Vista En: Antena 3, sábado 13 de enero de 2018.
Título Original: 2:22.
Director: Paul Currie.
Guión: Todd Stein y Nathan Parker, basado en una
historia original de Todd Stein. Género: Drama.
Música: Lisa Gerrard y James Orr. Fotografía: David Eggby.
Decorados: Nicki Gardiner. Vestuario: Lizzy Gardiner.
Productoras: Lightstream Entertainment, Pandemonium,
Screen Australia y Walk The Walk Entertainment. Presupuesto: [Desconocido].
Países: USA y Australia. Año: 2017. Duración: 98 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Michiel Huisman
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Dylan Branson
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Teresa Palmer
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Sarah
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Sam Reid
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Jonas
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Maeve Dermody
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Sandy
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Zara Michales
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Ellie
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Simone Kessell
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Serena
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John Waters
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Bill
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Kerry Armstrong
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Catherine
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Richard Davies
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Inky
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Jessica Clarke
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Evelyn
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Jack Ellis
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Noah Marks
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Duncan Ragg
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Jake Redman
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Dylan Branson es un controlador aéreo de
Nueva York al que su jefe le da la baja temporal tras un incidente donde casi
chocan dos aviones. Cuando poco después conoce a Sarah, pasajera en uno de esos
aviones, Dylan comienza a observar unos patrones repetidos que le inducen a
creer que todo está relacionado con un crimen ocurrido treinta años atrás.
Crítica: Trece años después de su ópera prima Un Día
Perfecto [2004], Currie aparca sus labores como productor para dirigir su
segundo largometraje, cuyo devenir empieza de forma genial pero lenta e
inexorablemente decae por la pendiente de la mediocridad y la decrepitud, en
función de un guión gustoso de mezclar drama con romance y elementos
fantásticos pero mal combinados y peor ejecutados (Branson, un eco bastante
lejano del Russell Crowe en Una Mente Maravillosa [Ron Howard, 2001], un hombre
con una extraña capacidad para percibir patrones que nadie más ve; la exposición
de Jonas, una serie de hologramas fascinante en cuanto a alta tecnología, pero
que solo sirve para enturbiar las aguas: tanto Huisman como Reid no acaban de
darles veracidad a sus personajes; la charla de Sarah con Dylan, intentando
explicarle que sus patrones no son tan importantes: a pesar de sus esfuerzos,
Palmer no logra ir más allá de ser una cara bonita). Enormemente rutinario de
fotografía como de banda sonora, Currie solo hace de demostrar la innecesidad
de su regreso a la dirección, aniquilando sin remedio una propuesta que en
otras manos sí podría haber tenido una resonancia mucho mayor (el inicio, con
Dylan de voz hablando sobre las estrellas, y con Aries como elemento dominante
a lo largo de su justita hora y media de duración; éste, en su casa, empezando
a hacer apuntes, algo no por azar traído de la película de Howard que como
elemento funcional se deja ver, pero tampoco aporta mucho; el hallazgo de una
cartas y la visita a la hermana de Evelyn, estrechando el cerco sobre lo
ocurrido en 1986). Saliendo de Juego de Tronos [2013], Michiel Huisman aborda
con una desgana manifiesta su papel igual que el resto de secundarios,
obteniendo un amargo resultado final, con unos giros de guión que buscan ser
originales sin serlo nunca (su resolución). Una oportunidad enormemente
desperdiciada.
La Puntilla: Lo malo no es el ver patrones: es saber que
son reales pero que los demás te tachen de loco por ver lo que ellos no ven.
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