaba
en una cueva cercana, con fama de conseguir imposibles. La bruja convocó a
Satanás, que se apareció y le indicó a María que degollase a un niño de su
propia familia, entregándole él mismo el cuchillo para cometer el crimen. Esa
noche cogió al menor de sus hermanos de la cuna y se lo llevó a la cueva
cercana al ermitaño, donde culminó su horroroso asesinato, pero entonces y
dándose cuenta de lo ocurrido, corrió a ver el ermitaño, explicándole lo
ocurrido. Éste sentenció que debido a lo que hizo, quedaría condenada en esa
cueva a limpiar la cuchilla de la sangre de su hermano por toda la eternidad
hasta que lograse dejarla impoluta, ganándose así su infame apodo. En ciertas
fechas se asegura que se puede ver a la desdichada María Cuchillas en la cueva,
tratando de limpiar frenéticamente la sangre de su cuchillo.
En una versión alternativa de la
historia, el enamorado de María no era un ermitaño si no un hombre de clase
alta, lo que impedía que él se fijase en ella debido a que ella era de clase
obrera. Para ayudarla, El Diablo se le apareció y le dijo que si quería
conquistarlo llevase a su hermano recién nacido a una cueva, donde lo matase a
cuchilladas hasta desangrarlo, y con su sangre hacer una pócima o un conjuro
para enamorar a su amado. María obedeció pero su hombre fue avisado de lo
ocurrido y encontró a María tras cometer el crimen, maldiciéndola y
condenándola a limpiar la sangre de la cueva hasta que sus lágrimas se
mezclasen el agua de lavar, indicando así su arrepentimiento. Más allá de
dichas versiones, a María se la considera la santa patrona de los crímenes sin
resolver (algunos cometidos por ella misma), y según se dice se aparece de vez
en cuando por las noches ovetenses, portando cuchillos manchados de sangre.
María
les Campanilles
Una tenebrosa fantasma oriunda
de Gijón, se representa como una calavera con manos huesudas envuelta en
sudario blanco, cuyo cometido es llevarse de sus camas a aquellos niños que no
se quieren dormir por la noche.
Marillona
Una asustaniños que merodea por
la zona de Loroñe, en Colunga.
Marimanta
Una bruja oriunda de Caleao
(concejo de Caso), al igual que la Cúcara Mala, que tiene devoción especial de
raptar a los niños demasiado inquietos.
Marruecu
Un asustaniños proveniente de
Cabranes.
Media
Cara
Un espectro originario en
Santianes de Pravia, al igual que el Piricu Sangrau. Se trata de medio cuerpo
humano que solamente tiene una pierna, un brazo y un ojo, como un cadáver
ensangrentado que estuviese partido en dos, y que se aparece por las noches
para comerse a cuanto niño se cruza en su camino.
Mouros
También llamados Moros (sin
relación alguna con los musulmanes), se trata de una raza de seres mágicos que
vivían en Asturias desde el principio de los tiempos, mucho antes de que
llegasen los primeros pobladores humanos, que por razones desconocidas se
vieron obligados a vivir bajo tierra, creando un mundo subterráneo gracias a
redes de túneles, en donde ejercían el oficio de la minería, la metalurgia, la
orfebrería (tareas en las que se les atribuye una habilidad inalcanzable para
los humanos) o simplemente jugando a los bolos. Se supone que son los
constructores de los dólmenes y de los castros, y debido a su forma de vida
tienen grandes tesoros y riquezas, que son protegidos por cuélebres o por
hechizos. Rara vez salen al exterior a no ser para recoger comida, y solo salen
al anochecer, por la noche, o en días muy señalados como la noche de San Juan.
No suelen mezclarse con los humanos, a no ser en encuentros casuales. El
término “moro” o “mouro” no se refiere a una etnia o raza concretas, si no que
deviene del original latín “mauro” (oscuro), en alusión a su aspecto sombrío
por vivir bajo tierra. A los niños muy sucios o que se han manchado mucho con
el carbón se les dice que parecen mouros.
Muerte
Mesada
Es la encarnación asturiana de
La Parca (es decir, la muerte). Se presenta en casa de los moribundos y
próximos difuntos, con el propósito de llevarse su alma al Más Allá. Responde a
la imagen tradicional de la propia Parca, llevando una guadaña y siendo su
aspecto el de un esqueleto en sudario negro. Curiosamente, también se aplica a
las personas delgadas y/o demacradas, e incluso a los pollos y gallinas, cuando
se encuentran desplumados.
Mujerona
Una bruja originaria de Cangas
del Narcea, La Mujerona es una malvada anciana que se dedica a raptar a los
niños pequeños para llevárselos a su choza (oculta presumiblemente en el
interior de los bosques o montes próximos al propio pueblo).
Nereide
Mito importado de la mitología
griega (al igual que las dríades), la nereide es una ninfa de las aguas,
vinculadas tanto al mar como a las costas y acantilados. A diferencia de las
serenes no tienen cola de pez, si no que son humanas completamente como sus
primas las xanas del bosque, y pueden aparecer o bien sobre las rocas de los
salientes (a veces una sola, a veces en grupo), o bien montando en delfines o
caballitos de mar gigantes. Al igual que las serenes y las xanas, poseen una
enorme belleza y una melodiosa voz, con la que pueden seducir a los hombres y
atraerlos con sus encantos para que se ahoguen si entran en el agua intentando
alcanzarlas, o estrellando los barcos contra los salientes en donde se
encuentran si están navegando.
