Vista En: Cines Cinebox (Corvera), lunes 10 de abril de
2006.
Título Original: Nanny McPhee.
Director: Kirk Jones.
Guión: Emma Thompson, basado en la novela infantil
Enfermera Matilda, de Christianna Brand, publicada en 1964. Género: Comedia.
Música: Patrick Doyle. Fotografía: Henry Braham.
Decorados: Philippa Hart. Vestuario: Nic Ede.
Productoras: Universal Pictures, StudioCanal,
Metro-Goldwyn-Mayer, Three Strange Angels, Working Title Films y Nanny McPhee
Productions.
Presupuesto: ±25.000.000 $.
Países: USA, Reino Unido y Francia. Año: 2005. Duración: 97 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Emma Thompson
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Nanny McPhee
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Colin Firth
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Cedric Brown
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Kelly Macdonald
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Evangeline
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Thomas Brodie-Sangster
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Simon Brown
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Eliza Bennett
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Tora Brown
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Jennifer Rae Daykin
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Lily Brown
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Raphaël Coleman
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Eric Brown
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Samuel Honywood
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Sebastian Brown
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Derek Jacobi
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Sr. Wheens
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Patrick Barlow
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Sr. Jowls
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Angela Lansbury
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Tía Adelaide Stitch
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Celia Imrie
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Selma Quickly
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En la década de 1860, Cedric Brown es un
padre viudo de siete hijos que lleva una funeraria. Debido a ciertos problemas
económicos, su tía Adelaide le ordena casarse o dejará de darle dinero. Esto
despierta el interés de Selma Quickly, que espera tener el dinero, pero todo
cambia cuando a la casa Brown llega Nanny McPhee para hacerse cargo de los
pequeños.
Crítica: Segunda película de Kirk Jones tras
Despertando a Ned [2002], que confronta de manera magistral a dos auténticos
actorazos que ya trabajaron juntos en Love Actually [Richard Curtis, 2003] pero
no compartieron escena, a lo que hay que sumar dos secundarias de relumbrón
como Celia Imrie o una Angela Lansbury de 80 años que sigue dando clases
magistrales de actuación (Cedric Brown, un hombre sobrepasado por unos hijos
que parecen salidos del infierno en sus infinitas travesuras, y por una Tía
Adelaide autoritaria cuyas exigencias empujan de modo irreversible los
acontecimientos; la Sra. Quickly, una cazafortunas con un tremendo mal gusto
por el vestuario que daña a los ojos solo de verlo; Nanny McPhee, una especie
de Mary Poppins con una cara inicialmente cuesta mirarla: las primeras escenas
entre Thompson y Firth son ejemplo de una química absoluta sin necesidad de
amoríos de por medio). De una comicidad que se sale por los cuatro costados y con una ambientación de la época victoriana sobria y correcta en su justa medida, La Niñera Mágica es una genial propuesta para todas las edades cuyas
tramas y subtramas van directas al choque de trenes, amén de momentos creados
ex profeso para ser fantásticos a la par que muy divertidos (Simon, pidiéndole
a McPhee que use su magia para que les ayude: algo que empieza bien pero que no
acaba de la misma manera; el más que evidente interés romántico de Evangelinne
hacia Cedric: Kelly McDonald saca belleza y sensibilidad por igual para saber,
desde su primera escena, por donde irán los tiros; el tercer acto, donde la
magia se hace con el control de la situación para rematar en alto lo predecible
de su historia: perfecto, sin más). Un trabajo más que estupendo y con una
factura modesta pero muy apañada, que consigue su objetivo sin el menor esfuerzo:
ser lo más amena y agradable posible. Con burros bailarines de por medio.
La Puntilla: Niñera con poderes, niños revoltosos y un
padre en apuros. ¿En serio no podía separarla ni un poquito de Mary Poppins?.
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