BONDADES Y MALDADES INVERSAMENTE
PROPORCIONALES
Hay en el cine una serie de
actores que, debido a lo especial de su cara, es lo más frecuente que se pasen
la vida haciendo de los más terribles villanos. Y al revés, otros a los que por
siempre les tocarán hacer de héroes. Lo que no deja de ser una gran paradoja, a
tenor de que la mayoría de los héroes que ha tenido el cine han resultado unos
grandes miserables, y que al revés esos grandes villanos sean los tipos más
tranquilos y guasones que cueste creerlo. De la irrefrenable y repelente
perversión de un Billy Drago a un intenso Brian Thompson y un oriental
Gary-Hiroyuki Tagawa, hasta las bondades de un Iron Man de un Robet Downey Jr.,
el heroísmo juvenil de un Charlie Sheen o de un Wesley Snipes, que irónico que
Downey Jr. fuese uno de los chicos más malos en su juventud con problemas de
drogas, solo superado en polémicas por un Sheen desatado al que prostitutas de
lujo, alcohol y drogas eran para él como el oxígeno para el resto de los
mortales, y que Snipes pasase tres años en la cárcel, de 2010 a 2013 debido a una
conspiración para evitar impuestos junto a Eddie Ray Kahn y Douglas P. Rosile
que se extendió durante varios años. Y es que, según parece, en la llamada Meca
del Cine el axioma de “las cosas no son lo que parecen” no solo se aplica a los
personajes ambiguos de las pelis, que no se acaba de saber si son malos o
buenos, si no también a los actores que les interpretan en la gran pantalla.
Unas bondades y unas maldades que son inversamente proporcionales, en tanto que
cuanto más de héroe haga el actor, más sonada y controvertida será su caída.
Una triste tradición nacida desde que Roscoe “Fatty” Arbuckle matase de manera
accidental a Virginia
Nº De Serie: NC/TCM/00617. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Lunes, 7 de agosto de 2017.
Valora el artículo
Valora el artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario