“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Victorias Vacías

VICTORIAS VACÍAS


 Es, posiblemente, la más honesta y humilde representación de lo que es una victoria en realidad. En el final de Conan, el Bárbaro [John Milius, 1982], el propio Conan, tras una serie de vivencias, consigue aquello que más anhelaba su corazón. ¿Y qué hace después de conseguirlo?. Sentarse en unos escalones y fijar su vista en el horizonte. No hay fiestas, gritos de jolgorio, ni vítores de alegría. A diferencia de películas como Un Domingo Cualquiera [Oliver Stone, 1999] o de Evasión o Victoria [John Huston, 1981] y otros dramas deportivos como Ganar de Cualquier Manera [William Friedkin, 1994] y Hoosiers, Más que Ídolos [David Anspaugh, 1986], en donde la victoria lo es todo y la gloria del ganador es el premio a conseguir, Conan entiende que su victoria es solo un fugaz momento de regocijo, que su gloria es solo un leve destello y que luego queda toda la vida por delante. En una sociedad tan competitiva como la del siglo XX y XXI (tanto a nivel interpersonal como laboral), en donde el éxito se mide en el dinero y en los lujos a adquirir, estas cosas acaban convirtiéndose en humo y espejos, en victorias vacías que dejan el amargo sabor de la ceniza y la decepción, en ricos que al llegar a serlos encuentran que no saben qué hacer con sus vidas. A diferencia del deporte, en la vida el verdadero trofeo no es ni el dinero ni los bienes materiales, puesto que por más que se puedan disfrutar, no dejan de ser entretenimientos. O peor aún, una distracción para apartarse de metas mayores y más profundas. Porque la verdadera victoria es la vida. Vivir, largo y bien, sin perjudicar a los demás ni a uno mismo no por que lo digan las leyes, si no por decisión personal. Y Conan lo entendió mejor que nadie: había conseguido lo que quería, y todo para un fugaz momento de satisfacción. Por eso no lo celebró. Porque aún le quedaba una larga vida que vivir por delante. Y esa es siempre la única victoria que cuenta.

 Nº De Serie: NC/TCM/00315. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 18 de noviembre de 2016.

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