Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 3 de
septiembre de 2017.
Título Original: La Niebla y la Doncella.
Director: Andrés M. Koppel.
Guión: Andrés M. Koppel, basado en la novela
homónima de Lorenzo Silva, publicada en 2002. Género: Intriga.
Música: Adrian Foulkes y Lucio Godoy. Fotografía: Álvaro Gutiérrez.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Gara Hamad.
Productoras: Atresmedia Cine, Tornasol Films y Hernández y
Fernández Producciones Cinematográficas. Presupuesto: [Desconocido].
País: España. Año: 2017. Duración: 104 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Quim Gutiérrez
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Sargento Rubén ‘Vila’ Bevilaqua
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Verónica Echegui
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Agente Ruth Anglada
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Aura Garrido
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Cabo Virginia Chamorro
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Roberto Álamo
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Teniente Nava
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Marian Álvarez
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Carmen
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Sanny van Heteren
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Margarethe von Amsberg
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Cristóbal Pinto
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Siso
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Alba Tonini
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Desireé
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Paola Bontempi
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Julia
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Beneharo Hernandez
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Machaquito
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Fernando Navas
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Padilla
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Adrián Galván Álvarez
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Yerai
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Rubén Bevilaqua y Virginia Chamorro, dos
agentes de la Guardia Civil de Madrid, viajan a La Gomera para reabrir el caso
de un joven que fue asesinado tres años atrás. Trabajando con Ruth Anglada, una
agente local de Las Canarias, los tres unen fuerzas para descubrir al asesino,
encontrándose metidos en un mundo cada vez más turbio con múltiples
sospechosos.
Crítica: Ópera prima de Andrés Koppel, guionista de
Noche de Reyes [Miguel Bardem, 2001] y Zona Hostil [Adolfo Martínez Pérez,
2017] entre otras, que en la línea de otras películas del estilo de Acantilado
[Helena Taberna, 2016] extrae todo su potencial de la fotografías y los
espléndidos paisajes de la isla canaria, a la sazón de un elenco algo errático
pero efectivo en sus papeles, componiendo una sinfonía de suspense a veces en
extremo pausada, pero de lo más atmosférica (las numerosas panorámicas,
subyugantes, reflejo de una sociedad aislada en si misma y apuntalada a base de
secretos y mentiras; el prólogo, con Anglada y su compañero persiguiendo un
coche a la fuga en una neblinosa noche: tenso de necesidad, aviso de por donde
irán los tiros; Vila, Chamorro y Anglada, un curioso triángulo con matices más
que suculentos). Evitando la acción y cualquier atisbo de secuencia
espectacular con un par de excepciones, el film mantiene el suspense con cierta
pericia para desgranar sus secretos a cuentagotas, poco tranquilizadora en la
banda sonora de Godoy y Foulkes y con unos secundarios de lo más correctos
(Margarethe, rompiendo a llorar, confesando el verdadero trabajo de su hijo
muerto; Anglada y Vila, persiguiendo por el bosque a un motero que les seguía;
Vila, recibiendo una llamada de teléfono que trastoca radicalmente la
investigación). Agradecido en la exuberancia y belleza de Echegui como en la
más estoica Garrido y un Gutiérrez muy contenido, La Niebla y la Doncella se
erige como un trabajo no redondo por lo confuso de ciertos recovecos y huecos
narrativos, pero sí bien pertrechado para dejarlo todo atado y bien atado (Vila
y Nava, charlando en ferry; el primero, revisando un video de móvil con otros
ojos). Una trama en parte descuidada, pero a la postre disfrutable y con
alicientes como Roberto Álamo, volviendo a dar fe de que no hay personaje que
le resista.
La Puntilla: En las comunidades pequeñas, el problema no
es que todos se conozcan. Es lo que unos desconocen de los otros.
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