La Casa de Pedro

LA CASA DE PEDRO

 Escenario de múltiples títulos que van de Las Sandalias del Pescador [Michael Anderson, 1968] hasta Ángeles y Demonios [Rom Howard, 2009] y muchísimas más por el camino, es el centro neurálgico del poder a nivel mundial. Porque cuando se piensa en agencias de inteligencia como la KGB soviética (derivada luego en el SVR tras la disolución de la URSS), la CIA o el Mossad, nadie tiene en cuenta que ninguna de esas agencias tiene una antigüedad de más de 1800 años, ni que durante siglos solo sus miembros sabían leer y escribir, mientras el analfabetismo era el norma imperante del llamado Viejo Mundo. Apodada la Casa de Pedro por el apostol de Jesús, dicha fortificación posee algunas de las obras de arte más antiguas del continente europeo, y la biblioteca secreta más extensa jamás vista, abarcando manuscritos y papiros del siglo I d.C. en adelante. Su antigüedad solo es comparable a su hermetismo, y su capacidad para ser la institución más poderosa del mundo. Porque bien mirado, ¿de que sirve ser presidente o un rey de un país importante a nivel mundial, con todo los problemas y negociaciones secretas que eso conlleva, si no tienes alguien a quién contárselo?. Y a tal efecto, ¿quién mejor que un hombre atado por el secreto de confesión para contarle tus secretos de estado buscando consejo, con plena seguridad de que jamás los revelará?. En un mundo en constante carrera por las armas, el poder, el auténtico poder, está en manos de quien tiene la información más sensible y top secret del planeta. Detrás de la cruz bajo la cual han hecho vivir a millones de personas (y por la que han matado a otras tantas), El Vaticano no ha perdido un ápice de su fuerza desde que era la casa de los Césares durante el Imperio Romano, cambiando a Júpiter y sus dioses por Jesús en el siglo IV d.C. Y nadie piensa que la Casa de Pedro es en realidad la única agencia de información con 1800 años de antigüedad.

 Nº De Serie: NC/TCM/00351. Escrito Por: The Cineman.

 Publicado El: Lunes, 12 de diciembre de 2016.

 Valora el artículo