Nuberu
Conocido como Escolar,
Reñubeiru, Nubero, Ñubero, Ñuberu, Nubreiru, Xuan Orito, Xuan Cabritu y Xuan
Cabrita, es un conductor de nubes y tormentas. Se le representa como un hombre
con espesa y enorme barba, ojos ardientes, orejas puntiagudas, vistiendo con
pieles de cabra, con capa negra y un gran sombrero de ala ancha. Puede ser
terriblemente dañino con las personas, lacrando pastos y sembrados, si bien
puede ser muy beneficioso con aquellos que le ayuden, atribuyéndosele el don de
ser un “tempestariu” (un especialista en ahuyentar las tormentas). Crea
nubarrones y cabalga sobre ellos, siendo hacedor de la lluvia, la nieve y el
granizo, que arroja sobre campos predeterminados por él, arruinando así las
cosechas. De carácter dual, también se encarga de llevar el agua a la tierra
para hacerla fértil y que de ese modo la cosecha prospere. Sin embargo, lo más
temible es su capacidad para crear la niebla más espesas y densas, lo que hace
que tanto los pastores como su ganado acaben perdiéndose en el monte.
Según su propia idiosincrasia,
el Nuberu vive en Egipto, en lo alto de una montaña (en una versión
alternativa, en un lugar llamado Ciudad del Grito o Brita, lo que da lugar a la
rima: “Si vas a Brita, pregunta por Xuan Cabrita”). En una ocasión que
vino a Asturias montado en las nubes, tuvo la mala suerte de caerse a la
tierra. Pidió cobijo y nadie se lo dio hasta bien entrada la noche, en el que
un campesino se apiadó de él. En gratificación todos los años le regaba bien
sus sembrados aumentando éstos su producción. Años después este campesino tuvo,
que efectuar un viaje al lejano Egipto, llegando a Brita para encontrarse con
él. Al enterarse de que su amada después de tantos años de ausencia decidió
casarse con otro, el campesino fue a pedir ayuda al Nuberu, montándole en una
nube para llegar a tiempo para impedir la boda y de ese modo recuperar a su
enamorada.
En los pueblos astures hay
varios métodos para “exconxurar” al Nuberu y así evitar su llegada de sus
lluvias y tormentas: tocar las campanas de bronce de la iglesia, o dejando que
éste viese al cura del pueblo, lo que le alejaba con rapidez, especialmente si
estaba rodeado de niños; otro método de alejar al mal tiempo es poner cuchillos
y navajas semi enterrados en la tierra y apuntando al cielo, esperando así
cortar la mala nube en dos, algo que también puede hacerse con hachas y
tijeras; prender una rama de lloreu (laurel) que previamente haya sido
bendecida; sacar las palas del horno y ponerlas en el suelo formando una cruz;
o encender una vela denominada Tinieblina, traída de la misa del Jueves Santo.
El Entiznáu de la mitología hurdana posee algún que otro paralelismo con el
Nuberu asturiano, incluso en la indumentaria. El Nuberu también está
relacionado con el dios de la mitología celta Taranis. En Caleao es conocido
como Marfellao.
Oso
Marín
Ser sobrenatural que merodea por
las costas asturianas, cuya principal afición es llevarse al fondo del mar a
los niños que se alejan demasiado de la costa cuando van a darse un baño.
Pantasma
Espíritu perverso que ronda por
Tineo, La Pantasma es un ser dedicado maliciosamente a espantar a los niños,
que en vida fue un caballero muerto en pecado de adulterio tras caer de su
caballo. En Carmena, Toledo, se conocía como Pantasma a personas embozadas en
negro que merodeaban por el pueblo o el cementerio durante la noche, lo que
hacía dar el aviso: “Venga, pa casa, que esta noche hay pantasma” para
evitar cruzarse con estos seres (que tal vez fuesen beatas cumpliendo alguna
clase de promesa o penitencia).
Paparresolla
Ser que infunde miedo cerval en
los niños para que se callen cuando lloran. Su nombre es una mezcla entre “papo”
y el verbo “resollar”, precisamente por que su presencia hace respirar fuerte
con los mofletes, amedrentando a quien lo escucha. De ella se dice: “Paparresolla,
boca sangrando, tripes afuera, rabo arrastrando”. En otras partes, las
madres cantan a los niños “¡La Paparresolla cayó en la olla!. ¡Ay, que te
come la Paparresolla”. Habita en los desvanes o estar agazapada bajo los
tejados de las casas, lanzando lastimeros y horrísonos gritos, pero también se
dice de ella que vive en las torres de las iglesias, vigilando desde la atalaya
a los niños desobedientes para llevárselos, de lo que se deduce que, aparte de
vivir en lugares fríos y oscuros, tiene el poder de volar. Es ampliamente
conocida en Colunga, Caravia, Sobrescobio, Laviana, Bimenes, San Martín del Rey
Aurelio, entre otros lugares.
Paparroxu
Equivalente masculino de la
Paparresolla, que ronda por Borres (Tineo).
Papón
Este personaje, sobradamente
conocido en el occidente asturiano, tiene su nombre debido a su enorme papada.
Tiene el vientre muy hinchado, un gran abdomen y una apariencia bonachona, pero
tras esa fachada se oculta un glotón al que le encanta raptar a los niños
llorones que no se duermen. Se los lleva de sus casas por las noches para “paparlos”
(tragarlos). En Cangas de Narcea aparece una versión alternativa de su aspecto,
haciéndolo más terrorífico: talla gigantesca, boca enorme, ojos de fuego y
estómago de horno ardiente, y se le canta de la siguiente manera: “Era sí,
era non / Que te comerá el Papón / Que tua madre vay na misa / Y tou padre nel
sermón”. Otro personaje emparentado con él es Xuan Canas, que vive en los
pozos de los ríos y si algún niño pasa por allí lo rapta y lo esconde para
siempre en el fondo del río.
