Vista En: Clasicofilm.com, sábado 22 de julio de 2017.
Título Original: Dunkirk.
Director: Leslie Norman.
Guión: David Divine y W.P. Lipscomb, basado en el
libro homónimo de Ewan Butler y J.S. Bradford, y también en la novela The Big
Pickup, de Trevor Dudley Smith, quien firma como Elleston Trevor, publicados
ambos en 1955. Género: Bélico.
Música: Malcolm Arnold. Fotografía: Paul Beeson.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Ivy Baker.
Productora: Ealing Studios. Presupuesto: ±400.000 £ (±1.025.000 $).
Países: Reino Unido y USA. Año: 1958. Duración: 134 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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John Mills
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Cabo ‘Tubby’ Binns
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Richard Attenborough
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John Holden
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Bernard Lee
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Charles Foreman
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Robert Urquhart
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Mike
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Ray Jackson
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Barlow
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Ronald Hines
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Miles
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Sean Barrett
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Frankie
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Roland Curram
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Harper
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Meredith Edwards
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Dave Bellman
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Michael Bates
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Froome
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Rodney Diak
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Pannet
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Michael Shillo
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Jouvet
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1940, la Segunda Guerra Mundial está en un
punto candente. Mientras que en Inglaterra la población intenta ayudar a las
tropas dándoles materiales y apoyo, el avance de los nazis por Europa hace que
medio millón de soldados aliados se vean atrapados en la playa del pueblo de
Dunkerque, en la costa de Francia, a la espera de que puedan rescatados.
Crítica: Reconstrucción en clave coral y casi rayando
en lo documental de la Batalla de Dunkerque, dirigido con una excepcional
sobriedad por el autor de Demasiado Peligroso Para Vivir [1939] y Lo
Desconocido [1956], contando con lentitud pero con una estupenda atmósfera
bélica los pormenores de lo que llevó a ser una enorme ratonera militar de los
seis años que duró el conflicto (Holden y Foreman, discutiendo en un bar acerca
de la falsedad de la guerra, solo para ser bruscamente interrumpidos por
alguien que la ha vivido en sus carnes; el mapa de Europa, mostrando el
imparable movimiento de tropas del Tercer Reich y como destruyen cualquier
barrera de contención; Binns y sus hombres, un pelotón regazado que solo desea
regresar a casa, encontrándose con más de un horror por el camino). Haciendo no
pocas inserciones entre la narración ficticia y secuencias bélicas aéreas
reales, en que aún notándose la diferencia entre uno y otro siguen quedando
perfectamente bien, Dunkerque se sostiene tanto por la solidez de sus interpretaciones
como el trasfondo del relato en si, aportando unas dosis de brillantez
fantásticas como su fotografía y su partitura (la playa, atestada de soldados
que intentan esconderse de los aviones nazis y sus bombas, atrincherados en las
dunas; el momento en el que Foreman es consciente de para qué el gobierno
requiere de una barca como la suya: una mirada es más que suficiente para
reflejar todo su deseo cumplir su cometido; Binns, un cabo simplón y poco
avispado que de pronto se ve en la obligación de ejercer el mando para poner a
salvo a sus hombres: Mills, Lee y Attenborough están sobresalientes). No exenta
de tragedia a lo largo de sus dos horas y cuarto de duración (muertes hay unas
cuantas), Norman sirve en bandeja de plata un proyecto más que espléndido,
carente de defectos que pudieran dañar o lastrar lo magnífico de su contenido.
Excelente.
La Puntilla: De un lado, los nazis. Del otro, el mar. A
veces no son necesarias celdas ni barrotes para estar verdaderamente
acorralado.
Mi
Valoración
★★★★★
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