Vista En: TCM, jueves 7 de septiembre de 2017.
Título Original: Thief.
Director: Michael Mann.
Guión: Michael Mann, basado en la novela
autobiográfica Home Invaders, de John Seybold, quien firma como Frank Hohimer, publicada en 1975. Género: Intriga.
Música: Tangerine Dream. Fotografía: Donald Thorin.
Decorados: John Dwyer. Vestuario: Paula Cain y Dennis Fill.
Productora: Mann/Caan Productions. Presupuesto: ±5.500.000 $.
País: USA. Año: 1981. Duración: 122minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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James Caan
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Frank
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Tuesday Weld
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Jessie
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Willie Nelson
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Okla
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James Belushi
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Barry
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Robert Prosky
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Leo
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Tom Signorelli
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Attaglia
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Dennis Farina
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Carl
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Nick Nickeas
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Nick
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W.R. ‘Bill’ Brown
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Mitch
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Norm Tobin
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Guido
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John Santucci
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Urizzi
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Gavin MacFadyen
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Boreksco
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Frank, un veterano ladrón profesional, es
contratado por uno de los jefes de la mafia más importantes de Chicago para que
dé un golpe que le permitiría tener la vida que desea lejos de la delincuencia
y junto a Jessie, su chica. Pero su determinación en actuar de forma
independiente y al margen de consejos ajenos pone en peligro todo por lo que ha
trabajado.
Crítica: Michael Mann, guionista en series de TV como
Starsky y Hutch [1975] e Historia Policial [1976], acomete su debut
cinematográfico con una película exquisita y remarcable en varios aspectos
técnicos que a su modo la acercan a Driver [Walter Hill, 1978], realizando una
fascinante mirada hacia el mundo del crimen y contando para la ocasión con un
protagonista de lujo capaz de eclipsar a todos con su presencia (Frank, una
fuerza de la naturaleza que no se doblega ante nadie: su manera de tratar con
unos policías corruptos es de los mejores momentos de la película; su relación
con Jessie, turbulenta como pasional a la vez: su primera charla con Frank en
un bar recalca lo magnífico de Tuesday Weld; la fotografía nocturna de Chicago
y su paleta de colores, creando fotogramas de una fascinante belleza urbana tal
como en la película de Hill). Irremplazable en la banda sonora del grupo
Tangerine Dream, capaz de conseguir que la música sea un personaje extra a base
de sintetizadores, y teniendo a su favor gente de peso como James Belushi y un
impecable Robert Prosky, todo ello hace de Ladrón un trepidante ejercicio de
estilo con una fuerza visual arrolladora, teniendo un cierto traspiés en su
acto final pero sin arruinar el resto de la trama (Frank, yendo a un juicio
amañado para sacar a un amigo de prisión, donde un acto tan anodino como apoyar
las manos en la cara adquiere otro significado; Leo, eterno gangster que bajo
su apariencia de bonachón y hombre hecho a si mismo late un ser sin moral ni
escrúpulos: su discurso a Frank acerca de “su propiedad” pone los pelos de
punta; Barry, el clásico hombre de confianza, comedido y dispuesto para todo:
el hermano de John lo borda, sin paliativos). A veces desgarradora gracias a la
aparición de Willie Nelson como Okla, pero impactante cuando toca serlo, Mann
da fe de una adictiva capacidad artística. Un peliculón intenso como él solo.
La Puntilla: Olvídate de eso típico de buenos y malos.
Aquí solo hay malos, más malos, y malísimos. Y el único que gana es el más
despiadado.
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