Pasinza
Versión femenina del Nuberu, que
sobrevuela por los cielos de Grandas de Salime y de Navia, siendo también
conocido en aldeas de Allande como Tremao, Cornollo y Fonteta. Se lleva por los
aires aquellos niños que no quieren dormirse, diciendo de ella: “Ahí che ven
a Pasinza; vaite papar”. Su nombre deriva de sinza, la forma bable de “ceniza”,
en donde se sienta por las noches al bajar por la chimenea del llar, justo
debajo de la gamayeira (las cadenas del pote) para comerse las hogazas de pan.
Pata
Roxa
También llamada Patarroxa. Bruja
asustaniños de Podes (Gozón).
Pataricu
Llamados en español patarico o
pataricos, son seres gigantescos que viven en la legendaria isla de Eonavia (o
Eonaviega), entre las costas del Eo y de Navia, en el occidente asturiano
fronterizo con Galicia, que tienen un solo ojo en mitad de la frente, una
fuerza extraordinaria y un finísimo sentido del olfato que les permite detectar
náufragos, de los cuales se alimentan. La isla solo era accesible para los
barcos que habían sufrido un naufragio, llegando a sus costas arrastrados por
la marea, de modo que los supervivientes se veían atrapados en la isla al no
tener barco con que escapar de ella, siendo también víctimas del hambre de
estos enormes cíclopes. Los pataricus sienten especial predilección por devorar
a los cristianos, al ser capaces de captar su olor, y desconocen la existencia
del fuego, por lo que sus víctimas (tanto cristianas como no cristianas) son
devoradas crudas. Según se dice guardan tesoros de épocas pasadas, al igual que
sus parientes gallegos suyos, los xixantes. En Anleo, Navia, se decía “Ye
más malu qu’el Pataricu”, refiriéndose a alguien perverso y con malas
intenciones. Los pataricus están relacionados con los Daonie Mara escoceses y
los Merrows irlandeses.
Patena
Ser sobrenatural nativo de
Puerto de Vega, en Navia, que se dedica a secuestrar a las chicas del pueblo
que son poco avispadas o listas, encerrándolas para siempre. A estas chicas se
las conoce con el nombre de las sacrificadas.
Pauto
Espíritu o duende del hogar, se
encarga de apartar cualquier obstáculo de los que consideran sus protegidos
para facilitar de ese modo el alcance de sus deseos. Estos seres están insertados
en la jerga popular, ya que “tener pauto” significa que una persona tenga
influencia o una ayuda especial de un ser misterioso o sobrenatural. Son
invisibles, aunque pueden presentarse de distintas formas, especialmente de
animales, y alguna vez de forma humana, aunque esto se produce solo de forma
ocasional. Obligan a toda una vida de servidumbre, con algunos testimonios
directos en Grado, Quirós, Lena y Mieres, entre otros. En concejos más al
oriente como Caso y Nava, se dice que tienen pauto a los que de forma habitual
siempre tienen buen suerte. En Puerto de Vega, Navia, se dice que hay “xente
que tiene pauto con el demonio” en referencia a ser mucha buena suerte. En
Piloña y Ponga se dice “Paréz que tén el pauto” o “Tén el pautu
rnetíu nel pelleyu”, aplicándose a los niños muy traviesos o que parecen
estar poseídos por el demonio (a los que también se refieren como “Paréz que
yéntróu -o 'que tén- el demonio nel cuerpo”,”Yá más malo qu'el pecaú”
o “Yá más malo qu'el demonio”).
En algunos lugares el pauto es
representado como un personaje diminuto, que cabe dentro de una cajita,
teniendo equivalentes en otras partes de España como en Cantabria, llamado
mengue, vistiendo similar al trasgu y haciendo travesuras de toda índole como
inmovilizar a las personas infundiéndoles miedo su pena de encerrarlos en un
cuerno vacío de toro. En Andalucía es llamado mamur (una especie de escarabajo
negro también apodado carmeno), y en Cataluña lo conocen como maneiro (una
semilla procedente de la planta mareinorera que florece en las cuevas, recogida
en la Noche de San Juan, y que al germinar se convierten en pautos). Según la
tradición, en la víspera de San Juan, poniendo un alfiletero en un zarzal, se
puede capturar hasta una docena de estos seres.
Paxila
Mitad bruxa, mitad curuxa, se
trata de una bruja buena que deshace los entuertos que organiza su horrible
prima, la Guaxa. A los infiernos o a El Diablo entrega las brujas negras,
siendo luego enviada a sembrar el pánico entre los vivos. Pero ella, sin maldad
como las brujas negras, en las noches de invierno se conforma con algunas
travesuras pequeñas como hacerles cosquillas a los niños, o plantarles una
molesta mormera de tres o cuatro días. Y cuando la muerte o las calamidades se
agolpan en una casa debido a las malas artes de alguna guaxa, ella huye triste
y llena de vergüenza al interior de los bosques.
