Vista En: TVE-1, domingo 8 de noviembre de 1992.
Título Original: The Barbarians.
Director: Ruggero Deodato.
Guión: James R. Silke. Género: Fantástico.
Música: Pino Donaggio. Fotografía: Gianlorenzo Battaglia.
Decorados: Giancarlo Capuani. Vestuario: Francesca Panicali.
Productoras: Cannon Films y Cannon Italia Srl. Presupuesto: ±4.000.000 $.
Países: USA e Italia. Año: 1987. Duración: 87 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Peter Paul
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Kutchek
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David Paul
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Gore
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Richard Lynch
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Kadar
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Eva La Rue
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Ismene
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Virginia Bryant
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Cánary
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Sheeba Alahani
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China
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Michael Berryman
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Dirtmaster
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Franco Pistoni
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Ibar
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Raffaella Baracchi
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Allura
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Giovanni Cianfriglia
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Ghedo
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Pasquale Bellazecca
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Kutchek de niño
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Luigi Bellazecca
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Gore de niño
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Kutchek y Gore son dos hermanos de una tribu
nómada que son raptados junto al resto de los suyos por el tiránico Kadar, que
ansia el rubí de su líder, Cánary. Torturados por él se reencuentran, ya
adultos, descubriendo el engaño de Kadar de que el otro había muerto, uniéndose
para liberar a su tribu y rescatar a Cánary con la ayuda de una guapa joven,
Ismene.
Crítica: Impresentable y a la vez sorprendentemente
divertido largometraje que copia sin pudor ni rubor alguno de toda la atmósfera
y ambiente surgidos de Conan, el Bárbaro [John Milius, 1982] pero multiplicado
por dos gracias a los forzudos y anabolizados hermanos Paul, carentes de
cualquier idea sobre actuar se refiere y que se limitan a imitar la pose de
Arnold Schwarzenegger como si eso fuese a servir de algo (el primer encuentro
entre los hermanos, después de veinte años sin verse, combatiendo entre si por
matarse sin saber la identidad del otro: cómico en su ridiculez, atisbando lo
que el resto de la película; el vestuario y diseño de las armas y complementos,
más cercano a Ator, el Poderoso [Joe D’Amato, 1982] que a la película de
Milius; Ismene, o una Eva La Rue dedicada a lucir palmito sexy sin poco más que
añadir en lo tocante a dramatismo, y ni falta que hace). Siguiendo la moda de
otras pelis como El Señor de las Bestias [Don Coscarelli, 1982] y tirando de
una retahíla de clichés que aburren a las piedras, Los Bárbaros es un refrito
italiano al que el director de la blasfema Holocausto Caníbal [1980] y naderías
del estilo Los Invasores del Abismo [1983] despoja de cualquier posibilidad a
la excelencia, soterrándose a niveles de subsuelo a fin de ser mediocremente
entretenida (Kadar, o un Richard Lynch condenado para la eternidad a villano
perturbado y megalómano como su Mikhail Rostov en Invasión USA [Joseph Zito,
1985]; la competición amorosa entre Kutchek y Gore por ganarse el afecto de
Ismene, que rellena metraje a fin de aportar una trama secundaria que tampoco
es la reinvención del cine; el viaje a la Tierra Prohibida así como la
aparición de un dragón, someramente deslucidos). Un divertimento que funciona a
base de parodiar el género de espada y brujería, cosa que hace tan sumamente
bien que en el delirio de su trama acaba por ser patéticamente entrañable.
La Puntilla: Dos Conan. Medio cerebro. Ningún talento.
Para que luego digan que el cine no es risoterapéutico cuando crean cosas como
esta.
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