POLÉMICAS POLÍTICAS
El cine político es, en si
mismo, algo tan simple como coger a una figura que está en lo más alto del
poder (o que intenta estarlo) y desgranar su día a día. Y a tal efecto, tanto
la realidad como la ficción se las han arreglado para dar al mundo unas cuantas
muestras de los entresijos que suceden en los pasillos por donde los que pueden
decidir del destino de miles o millones de personas con la facilidad de una
llamada de teléfono. Desde series como El Ala Oeste de la Casa Blanca [1999] y
House of Cards [2013], a películas como Todos los Hombres del Presidente [Alan
J. Pakula, 1976] y Nixon [Oliver Stone, 1995], hay en esos famosos
archiconocidos lugares un magnetismo que los hace del todo irresistibles para
el común de los mortales, desde The Queen (La Reina) [Stephen Frears, 2006] y
El Discurso del Rey [Tom Hooper, 2010] a otras algo épicas del estilo de
Lincoln [Steven Spielberg, 2013], Braveheart [Mel Gibson, 1995] o El Patriota
[Roland Emmerich, 2000], pasando por la recreación de hechos reales como en
Trece Días [Roger Donaldson, 2000] y el magnicidio de Dallas en JFK. Caso
Abierto [Stone, 1991]. Incluso yendo a épocas mucho más lejanas en el tiempo
como en Ágora [Alejandro Amenábar, 2009] y sin olvidar clásicos como El
Político [Robert Rossen, 1949], la política es parte inherente e intrínseca del
día a día de la gente, que puede motivar cruzadas enteras tal que se mostró en
Mi Nombre es Harvey Milk [Gus Van Sant, 2008]. Porque, a fin de cuentas, el
cine político es una mirada hacia los dogmas imperantes de cada época, así como
al modo en que los líderes de una y otra parte del globo lidian con problemas
que supondrían la muerte para los que deben proteger. De ahí que la política y
el cine político sea polémicos por naturaleza, en un eterno cambio a (en
teoría) un mundo mejor. Aunque Snowden [Stone, 2016] y El Quinto Poder [Bill
Condon, 2013] reflejen algo muy diferente.
Nº De Serie: NC/TCM/00385. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Martes, 10 de enero de 2017.
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