Pecau
Sabadiego
Demonio de cuernos enormes,
dedicado a toda clase de villanías. Dado que “sabadiego” (plato típico de
Noreña) es el embutido realizado con los desperdicios del cerdo, el Pecau
Sabadiego es tal vez un diablo que causa problemas de estómago o intestino a
quienes se dejan llevar por la gula (precisamente uno de los siete pecados
capitales). Dándose un aspecto aterrador no solo por los cuernos si no también
por sus alas membranosas (parecido a El Diablo), se dice que si se aparece a
hombre para llevárselo es necesario recitar sin errores Les Doce Pallabras
Retoniaes, que sirven a modo de conjuro contra él, diciéndoselas una a una de
modo que él repite la escuchada y pregunta por la siguiente al son de “Ay
amigu míu, dime la dos (tres, cuatro, etc.)” hasta que, escuchada la
letanía al completo, éste se ve obligado a huir espantado de allí: “La una
la Virgen Pura, más clara que'l sol, que la Luna, y la Luna más que tú / Las
dos, dos tablitas de Moisés, onde Cristo posó los pies pa subir a la Gloria /
Las tres Maríes / Los Cuatro Evangelistas / Les cinco Llagues / Les seis
Candeles / Los siete Cielos / Los ocho Gozos / Los nueve Coros / Los Diez Mandamientos
/ Les Once mil Vírgenes / Y los Doce Apóstoles”. Según esa misma tradición,
el alma de los difuntos debe recitar las pallabras retorniaes a El Diablo si
quiere cruzar el puente que le llevará al Más Allá.
Perfeuto
Diablillo que merodea por el
pueblo de Vega, en Ribadesella, que vive en las chimeneas de las casas, de
donde sale súbitamente para espantar a los que residen en ella, en especial a
los niños desobedientes.
Pesadiellu
Un espíritu maligno, que no
tiene forma determinada y relacionado con El Diablo, de ahí que se cuente que
puede aparecerse con la forma de un Macho cabrío. Se suele aparecer a los
caminantes, que sienten como una presión extrema en el cuerpo que puede llegar
al desfallecimiento y debe recurrir a los rezos para deshacerse de él. Asociado
a otra entidad sobrenatural llamada La Manona, otra versión de la historia dice
que precisamente puede adoptar la forma de una enorme mano peluda.
Piricu
Sangrau
Natural de Santianes de Pravia,
al igual que La Media Cara. Se trata de un hombre ensangrentado y despellejado
que se aparece de noche por los caminos. De encontrarse con algún niño
extraviado, lo rapta y desaparece con él, por lo que el niño nunca vuelve.
Pirriría
Procesión espectral parecida a
la Güestía. Originaria de Pravia, La Pirriría es un cortejo de muertos y perros
que sobrevuelan los cielos pravianos, rondando por los tejados de las casas
(dejando a veces sentir sus pisadas por los techos) con intención de llevarse
al Más Allá a cualquier infeliz con el que se encuentren, una vez este sube al
tejado con idea de detener a un posible intruso o ladrón. Dicho cortejo guarda
paralelismos con el dios germánico Wotan y sus valquirias, que se aparecían por
los aires para llevarse a la gente al otro mundo. En Abres, Vegadeo, se cita a
un extraño cortejo de perros que vaga por los tejados, rascando las tejas en
busca de muertos a los que llevarse.
Príncipe
Aliatar
Personaje más legendario que
mitológico, de gran popularidad y cariño entre los niños pequeños,
característico de la época navideña. Suele presentarse como “Su Alteza Real
el Príncipe Aliatar”. Tiene por cometido visitar los pueblos y las ciudades
para recoger las peticiones que los niños hacen a los Reyes Magos durante las
semanas previas a la gran cabalgata del 5 de enero. En la Cabalgata de Reyes,
Aliatar es quien abre la comitiva, precediendo a Melchor, Gaspar y Baltasar,
respectivamente.
Procesión
das Xás
También llamada Procesión das
Xans, es un cortejo fúnebre semejante a la Güestía y Santa Compaña gallega, con
las que tiene algunos puntos en común, pero diferenciada principalmente de
éstas en que sus miembros no son fantasmas de muertos, si no de vivos. Marchan
en dos hileras llevando un ataúd con ellos, y cuanto más cerca del ataúd van
los miembros, más inminente es su muerte. Los que más lejos van del féretro
pueden tardar hasta tres o cuatro años en fallecer. El que se encuentra con
esta procesión sólo la ve, pero no la siente, y el encuentro se da casi siempre
en los cruces de los caminos, donde es costumbre detenerse con los difuntos
para que los curas echen responsos. Si el infortunado que se encuentra con la
Procesión das Xás es un amigo de los que procesionan, lo único que le hacen es
llevarlo por el aire a otra parte; si es enemigo, le propinan una gran paliza y
lo arrastran por los hartos. Pocas son las personas que ven la Procesión das
Xás, pues para esto se necesita poseer dos únicas condiciones: que el padrino
de quien la ve rezase mal el credo cuando lo bautizaron, o que en este evento
el cura confundiese los santos óleos del bautismo con los de la extrema unción.
Tal error puede remediarse bautizándose de nuevo.
Rampayu
Al igual que el Pasinza y otros
asustaniños del principado, este ser sobrenatural se dedica a llevarse a los
niños desobedientes y que se portan mal con sus padres.
Rapeu
También llamado Rapeo. Es un
duende o espíritu originario de Colunga, que pasa la noche espantando a los
niños que no se duermen.
