Vista En: Cines Cinebox (Corvera), jueves 4 de mayo de
2006.
Título Original: Take the Lead.
Directora: Liz Friedlander.
Guión: Dianne Houston. Género: Drama.
Música: Swizz Beatz y Aaron Zigman. Fotografía: Alex Nepomniaschy.
Decorados: Gordin Sim. Vestuario: Melissa Toth.
Productoras: New Line Cinema y Tiara Blu Films.
Presupuesto: ±30.000.000 $.
País: USA. Año: 2006. Duración: 118 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Antonio Banderas
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Pierre Dulaine
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Alfre Woodard
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Augustine James
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John Ortiz
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Sr. Temple
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Rob Brown
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Rock
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Yaya DaCosta
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LaRhette
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Laura Benanti
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Tina
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Jonathan Malen
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Kurd
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Jasika Nicole
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Egypt
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Shawand McKenzie
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Big Girl
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Dante Basco
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Ramos
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Elijah Kelley
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Danjou
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Jenna Dewan
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Sasha
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Pierre Dulaine, profesor de bailes de salón,
presencia sin querer como varios jóvenes cometen vandalismo contra el coche de
la directora de su instituto. Hablando con ella para denunciarlo, la actitud de
ella como del resto del profesorado le lleva a decidir convertirse en su
profesor a tiempo parcial, enseñándoles una forma de bailar distinta de la que
conocen.
Crítica: Ópera prima de la autora de videos musicales
responsable de piezas como el “The Great Beyond” para R.E.M., o “Big Yellow
Taxi” para Counting Crows, en una película basada en hechos reales y que,
haciendo una mezcla de tramas entre Mentes Peligrosas [John N. Smith, 1996] y
Shall we Dance? (¿Bailamos?) [Peter Chelsom, 2004], da como resultado una
película de lo más entretenida gracias a la aportación/confrontación entre Antonio
Banderas y Alfre Woodard, dos joyas en bruto que llevan la historia a su
terreno, con una serie de jóvenes caras encargadas de poner rostro a la parte
más marginal y conflictiva de Nueva York (Rock y el resto de su clase,
apartados del resto del instituto, teniendo su “aula” en un rincón destartalado
del mismo; la actitud del Sr. Temple, un repelente John Ortiz que encarna muy
solventemente al profesor harto de su profesión; el primer careo entre Dulaine
y la directora James, explicándole el primero sus intenciones a la segunda: la
cara de ella lo dice todo). Siguiendo a rajatabla los esquemas del género,
Déjate Llevar es una historia inspiradora donde los clichés son divertidos y
dramáticos a partes iguales, en un logrado intento de un hombre en busca de
romper prejuicios y barreras con métodos poco ortodoxos (Kurd, el típico blanco
actuando como si fuese negro; varios de los estudiantes, envueltos en
rivalidades de bandas que a veces ocultan más de lo que parece; la clase de Dulaine,
muy correcta en cuanto a diversidad, peso y personalidad: para todos los
gustos). Con algún punto añadido de sobrada comicidad y otro tanto de
espectáculo bien servido y ejecutado (Dulaine, siendo caballero abriendo la
puerta a las chicas, para alucine de un estudiante conflictivo; el final, donde
el baile se apodera de la función de una forma magnífica), Friedlander crea un
largometraje para estar un rato pasándolo la mar de bien. Y Banderas, como no,
de sobresaliente.
La Puntilla: ¿Bailes de salón a unos chicos que solo saben
rap y hip-hop?. Una de dos: o el tío está loco perdido...o es más listo de lo
que parece.
Mi
Valoración
★★★★★
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