Vista En: Youtube, sábado 16 de septiembre de 2017.
Título Original: Dark Dark Woods.
Director: Emile Gignoux.
Guión: Louise Emilie Hovgård, Mik Løvenbalch
Kirchheiner y Alexandre Hatimi. Género: Animación.
Música: Kenneth y Kirsten Lampl. Dirección Artística: Lillith Pilgaard Knudsen.
Productora: The Animation Workshop. Presupuesto: [Desconocido].
País: Dinamarca. Año: 2016. Duración: 7 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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[Inexistente]
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: María es una princesita medieval cuya
infancia está supeditada a todas las tareas que sus padres le imponen para que
aprenda a ser reina en el futuro. Pero una noche, harta de lo opresivo de su
día a día, estalla en un grito que cruza el bosque cercano, recibiendo la
visita de los monstruos que en él viven para animarla a divertirse tal y como
ella está deseando.
Crítica: Tomando prestado el mismo argumento de Brave
(Indomable) [Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell, 2012] pero
llevándolo al terreno de la niñez en lugar del de la adolescencia, la ópera
prima de Ginoux es una producción que prescinde de diálogos y también de
digitalismos, haciendo un agradecido regreso a la animación tradicional para
contar una historia simple y sencilla a más no poder, pero a la que no le falta
razón sabiendo extrapolar su contenido (el inicio, con María jugando a saltar
en la cama llena de vida y energía, como corresponde a un niño pequeño, un
instante de felicidad que pronto se desvanece en un mar de responsabilidades;
los reyes, apareciendo lo justo para imponer a su hija las tareas que creen le
hacen falta debido a su posición de princesa y futura reina; el repentino
resentimiento de la niña, o el amargor de quien busca diversión y afecto y
encuentra todo lo contrario). Con un cierto instante de terror espléndidamente
conseguido y un giro final predecible pero que sirve para reconciliarse con la
historia, Dark Dark Woods es una propuesta mínima en cuanto a medios pero
entrañable y vistosa en sus apenas cinco minutos y medio de duración {el resto
son créditos de apertura y cierre}, con la banda sonora haciendo su trabajo con
sobriedad y corrección (la aparición de los monstruos del bosque, rodeando la
cama de María de tal modo que no hay forma de escaparse: su llegada realmente
es perturbadora; el diseño de esos monstruos, fascinante a más no poder, unos
seres negros de todas las formas y tamaños posibles, con ojos rojos como rasgo
distintivo y un solo matiz blanco para bocas o picos, un alarde de imaginación
minimalista; la comitiva de sirvientas de palacio, inexpresivas y mecánicas
como si fuesen robots). Una fábula sobre los niños, su educación y la
importancia de que se diviertan como niños, tan humilde y sencilla como a la
vez encantadora.
La Puntilla: Cambia el formato, la lección es la misma:
dejad que los niños sean niños, que la infancia dura muy poco, y la madurez
demasiado.
Mi
Valoración
★★★★★
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