Reciella’l
Nuberu
Aunque el vocablo Bable reciella
se refiere en concreto al ganado lanar como cabras y ovejas, se dice que a
veces el Nuberu, subido en sus nubes negras y mirando con gesto hosco y ceñudo
al mundo debajo de su sombrero negro, cuando más enfrascado está en sus
labores, en vez de enviar desde el cielo sus habituales lluvias y tormentas lo
que envía es su particular rebaño, que consiste en una lluvia de sapos,
culebras, babosas y salamandras. Y ya sobre la tierra, estos seres se apartan
de los demás miembros de su especie debido a su forma de arrastrarse o bien por
su color, más intenso y brillante. Si alguien localizaba a algunos de estos
escurridizos y fantásticos animales, como por ejemplo una salamandra, y cuidaba
de ella con cariño, enseguida se iba a trabajar alegre ya que su buena acción
era recompensada al verse rodeado de riqueza y fortuna. Pero pocos han tenido
esa suerte, porque la gente de campo ha tenido toda la vida repulsión, rechazo
y miedo hacia estos hijos de los barrizales, aún tratándose de tesoros enviados
por el Nuberu.
Reina
También llamada La Reina, es una
versión femenina de El Cortador y natural de San Pedro de las Baheras, un
pueblo de Val de San Vicente. Tiene por cometido cortar las orejas de los niños
que desobedecen las órdenes de sus padres no jugar con cáscaras de nueces que
manchan mucho las manos.
Repunte
de las Medias Blancas
Oriundo de Puerto de Vega,
Navia, este monstruo de aterradora apariencia vive bajo el mar y permanece
cerca de los acantilados, a la espera de que alguien se acerque demasiado al
borde. En ese momento se sube a las crestas de las olas y cuando éstas se
estrellan contra el rompiente, salta hacia el acantilado para llevarse a su
incauta presa al fondo del mar. En el idioma asturiano se le conoce como
Repunte de les Medies Blanques.
Retornados
Se trata de una aparición fantasmagórica
alejada de la típica figura vaporosa o un espectro embozado de negro (y
distinta de los Aparecidos, que sí responden a este estereotipo), a medio
camino entre el zombi, el espíritu de la literatura clásica y el resucitado. Se
aparece de cuerpo entero como una persona más por la calle, de forma totalmente
casual y anodina, ante algún amigo cercano al que hace tiempo no ve (que ignora
de esa defunción y por tanto no sabe que está hablando con un muerto),
charlando con él unos minutos para luego los dos seguir su camino como dos
viandantes más, sin mayores sobresaltos. Cuando el testigo comenta este
encuentro con terceras personas (amigos y/o familiares cercanos), estos se
encargan de revelar a dicho testigo que tal persona falleció de manera reciente,
entre semanas o meses (nunca más de un año), y que por tanto no puede haberlo
visto. Intentando validar su encuentro, el testigo describe el aspecto y la
ropa que el finado llevaba puesta, descubriendo para su horror por boca de
dichas personas que esa era la ropa con la que había fallecido. Actuando como
una especie de vampiro y succionando la energía vital en vez de sangre, quien
se encuentra con un Retornado suele enfermar por espacio de días o semanas, al
sentirse débil y que le faltan las fuerzas. Aunque las más de las veces se
aparecen a modo de comunicar su propia muerte a los testigos o de cerrar algún
trámite pendiente sobre su muerte (un enterramiento o alguna última voluntad
que, tras esa aparición, se desvela que no llegó a hacerse), una versión
alternativa les da un cometido más insidioso, actuando a modo de anunciadores
de la muerte de quien se topa con ellos, haciéndoles enfermar tras su encuentro
para fallecer al cabo de poco tiempo. En el idioma asturiano su nombre sería
Retornáus.
Rey
Diego
Ser espectral que asusta a los
niños por las noches, conocido entre los Vaqueiros de Alzada por estar basado
en la figura de un rey legendario que después de sofocar una rebelión de alzada
de éstos, pensó en castrarlos a todos como castigo, cambiando finalmente de
idea y condenándolos a no tener nunca una residencia fija y que le pagasen
tributos de forma anual, razón que explica que los vaqueiros sean trashumantes.
Entre estos hay una frase de reza: “No te hagas el Tío Diego”, en
referencia a personas que actúan con mala fe o con doble intención hacia los
demás.
Ruido
de Cadenas
En muchos pueblos y aldeas
asturianas era frecuente que, por las noches, se escuchase un pesado arrastrar
de cadenas que procedía desde el desván de la casa, que infundía el miedo en
sus moradores. La imaginería popular atribuye que el ruido lo provoca El
Diablo, que se pasea por desvanes solitarios arrastrando la cadena que Dios le
impuso por expulsarle del cielo, aunque una versión alternativa de la historia
dice que se trata del fantasma de un familiar que, condenado en el Purgatorio a
modo de penitencia por su mala vida, vaga lóbrego por la casa de sus parientes.
Una respuesta plausible de tal fenómeno apunta al mismo cura del pueblo,
tratando de asustar a sus parroquianos para que vayan a la misa y no dejen de
lado a la iglesia, aunque otra más razonable indicaría que el creador de tal
ruido es un particular con la mala intención de que sus moradores se marchen de
allí para así quedarse éste con la propiedad.
Sacauntos
También llamado El Home del
Untu, El del Untu o Juana l’Untu (de ser mujer). Parecido a la leyenda del Home
del Sacu, se trata de un o una errante mercader de siniestro producto, ya que
al hombro porta un gran saco en donde deposita el unto (la manteca o grasa) de
las personas a las que destripa personalmente, usando un cuchillo que lleva
para la ocasión. Una vez muertas y vaciadas de grasa, acude a los mercados,
donde vende la grasa para sacarse unas monedas con que comer.
Serena
Seres híbridos, mitad mujeres
mitad pez, que viven en el mar y en los ríos cantando hermosas canciones.
