ALEGRÍA NO COMPARTIDA
Soldado veterano en la Guerra de
Secesión, la vida de Ethan Edwards jamás volvería a ser la misma al saber que
su querida sobrina había sido raptada por los malvados y mal llamados indios
{nativos americanos sería más correcto}. Determinado a recuperarla, su búsqueda
es precisamente el eje central de una de las obras cumbres del género western
como es Centauros del Desierto [John Ford, 1956]. Motivado por encima de todo,
la obsesión por encontrar a la joven moviliza a Edwards y a su joven amigo
termina convirtiéndose en su vida, sin más razón para seguir vivo que cumplir
una promesa y para lo que es capaz de recorrer el estado de Texas de un extremo
a otro sin más ayuda que su caballo y cuanto en él puede llevar. Y en sus dos
horas de metraje (y diez años dentro de la ficción), Edwards encarna con
maestría cinematográfica al estereotipo de hombre dominado por una cruzada más
grande que él mismo, pero que sin ella todo lo que es como persona se desvanece
por que el hecho de tener un propósito en la vida después de la guerra hace que
su vida tenga algún propósito. Enfrentados al “horror vacui” (miedo al vacío),
personajes al estilo del espadachín Iñigo Montoya, obsesionado por vengar la
muerte de su padre en La Princesa Prometida [Rob Reiner, 1987] son una manera
perfecta de mostrar hasta qué punto una motivación para vivir, cuando si existe
como si acaba por desaparecer, afectan a una persona (el comentario de Montoya
al respecto, una vez finalizada su venganza, es antológica). De ahí que John
Wayne, mejor que nadie, ponga cara y voz para una causa más grande que él mismo
pese a de cualquier duda que hubiera (y eso no faltaba precisamente). Pero
también de ahí que, cuando al fin da con ella y la devuelve a casa, él no se
queda a celebrarlo. Él no comparte dicha alegría, si no que se da la vuelta y
se marcha en silencio. Tal vez buscando un nuevo motivo para vivir.
Nº De Serie: NC/TCM/00603. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Miércoles, 26 de julio de 2017.
Valora el artículo
Valora el artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario