Vista En: Calle 13, viernes 13 de julio de 2001.
Título Original: Bram's Stoker Dracula.
Director: Francis Ford Coppola.
Guión: James V. Hart, basado en la novela Drácula,
de Bram Stoker, publicada en 1897. Género: Terror.
Música: Wojciech Kilar. Fotografía: Michael Ballhaus.
Decorados: Garrett Lewis. Vestuario: Eiko Ishioka.
Productoras: American Zoetrope, Columbia Pictures
Corporation y Osiris Films. Presupuesto: ±40.000.000 $.
País: USA. Año: 1992. Duración: 128 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Gary Oldman
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Dracula
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Winona Ryder
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Mina Murray/Elisabeta
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Anthony Hopkins
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Profesor Abraham Van Helsing
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Keanu Reeves
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Jonathan Harker
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Richard E. Grant
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Dr. Jack Seward
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Cary Elwes
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Lord Arthur Holmwood
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Bill Campbell
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Quincey P. Morris
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Sadie Frost
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Lucy Westenra
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Tom Waits
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R.M. Renfield
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Monica Bellucci
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Novia de Dracula
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Michaela Bercu
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Novia de Dracula
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Florina Kendrick
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Novia de Dracula
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Vlad es un noble valaco que reniega de Dios
tras descubrir de la muerte de su amada Elisabeta. Cuatro siglos más tarde,
viaja hasta Inglaterra para seducir a Mina Murray, a la que cree reencarnación
de su amada, e irse con ella a Transilvania. Pero la muerte de la joven Lucy
hace que el profesor Van Helsing aparezca, sospechando la verdadera naturaleza
de Vlad.
Crítica: Lujosa y cuidadosísima adaptación de la
novela de Bram Stoker en la que el realizador de El Padrino [1972] ofrece un
placer culpable en toda regla gracias al vestuario que lucen sus personajes
como a las titánicas actuaciones de su reparto principal, a destacar Gary
Oldman como el mismo Drácula y un Anthony Hopkins que revalida su condición de
robaescenas definitivo del cine (el momento en el que Vlad reniega de Dios ante
unos espantados sacerdotes: sobrenatural y desgarrador a la vez; Van Helsing,
cenando con Jonathan y con Mina, explicando qué le pasó de verdad a Lucy,
involuntariamente divertido y voluntariamente genial; Mina, sorprendiendo a
Lucy en un jardín durante una noche lluviosa: un auténtico espanto de ponerlos
de corbata). La música de Wojciech Kilar y la fotografía de Ballhaus se funden
con inusitada perfección, creando intrigas de la nada a base de simples
detalles, elevando el texto de Stoker a la categoría de arte cinematográfico,
con pasajes tan desagradables como necesarios en su concepción del horror
(Jonathan, viendo “comer” a las novias de Drácula: la risa de Drácula mientras
ello sucede hiela la sangre al más pintado; la sombra de un lobo, durante una
proyección de cine; la muy interesante evolución de Mina y Lucy, de sumisas
esposas victorianas a seres poderosos de una enorme capacidad seductora).
Repetitiva en algún que otro detalle como la ingenuidad/estupidez de Jonathan
Harker, y asombrosa por completo en su puesta en escena, la cinta convierte al
famoso chupasangres en un mito moderno, y a la película en la adaptación
definitiva del personaje, exquisita e irresistible como el mismo vampiro (una
niebla verde, moviéndose con rapidez; Renfield, al que Tom Waits aporta unas
insanas dosis de locura; Lucy, recibiendo un invitado en su dormitorio, en un
sangriento paroxismo). Coppola no dirige una película sobre Drácula. Coppola
dirige LA película.
La Puntilla: Huir del tiempo para ver pasar los siglos.
Huir de la muerte para renacer entre las tinieblas...¿quién no querría
semejante libertad?.
Mi
Valoración
★★★★★
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