Suelen tener un carácter negativo y perverso. Se las asocia con la seducción de
marineros a los que atraen con sus cantos a las costas peligrosas para que
naufraguen o mueran en ellas. Según cuenta la leyenda, había una chica muy
hermosa con un apetito desordenado, que comía continuamente pescados y
mariscos. Una mañana su madre, harta de complacerla, le dijo: “Quiera Dios
que te conviertas en pez”. Esa misma tarde, cuando la joven se estaba
bañando en el mar, sintió que sus piernas se iban cubriendo de escamas y se
convertían en una poderosa y gran aleta. No tardó en consolarse y sentirse
libre, sin más preocupaciones que nadar y bucear. Entonces, llena de alegría,
empezó a cantar, ganándose el afecto de los marineros por sus canciones, su
belleza y alegría, al ser su intención no desviarles de su rumbo si no alegrar
sus travesías. En una versión alternativa de la historia la joven, feliz por su
transformación en pez pero buscando vengarse de la maldición de su madre,
engatusaba a los marineros con sus cánticos para que éstos estrellasen los
barcos y pereciesen en el naufragio.
Sumiciu
Es menos conocido que el trasgu,
pero al igual que éste es un duende del hogar. Se le asocia con los despistes y
las desapariciones de objetos, siendo muy habitual en Asturias oír la expresión
“llevólo el Sumiciu” o “páez obra del Sumiciu”. Es de un tamaño
sumamente pequeño y es invisible al ojo humano, por lo que tiene total libertad
para sus fechorías sin ser descubierto. Pero la acción del sumiciu no se limita
a eso, ya que este duende es más perverso que el trasgu, llegando incluso su
poder a ser capaz de “sumir” (ir haciendo desaparecer poco a poco) a las
personas, especialmente a los niños. Entre sus aficiones se encuentra la de
cambiar el contenido de los barriles de vino, sacando éste para reemplazarlo
por agua. Aún así, la manera de librarse del Sumiciu y recuperar los objetos
perdidos es simple: se dice que hay que rezar una oración a San Antonio, pero
rápidamente y sin cometer ni un solo error durante dicho rezo. De lo contrario,
los objetos que han sido perdidos jamás volverán a recuperarse.
Tamboriteru
Aparición espectral sonora, que
no física, oriunda de Santianes de Pravia, consistente en un tambor que suena
solo en el desván de una casa, siendo un mal augurio que avisa de la próxima
defunción de uno de sus moradores.
Tío
Camuñas
También llamado Camuñas a secas,
este personaje goza una de amplia popularidad en toda España, por su capacidad
para infundir miedo en quien se encuentra con él. Se dice de él que vive en los
desvanes de las casas del pueblo. Sus orígenes cabe encontrarlos en una persona
real, Francisco Sánchez, nacido en Camuñas, Toledo, el 11 de septiembre de
1762. Se ganó su fama de asustador luchando contra los franceses (que
espantados gritaban: “¡Que viene el Tío Camuñas!”), en quienes infundía
un pánico cerval en venganza por la muerte de su hermano, asesinado por ellos
después que se rindiese con la condición de que le dejaran vivir. Tras ser
traicionado por uno de los suyos fue ahorcado en la Plaza Mayor de Belmonte. Su
leyenda le otorgó una segunda vida sobrenatural, primero en Francia y luego
transmitida al resto de España (Asturias incluida), donde la imaginería popular
lo ha convertido en un ser espectral amenazador.
Torollinos
Pequeños seres del bosque,
emparentados con el Busgosu. Muy peludos, gordos y con rabo, son casi todo
cabeza, de la que salen varios cuernos (uno, dos, tres...), según cada uno.
Duermen entre el musgo y en los agujeros de los árboles la mayor parte del día
y de la noche, saliendo desorientados al alba y al ocaso, persiguiéndose
enloquecidos entre la maleza, tropezando en las raíces o estampándose en los
troncos. Les gusta embestir contra las nalgas de quienes se paran a echar una
siesta en el suelo de la montaña, o mordisquear los talones del caminante, para
esconderse rápidamente entre el follaje y la maleza. Son tan aturullados que
molestan a todo bicho viviente con el que se encuentran, pero tanta tarea a
calzón quitado los deja enseguida sin resuello, por lo que buscan entonces sus
rincones y escondrijos, en donde caen rápidamente en el más profundo sueño
hasta su siguiente reaparición.
Trasgadiellu
Duende oriundo de Cangas del
Narcea (como los Diañinos de les Tenaes), semejante y emparentado con el Trasgu
clásico, pero tres o cuatro veces más pequeño que el anterior. Organiza los
mismos líos y enredos que consagraron a su primo, pero poco a poco fue
desplazado por este, que no le toleró su competencia. Suele resguardarse por
los lugares tristes y abandonados, como los hórreos y paneras que han sido
tomados por los hartos, en casas viejas y destartaladas, y en molinos
desarreglados y ruinosos. Si bien quizá aún quedan algunos de ellos por esos
sitios, la marcha de la gente de los pueblos por donde cometía sus travesuras
puso fin a nuevas noticias sobre su revoltosa vida.
