QUIENQUIERA GANAR UN ÓSCAR
Cada año de manera indefectible
el último domingo de febrero, a un mes del comienzo de la primavera, Hollywood
se viste de gala para celebrar sus Óscar a bombo y platillo, en una ceremonia
con espectáculo, música y baile y una no menos importante dosis de humor. Pero
si bien el envoltorio de chapa y pintura es embriagador, cada año los Óscars
mantienen una tradición que es latente pero que se deja sentir a lo largo de
sus años de historia: el completo ostracismo que sufre toda película que no
sean dramas o comedias, como en su día El Exorcista [William Friedkin, 1973],
El Hombre Elefante [David Lynch, 1980] o El Sexto Sentido [M. Night Shyamalan,
1999]. Y es que, obcecados en un modo de pensar que no ha cambiado a pesar de
los años, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas no disimula
su afición a premiar dos cosas por encima de otras: la capacidad para hacer
reír o para hacer llorar. Es por eso que, quienquiera ganar un Óscar, por
fuerza solo podrá hacerlo a base de emociones desgarradas o de una jovialidad
extrema con una historia de amor de por medio, que permita a los actores
demostrar su complicidad con los personajes que están interpretando. Por eso
Friedkin perdió de pleno contra la comedia El Golpe [George Roy Hill, 1973],
Lynch contra el drama Gente Corriente [Robert Redford, 1980], y que Shyamalan
lo hiciera contra el drama épico Gladiator
[Ridley Scott, 1999]. Tres perfectos ejemplos en tres épocas distintas pero que
cumplen su propósito de demostrar cuales son los gustos de los más de 5000
componentes del jurado que forman la Academia, en un enorme racismo al resto del
cine para decidir a quién premiar. Y si no, que se lo digan a algo que cambió
el cine (Star Wars, Episodio IV: Una Nueva Esperanza [George Lucas, 1977]), que
perdió contra Annie Hall [Woody Allen, 1977]. Una brutal pista sobre qué hacer
para quienquiera ganar un Óscar.
Nº De Serie: NC/TCM/00665. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Martes, 19 de septiembre de 2017.
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