“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Discriminación: Más Cerca de lo que Parece

DISCRIMINACIÓN: MÁS CERCA DE LO QUE PARECE


 En Matar a un Ruiseñor [Robert Mulligan, 1962], aparece una sala de tribunal donde los blancos están en los bancos de abajo, y los negros en los de arriba. En Pleasantville [Gary Ross, 1998], la escena es similar, pero los de abajo son habitantes en blanco y negro (literalmente), y los de arriba, los que se habían pasado a color. En la saga de El Señor de los Anillos y El Hobbit elfos y enanos andan a la greña desde hace generaciones (y los humanos pasando de ambos por igual), mientras que en la de Harry Potter los magos se matan entre si al ser “sangre sucia” por ser hijos de magos y muggles (personas no mágicas), y por definición no ser “sangre pura” (hijos de magos por ambas partes). Y más directamente en Arde Mississippi [Alan Parker, 1988], Malcolm X [Spike Lee, 1992] y Selma [Ava DuVernay, 2014] entre muchas otras, la intolerancia y el odio del ser humano hacia para con su propia especie le ha llevado, a lo largo de las épocas, a sacar la peor versión de si mismo y mirar con desprecio a una persona para culparla de todos sus problemas, en la cerrazón de que si toda esa raza/especie/tribu/género/creencia/lo-que-sea se extinguiese, entonces los problemas desaparecerían. Pocas corrientes de pensamiento tan absurdas pero a la vez tan persistentes con el paso del tiempo (algo citado y de forma magnífica en Origen [Christopher Nolan, 2011]), como una idea metida en la cabeza que desata el recelo, el odio visceral y el deseo de matar y/o apartar del mundo a lo que se considera que lo está ensuciando y/o pudriendo por ser indigno de él. Ya se trate de gustos musicales, status social, cuestiones de fe o de nacionalidad, el odio pervive en cada generación, y el cine, de un modo solapado o algo más directo, da buena cuenta de ello como un espejo donde reflejar que, en el fondo, lo único indigno del mundo es una idea metida en la cabeza que desata el recelo, el odio visceral y el deseo de matar.

 Nº De Serie: NC/TCM/00326. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 25 de noviembre de 2016.

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