Trasgu
Uno de los personajes más
conocidos tanto en la mitología asturiana como en el resto del país, cuya lista
de sobrenombres es extensa: Gorro Colorau, Trasno, Cornín, Papudo (en Tineo),
Pisadiel de la Mano Furada (en Navia), Meque (en Laviana), Reveyeco (en Grandas
de Salime) y Xuan dos Camíos (en el occidente), entre otros. Es un duende de
personalidad traviesa y juguetona, de espíritu inquieto y simpático, que no
suele superar los 80 cm .
de alto. Tiene la piel negra u oscura, con unas grandes uñas en las manos, una
boca descomunal, nariz aplastada, ojos brillantes y pequeños, cuernos y rabo;
es muy delgado y cojitranco, pero se mueve con rapidez asombrosa y suele dar
grandes saltos, su rostro tiene casi siempre una expresión burlona, salvo que
se le moleste y se enfade. Viste blusón y gorro, siempre de color rojo o
encarnado. Su rasgo más característico es que la palma de su mano izquierda
está perfectamente agujereada.
Vive en las casas y es sumamente
travieso, llegando a ocasionar grandes destrozos en ocasiones. Causa graves
trastornos en la vida familiar en aquellas casas que habita, molestando al
ganado, dando voces, tirando cosas al suelo o cambiándolas de sitio, sacando la
ropa de los cajones, impidiendo que las personas duerman por las noches, etc.
Su lugar preferido es el llar o llariega (el sitio donde se hace el fuego y se
cocina). Si se le trata bien, y siempre y cuando esté de buen humor, el trasgu
puede hacer las tareas pendientes que los humanos no pudieron acabar, como
barrer, poner las cosas en un sitio y limpiar las casas, haciéndolo siempre por
la noche. Sin embargo, si se le hace enfadar, es tal la molestia que provoca
que a veces las familias tienen que mudarse. No obstante, es sumamente difícil
deshacerse de él, acompañando normalmente a la familia en la mudanza y
anunciándose diciendo “yo también ando de casa mudada”.
Hay varias maneras de librarse de
él: una es encargarle que traiga agua en una cesta, y al no poder hacerlo se
marcha avergonzado. Otras maneras de deshacerse del trasgu es dejándole un
puñado de grano en el suelo (y como no los puede coger porque se le escapa por
el agujero de la mano se enfada y se va), extendiendo por el suelo linaza o
mijo y pedir que lo recoja (siendo otra tarea imposible para él) o pedirle que
blanquee el pellejo de un carnero negro. Como el resto de seres mitológicos,
tiene aversión a los símbolos católicos. El mito del trasgu está emparentado
con otros mitos de duendes comunes en toda Europa y el resto del mundo.
Vedorio
Nombre con el que se designa a
todo aquel que es capaz de ver a la Santa Compaña o Güestía, debido a que en su
bautizo se usó el aceite para los muertos en vez de agua bendita, o bien por
haber nacido con alguna facultad extrasensorial. Parecidos a las adivías, se
les supone personas con poderes similares a los suyos, como el don de predecir
entierros de vecinos del pueblo antes de que ocurran.
Vellos
Genio de la naturaleza, que
limita su dominio al pueblo de Libardón (Colunga). En la Sierra del Sueve es
conocido como Beyosu.
Ventolín
El ventolín, o ventolines, son
duendes extremadamentes pequeños, aunque en ocasiones se les puede ver. Flotan en
el aire y de noche sueden hacerlo en los rayos de la luna. Tienen facciones muy
agradables como de niño y son hermosos, de facciones proporcionadas. Entre
otras tareas se llevan el alma de un difunto que se escapa del cuerpo al
exhalar su último aliento, transportan los suspiros de los amantes por el aire,
duermen a los niños con la armonía de sus voces, esparcen el rocío del amanecer
y llevan el último adiós de los padres a los hijos que están alejándose en los
barcos al salir a faenar. También alivian al caminante que se los encuentra en
un recodo del camino, los días de canícula. En la noche de San Juan, los
ventolines cantan a las xanas para que estas bailen en coro alrededor de la
hoguera. Su nombre significa “remolino de aire” en el idioma asturiano.
Xana
La Xana (pronunciado “shana”) es
el nombre que reciben en Asturias las ninfas. Las xanas en Asturias están muy
ligadas a las fuentes y a los saltos de agua, como también a pozos, lagos,
estanques, manantiales, cuevas y dólmenes. Normalmente guardan tesoros bajo las
aguas, y se las describe como chicas jóvenes y de tremenda belleza, de rasgos
más bien nórdicos, de cabellos y ojos claros verdes o azules, con la piel
blanquecina, vistiendo velos y gasas transparentes. Se peinan a los orillas de
las fuentes o saltos de agua con peines de oro, esperando a los incautos para
cautivarlos con sus encantos y promesas de tesoros, apareciéndose en el reflejo
del agua cuando éstos acuden a beber a la fuente. Aunque bondadosas por lo
general, también pueden ser tremendamente vengativas con los que invaden su
territorio. Tienen hijos pequeños y peludos, llamados xaninos, y puesto que son
incapaces de amamantarlos, los cambian por algún niño de alguna aldea cercana.
Cuando la madre se da cuenta del horrendo trueque al ver el extraño
oscurecimiento de la piel del bebé, o su dentición completa a pesar de tener
pocos meses de edad, ruega a la xana para que se lo devuelva.
