Los Buenos Debemos Unirnos

LOS BUENOS DEBEMOS UNIRNOS

 Una de las constantes de la películas y series policíacas es el instante en que el agente de turno tiene que enfrentarse a algo peor que un delincuente: un testigo reacio a ayudarle por miedo a las represalias de una banda juvenil o un criminal que lo tiene coaccionado. Algo que a veces consigue y a veces no, largometrajes inconexos con el género de polis como por ejemplo Bichos. Una Aventura en Miniatura [John Lasseter y Andrew Stanton, 1998] ofrecen, de un modo solapado, una perspectiva interesante: una cuestión de número. En el caso de Bichos, los saltamontes vivían a costa de las hormigas imponiendo en ellas el miedo para que obedecieran, pero las hormigas les superaban en una proporción «de 800 a 1», en palabras de su líder, Hopper. Obviamente, si las hormigas eran conscientes de este detalle, los saltamontes verían su modo de vida acabado. Y exactamente lo mismo ocurre entre las bandas y ciudadanos de a pie: que estos últimos ganan por una aplastante mayoría a los primeros, excepto que todavía no son conscientes de su poder y por tanto del potencial para impedir que las bandas hagan de las suyas a su antojo. Y de ahí que en películas como Fuego Cruzado [David Barrett, 2012] o series como Blue Bloods (Familia de Policías) [2010] la situación se repita una y otra vez, y los agentes se topen con el mismo miedo a las posibles represalias, sin ser conscientes de que si los ciudadanos honrados hicieran piña, ni una sola banda resistiría tal embate, con una fuerza tal que sería como intentar parar un tsunami con las manos desnudas. Algo que obviamente y por lógica tanto las bandas buscan a toda costa que eso nunca suceda, imponiendo la doctrina del miedo como un método de control que funciona en casi todas las ocasiones, salvo en los que buscan hacer lo que es justo. Y el resto de momento son hormigas, esperando el momento en que descubran el potencial de unirse contra los malos.

 Nº De Serie: NC/TCM/00342. Escrito Por: The Cineman.

 Publicado El: Miércoles, 7 de diciembre de 2016.

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