SABER DE LO QUE NO HABLAR
De la misma forma que del
lenguaje pensado a nivel neuronal al pronunciado a nivel oral existe un enorme
proceso, en los rodajes de cine se da la misma circunstancia, de forma que no
es lo mismo lo que se rueda a lo que se acaba viendo en una pantalla de cine.
¿Y cuál es la consecuencia directa de ello?. La de una ley no escrita pero que
se aplica en todas las películas: prohibido citar el pasado. O más
concretamente, prohibido que los personajes hablen de uno o varios momentos que
aparecen en la película, en caso de que la escena en concreto no pase de la
sala de montaje y edición. Esto lleva a que todas las películas poseen un
código de disimulo que les permite ser extremadamente sutiles a la hora de
hablar de ellas mismas. Siempre podrán hacerlo si se trata de un momento de la
infancia o de la adolescencia, de algo que sea citado exclusivamente como tal,
sin que nunca sea visto, pero ya no poseerán esa misma libertad a la hora de
mencionar momentos que ya sí pueden aparecer en la propia película. Una edicto
que fácilmente se la podría llamar la Ley Goonies, precisamente por la película
dirigida por Richard Donner en 1985. Al final de la película Data, ese
celebérrimo genio de los cachivaches, decía que «El pulpo fue lo peor». ¿Y de
qué pulpo habla, si en ella no hay?. Pues sí que lo hay, pero dicha escena se
eliminó en el montaje original (recuperada para DVD muchos años después),
dejando coja y/o sinsentido la frase del juvenil actor Key Huy Quan. Es por eso
que, a la hora de hacer los guiones, se tiene especial cuidado con lo que se
dice, eludiendo hablar de ellos mismos o de lo que hacen a lo largo de la
película, optando por un discreto mutis por el forro precisamente para que
sucedan momentos como el vivido en Los Goonies. Un truquito muy efectivo para no
estropear la narración y sus diálogos. No tanto para saber de lo que hablar, si
no para saber de lo que no hablar.
Nº De Serie: NC/TCM/00349. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Sábado, 10 de diciembre de 2016.
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