¿NIÑOS PRODIGIOS O NIÑOS EXPLOTADOS?
Se podría decir fácilmente que
Shirley Temple fue la primera niño prodigio del cine, o por lo menos una de las
primeras junto con Jackie Cooper, que a la edad de nueve años fue nominado al
Óscar por su papel en Skippy [Norman Taurog, 1931]. Dos sencillos casos de
niños con un talento precoz que fueron famosos antes de llegar a los 12 años,
que es algo que periódicamente ocurre a lo largo de las épocas. Quinn Cummings
y La Chica del Adiós [Herbert Ross, 1978], o bien Anna Paquin y El Piano [Jane
Campion, 1993] se apuntaron a la lista de niños prodigios como Haley Joel
Osment y su eterno Cole Sear en El Sexto Sentido [M. Night Shyamalan, 1999], o
Ricky Schroder y su papel en la dramática Campeón [Franco Zeffirelli, 1979].
Ahora bien, ¿hasta qué punto se podría considerar genialidad o explotación?.
Porque en una sociedad como la de USA, donde niñas con tres y cinco años son
apuntadas por sus madres en concursos de belleza, el límite entre ambas ideas
puede difuminarse de modo peligroso. Y más cuando, en la transición de la
infancia a la adolescencia o a la madurez, la mayoría acaban naufragando en sus
propias vidas al estilo de Lindsay Lohan, Macaulay Culkin y Edward Furlong,
tres ex niños prodigios con vidas repletas de excesos y adicciones. En una
sociedad tan sobreprotectora con la infancia como la de inicios del siglo XXI,
¿cómo saber cuando es el niño el que desea hacer algo y cuando es una
imposición de los padres que buscan triunfar a través de sus hijos?. Un simple
matiz que cambia la ecuación, y que debería servir como incentivo para los
primeros casos y de prevención para los segundos, buscando cuidar del menor
pero sin coartar su talento natural. Y habida cuenta del avance de la sociedad
y sus valores, la pregunta es más que de obligada reflexión: ¿permitiría una
sociedad como la del siglo XXI a un Wolfgang Amadeus Mozart haciendo sinfonías
con solo ocho años?.
Nº De Serie: NC/TCM/00373. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Jueves, 29 de diciembre de 2016.
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