Vista En: Canal Hollywood, lunes 17 de octubre de 2016.
Título Original: D-Tox.
Director: Jim Gillespie.
Guión: Ron L. Brinkerhoff, basado en la novela
Jitter Joint, de Clinton Howard Swindle, publicada en 1999. Género: Intriga.
Música: John Powell. Fotografía: Dean Semler.
Decorados: Peter Lando. Vestuario: Catherine Adair.
Productoras: Universal Pictures, KC Medie, Soul Simple
Productions, Imagine Entertainment y Capella International. Presupuesto: ±55.000.000 $.
Países: USA y Alemania. Año: 2002. Duración: 96 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Sylvester Stallone
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Jake Malloy
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Charles S. Dutton
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Hendricks
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Kris Kristofferson
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Doc
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Tom Berenger
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Hank
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Robert Patrick
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Noah
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Stephen Lang
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Jack Bennett
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Courtney
B. Vance
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Reverendo Jones
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Sean Patrick Flanery
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Conner
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Robert Prosky
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McKenzie
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Jeffrey Wright
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Jaworski
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Tim Henry
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Weeks
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Christopher Fulford
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Slater
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Jake Malloy es un policía que persigue a un
asesino en serie, el cual se venga de él matando a novia tras perforarle sus
ojos con un taladro. Tres meses después, incapaz de superarlo y dominado por el
alcoholismo, un compañero de trabajo, Hendricks, le lleva a un refugio de
montaña para polis con problemas, pero entonces las muertes se vuelven a
producir.
Crítica: Segundo trabajo de Gillespie después de Sé lo
que Hicisteis el Último Verano [1997], volviendo al thriller psicólogo pero en
un apañado cambio de edad y profesión de los protas, en lo que parece una
versión bastante libre de la novela de Agatha Christie Diez Negritos [1939] que
busca pero no acaba de encontrar el punto ni para ser intrigante y mucho menos
escalofriante o solo sólida, limitándose a seguir los esquemas del género y a
ofrecer algunas caras conocidas (Noah, un bocazas encantado de conocerse a si
mismo, con el que Stallone y Robert Patrick hacen su segundo largometraje
juntos tras Cop Land [James Mangold, 1997]; el veterano y simpático Robert
Prosky, esta vez en un papel de anciano traumatizado con el que hace lo que
buenamente puede; el montaje paralelo inicial, en el que Malloy se divierte en
tanto una muy breve Dina Meyer sale de escena por las malas). En la línea de
Get Carter [Stephen Kay, 2000], Gillespie hace una película que ni siquiera
cumple la expectativa de estar al servicio de Stallone, cuyo papel de héroe de
circunstancias parece venirle grande, amén de instantes que no se sabe si
buscan rendir tributo o solo arruinar recuerdos (Hendricks, intentando llegar
al refugio como el Dick Hallorann de El Resplandor [Stanley Kubrick, 1980]
intentaba llegar de nuevo al Hotel Overlook; las diversas muertes que se van
sucediendo a lo largo de la película, carentes de garra aunque no por ello
menos desagradables; el malo: tonto y más plano que un coche tras pasarle una
apisonadora, sin motivo ni objetivo definido). D-Tox (Ojo Asesino), es una
película deficiente y no bien realizada ni siquiera en su título, que acaba
convirtiéndose en una gigantesca rutina de hora y media de duración, sin más
sorpresa que esperar que el malo se desvele. La sorpresa más bien sería que
Stallone cambiase de agente.
La Puntilla: Otro de esos casos de “la idea es buena, pero
la pifio cuando la llevo a cabo”. Si se juntasen todas, serían como el Empire
State.
Mi
Valoración
★★★★★
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