“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

No hay Ancianitos Sabios (El Fatídico Botón Rojo)

NO HAY ANCIANITOS SABIOS (EL FATÍDICO BOTÓN ROJO)


 Durante mucho tiempo, la bucólica idea un ancianito sabio que usaba toda su sabiduría y su conocimientos aprendidos para liderar a los suyos con rectitud y justicia era un ideal fácil de asumir por gran parte de la población. Pero el auge del mundo moderno y su escalada de poder, más exactamente de poder militar, destruyó al ancianito sabio y su ideal de rectitud, dejando al mundo huérfano de esa reconfortante seguridad de antaño. Y títulos como ¿Teléfono Rojo?, ¡Volamos Hacia Moscú! [Stanley Kubrick, 1964], Punto Límite [Sidney Lumet, 1964] con su posterior remake Fail Safe. Sin Retorno [Stephen Frears, 2000], y Trece Días [Roger Donaldson, 2000], bien en clave satírica bien en drama y hasta algo de intriga, se encargaron de reflejar a esos hombres que, sentados en el despacho del poder, intentan evitar el fin de la humanidad a base de diálogo y paciencia, en un deseo por preservar las vidas de todos los habitantes del planeta. Reales como el John Fitzgerald Kennedy interpretado por Bruce Greenwood o ficticios como Henry Fonda y Richard Dreyfuss, la más terrible decisión de un presidente es en principio la más sencilla: la de pulsar un simple y fatídico botón rojo. Un botón que, al apretarse, activará un reloj de 30 minutos. Porque 30 minutos es lo que las 15.000 cabezas nucleares que hay en el planeta, tanto de ‘aliados’ como de ‘enemigos’, es lo que tardarán en llegar a su destino. Y porque, evidentemente, si unos lanzan las suyas, las demás saldrán ipso facto, en un paroxismo suicida-fraticida del hombre hacia si mismo que dejará un mundo yermo durante siglos o milenios. Algo así como «toda la potencia reunida de la 2ª GM cada dos segundos a lo largo de toda una tarde», en palabras de Carl Sagan, explotando una y otra vez. Y todo ello depende de un hombre, que ocupa un despacho oval. Un hombre con el poder de destruir un planeta...y no hay ningún ancianito sabio para aconsejarle.

 Nº De Serie: NC/TCM/00303. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Jueves, 10 de noviembre de 2016.

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