En ocasiones son custodiadas por
cuélebres, y en la noche de la Fiesta de San Juan, durante el solsticio de
verano, las xanas salen a cantar y bailar, dejándose ver para quien las desee
contemplar, además de lavar sus ropas y tenderlas. Pueden devanar madejas de
hilos de oro y plata y, al igual que con los homones, se les confiere la
creación de monumentos megalíticos, que serían vestigios de fastuosos y
grandiosos palacios construidos en épocas pretéritas. Su nombre deriva
originalmente de Diana (hermana de Apolo y diosa de la caza en la mitología
griega, estando emparentadas con las hadas de Irlanda, Escocia y Gran Bretaña),
y varía según la zona: en Llanes se las llama injanas, mientras que en Ponga
son xianas, y en Cudillero y Muros del Nalón, xanías. Del mismo modo, existen
cuevas de xanas en Colunga, Caravia, Proaza, Avilés y Nava, fuentes en Llanes,
Somiedo, Candamo, Aller, Grado, Quirós, Mieres y Caso, así como un prado en el
pueblo de Payandi (Lorío, Laviana), un monte en Berbes (Ribadesella) y Caravia,
y finalmente un arroyo y un Desfiladero de las Xanas entre los concejos de
Santo Adriano y Quirós, en donde hay una conocida ruta turística que lleva su
nombre.
Xanguaxa
Una asustaniños de Tarna (Caso),
de lengua anormalmente larga, con la que se metía miedo a los niños para que
fuesen a dormir diciéndoles: “¡Hala niños, a dormir, que ahí fuera se siente
ruido y puede ser la Xanguaxa, que si no os ve en la cama, querrá llevaros con
ella...!”.
Xaninos
Hijos de las Xanas,
intercambiados por sus madres en cunas humanas para que ellas los alimenten,
deshaciendo el intercambio cuando a ellas les parece oportuno. Para descubrir
si el niño es propio o un xanino hay varios métodos: el primero es no darle de
mamar por mucho que él llore, a lo que la xana, siempre vigilante de su retoño,
se aparecerá protestando por el mal trato que se le ha dado a su hijo,
gritando: “Toma el tú mocosín y dame el mío pelosín”. El segundo es
comenzar a hacer locuras y cosas estrafalarias delante de él, como usar los
alimentos de una manera incorrecta o absurda, dejándole perplejo. Esto revelará
su verdadero ser, demostrando su madurez prematura, protestando de que a lo
largo de todos sus años (cien, doscientos, etc...) nunca había viso algo
parecido. El tercero es poner en el char cáscaras de huevo o el mondo de una
manzana, de modo que cuando crepita éste exclama: “Cien años fai que nací y
nunca tantos pucheros na vera del char vin”.
Xegome
Entidad sobrenatural de origen y
naturaleza inciertos, del que se ignora su cometido y/o habilidades especiales.
Probablemente pudiera tratarse de otro de tantos asustaniños que pueblan la
geografía astur.
Xinxinos
Cuenta la leyenda que había un
niño que era muy desobediente y maleducado con su propia madre, a la que
encantaba fastidiar cuando tenía que ayudarla con las tareas domésticas. En
cierta ocasión en que estaban cortando leña, Xinxinos cargó una pila de ella a
la espalda y le preguntó a su madre donde debía dejarla, pero la madre,
exhausta de la mala conducta de su propio retoño, le exortó a que la pusiera en
los cuernos de la luna. La maldición se hizo efectiva, y el niño fue condenado
a vagar por los bosques sin descanso, apareciéndose en las noches de luna llena
cargando con una pila de leña que no sabe donde dejar. En una versión
alternativa de la historia, durante la fase de luna llena se podría ver en la
propia luna la figura de un niño, llevando un haz de leña a la espalda.
Xuan
Canas
Espantajo que ronda por el
concejo de Somiedo, empleado por los padres para avisar a sus hijos de que no
merodeen por los sitios peligrosos, de lo contrario Xuan Canas aparecerá de
pronto para llevárselos. En algunas ocasiones se le identifica como Xanu,
marido de las xanas.
Xuan
de la Borrina
Llamado también Xuan Blancu
(Juan el Blanco), Xuan de Madrugá (Juan el de la Madrugada), Xuan de Riba (Juan
el de Arriba), Xuan Barbudu (Juan el Barbudo) o Xuan de la Niebla (Juan de la
Niebla), este venerable anciano merodea por montes y valles acompañado de su
perro lanudo y de su esposa, de quien curiosamente se dice que también tiene
barba. Se aparecen solo dentro de la niebla como figuras borrosas y algo
lejanas, de modo que nadie puede verlos de forma nítida. La leyenda le atribuye
el don de traer la niebla así como de hacerla desaparecer, volviéndola hacia el
cielo. Los pastores consideran a Xuan una especie de pastor con poder de
dominar a la niebla, y al que pedían protección para sus rebaños cuando ésta
cubría los valles en donde ellos estaban.
Xuan
de Pión
Espíritu del sueño equivalente
al Morfeo de la mitología griega oriundo de Gijón, que es conocido como
Mociquín de Peón en Colunga y Xuan de las Cerraes en Aller, al que aluden los
niños cuando bostezan, antes de dormirse: “Ya vién Xuan de...”, o
también “Ya t' aquí Xuan de...”.
Zamparrampa
También llamada Barranca,
Parranca, Zanca Parranca (o Zancaparranca) en Teverga y Zancarabanca (o Zancarrabanca)
en Aller. Se trata de una mujer de aspecto deforme y cruel, siendo una ogresa a
la que le gusta sembrar todo tipo de caos y desorden en las cosas en donde
entra. Le encanta a asustar a los niños y provocar desastres domésticos,
volviendo locas a las mujeres de la casa. Está ampliamente extendida en el
occidente astur. Suele ser objeto de amenaza por parte de los padres a los
hijos, diciendo: “Mira que te va a comer la Zamparrampa”, aunque también
se la menciona de la siguiente manera: “Ahí vien la Zamparrampa con las
tripes n'a garganta”.
Nº De Serie: NC/TCM/00652. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 8 de septiembre de 2017.
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