Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), jueves 30 de
noviembre de 2017.
Título Original: La Higuera de los Bastardos.
Directora: Ana Murugarren.
Guión: Ana Murugarren, basado en la novela La
Higuera, de Ramiro Pinilla, publicada en 2006. Género: Drama.
Música: Adrián García de los Ojos y Aitzol Saratxaga. Fotografía: José Inchaustegui.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Ariane Núñez.
Productoras: The Fig Tree AIE, Ana Murrugaren PC, Euskal
Irrati Telebista, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Eusko
Jaurlaritza, Gobierno de Navarra, Triodos Bank, Elkargi SGR y Rural Kutxa.
Presupuesto: ±2.000.000 € (±2.100.000 $).
País: España. Año: 2017. Duración: 111 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Karra Elejalde
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Rogelio
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Pepa Aniorte
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Cipriana
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Carlos Areces
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Ermo
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Mikel Losada
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Pedro Alberto
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Andrés Herrera
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Luis
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Jordi Sánchez
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Benito Muro
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Juanlu Escudero
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Salvador
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José Luis Esteban
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Eduardo
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Ramón Barea
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Don Eulogio
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Ylenia Baglietto
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Loreto
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David Pinilla
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Doctor Maruri
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Marcos Balgañón Santamaría
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Gabino de niño
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En el final de la Guerra Civil, un grupo de
soldados falangistas mata a un padre y su hijo mayor. Rogelio, uno de los
soldados, descubre que el hijo pequeño enterró él solo los cadáveres y planta
una rama. Quedándose a cuidarla y que germine, se convierte con los años en
ermitaño que se gana la fama y fe del pueblo, pero el odio de su antiguo
superior.
Crítica: Sorprendente retrato de la España post-Guerra
Civil con tantísimos toques dramáticos como cómicos, logrando un equilibrio
entre sus partes que le sirve a la autora del documental Esta no es la vida
privada de Javier Krahe [2005] y de Tres Mentiras [2014] para hacer con su
segunda cinta un puntazo donde Karra Elejalde saca lo mejor que lleva dentro
para revelarse en toda su grandilocuencia escénica (la forma en que Rogelio,
soldado de gatillo fácil, se ve dominado por la mirada de un niño pequeño
indefenso, como temeroso de la ira de Dios; Areces, haciendo de su personaje la
quintaesencia de un país mezquino y ruin: un chivato y delator obsesionado por
el dinero y las tierras a costa de la sangre de sus vecinos; Losada,
sensacional como Pedro Alberto, el odio nacionalista de juventud transformado
en una madurez obsesionada con negar su pasado como asesino). A base de añadir
detalles entre surrealistas y otros mucho más retorcidos para darle un tono de
melodrama como si fuese una película de Luis García Berlanga, Murugarren hace
de la novela de Pinilla un viaje de redención cargado de sentimientos
contrapuestos, espléndido en el vestuario y su puesta en escena (los aldeanos,
comenzando a peregrinar a la higuera como si fuese un lugar sagrado, con hasta
mini-puestos para hacer negocio; los progresivos chantajes/tretas de Pedro
Alberto para que Rogelio abandone el lugar y la higuera: ver para creer;
Cipriana, o una Pepa Aniorte increíble en su papel de esposa de alcalde
dispuesta a llevar a Rogelio por el buen camino...a su manera). Con un doble
final, negrísimo el primero y de lo más fascinante el segundo en la idea que
arroja en el aire, La Higuera de los Bastardos traza un perfil en bruto de las
contradicciones de un país abocado al odio fraticida. Y su fotografía,
sobretodo la nocturna, es pura magia.
La Puntilla: Por mucho que cueste creerlo, así fue España
entre 1936 y 1975. No hay un solo detalle de la película fuera de lugar. NI
UNO.
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