Vista En: Cines Ocimax (Gijón), sábado 30 de octubre de
2010.
Título Original: Los Ojos de Julia.
Director: Guillem Morales.
Guión: Guillem Morales y Oriol Paulo. Género: Terror.
Música: Fernando Velázquez. Fotografía: Oscar Faura.
Decorados: Dídac Bono y Sol Caramilloni. Vestuario: María Reyes.
Productoras: Antena 3 Films, Canal+ España, Catalan Films
& TV, Instituto de Crédito Oficial, Instituto de la Cinematografía y de las
Artes Audiovisuales, Institut Català de les Indústries Culturals de la
Generalitat de Catalunya, MEDIA Programme of the European Union, Mesfilms,
Rodar y Rodar Cine y Televisión, Televisió de Catalunya, Universal Pictures
International.
Presupuesto: ±5.000.000 € (±6.000.000 $).
País: España. Año: 2010. Duración: 118 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Belén Rueda
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Julia Levin/Sara
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Lluís Homar
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Isaac
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Pablo Derqui
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Ángel
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Francesc Orella
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Inspector Dimas
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Joan Dalmau
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Créspulo
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Julia Gutiérrez Caba
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Soledad
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Boris Ruiz
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Blasco
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Dani Codina
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Iván
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Andrea Hermosa
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Lía
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Daniel Grao
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Dr. Román
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Clara Segura
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Mina
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Catalina Munar
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Lara
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Julia es una astrónoma con una enfermedad ocular que la está dejando ciega progresivamente, sobretodo en momentos de stress. Tras saber de la muerte de su hermana gemela Sara, que la policía ve como un suicidio, Julia decide investigarlo personalmente, obcecada por la idea de que ha sido asesinada y que su asesino la está rondando también a ella.
Crítica: Dirigiendo su segundo film tras El Habitante
Incierto [2004], Guillem Morales escribe y dirige un thriller psicológico con
momentos de terror que se sostiene únicamente por el trabajo de sus dos
protagonistas, una Belén Rueda realmente portentosa y magistral en cada escena
de la película y por un Lluís Homar que vuelve a demostrar su enorme capacidad
para los registros, todo ello envuelto de una enorme y opresiva atmósfera (el
comienzo, con Sara en su casa, sospechando que hay o algo o alguien cerca de
ella; la preocupación de Isaac por la enfermedad de su esposa Julia y su
obsesión porque Sara no se suicidó, llegando a generar sospechas sobre su
posible implicación; Julia, en el cementerio, recibiendo un apoyo en forma de
una mano en su hombro: su cara al girarse refleja su pánico al darse cuenta de
la situación). Fallando de forma miserable en su tercer acto a la hora de
aclarar sus misterios y revelar al identidad del culpable pero teniendo dos
puntazos llamados Julia Gutiérrez Caba y Francesc Orella como secundarios,
Morales se monta una fantasía con matices sumamente perturbadores, reforzado
por la a veces muy inquietante fotografía como por la talentosa banda sonora de
Velázquez, con una curiosa y muy escondida relectura sobre la sociedad (la
conversación de Julia con el anciano Créspulo, con éste hablando sobre “gente
sin luz”: con diferencia, el mejor instante de toda la película, evocador e
imaginativo, cortado de modo angustioso; su acto final, decepcionante en la
resolución que ofrece por ser en exceso inverosímil; los ataques de Julia,
quedándose en un estado de total indefensión al perder visión, una lectura
subliminal sobre la fragilidad del ser humano si sus ojos le fallan muy
certera). Un trabajo parcialmente deslucido, pero al que no le faltan virtudes
para ofrecer un espectáculo que engancha por su capacidad para mantener su
interés, tan sencilla como competente.
La Puntilla: La cantidad de pelis que podrían salir del
monólogo de Créspulo. Lo tiene todo para que, bien pensado, se hagan unas
cuantas.
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