“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Siempre Presente pero Siempre Oculta

SIEMPRE PRESENTE PERO SIEMPRE OCULTA


 33. 24. 61. 30. 43. No, no son los números de la loto ni tampoco un descarte de la serie Perdidos [2004], si no edades en películas muy concretas: 33 años tenía Arnold Schwarzenegger al rodar Conan, el Bárbaro [John Milius, 1982]; 24 tenía Tom Cruise en Top Gun (Ídolos del Aire) [Tony Scott, 1986]; 61 tenía Ian McKellen la primera vez que hizo de Gandalf en El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo [Peter Jackson, 2001]; 30 años tenía Christian Bale en Batman Begins [Christopher Nolan, 2005] y 43 años Ben Affleck en Batman v. Superman: El Amanecer de la Justicia [Zack Snyder, 2016]. Todos ellos dan a entender algo en lo que poca gente piensa cuando acude a ver una película al cine: la edad del actor o actriz que se está viendo en pantalla. Jodie Foster cumplió 27 años durante el rodaje de El Silencio de los Corderos [Jonathan Demme, 1991], mientras que Anthony Hopkins cumplía 52. Y Clint Eastwood cumplió 41 rodando Harry el Sucio [Don Siegel, 1971], teniendo 58 en La Lista Negra [Buddy Van Horn, 1988], la última vez que dio vida a Harry Callahan. Y de ese modo, la edad acaba siendo uno de los elementos más importantes de cada personaje, pero a la vez de los más discretos, ya que nunca o casi nunca se mencionan en la pantalla, como si ésta sencillamente no existiese. Y desde cierto punto de vista, así es: porque el cine tiene el don de la inmortalidad. Porque por más que envejezcan o mueran en la vida real, en las películas no envejecerán jamás. Citando al gran Federico Luppi en El Espinazo del Diablo [Guillermo del Toro, 2001], es como si fuesen insectos atrapados en ámbar, el celuloide atrapa ese instante de sus vidas para dejar un legado de grandeza tras él. Como un mensaje dejado en el éter para que los demás sepan leerlo y aprender una lección valiosa con la que vivir sus vidas, o simplemente que les haga felices. Tanto como lo estaba Tom Cruise mientras rodaba Top Gun.

 Nº De Serie: NC/TCM/00316. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Sábado, 19 de noviembre de 2016.

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