Vista En: Cines Odeón (Corvera), lunes 25 de diciembre
de 2017.
Título Original: Star Wars, Episode VIII: The Last Jedi.
Director: Rian Johnson.
Guión: Rian Johnson. Género: Ciencia Ficción.
Música: John Williams. Fotografía: Steve Yedlin.
Decorados: Richard Roberts. Vestuario: Michael Kaplan.
Productoras: Lucasfilm, Ram Bergman Productions y Walt Disney Pictures.
Presupuesto: ±200.000.000 $.
País: USA. Año: 2017. Duración: 152 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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John Boyega
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FN2187 “Finn”
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Daisy Ridley
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Rey
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Oscar Isaac
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Poe Dameron
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Adam Driver
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Kylo Ren
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Mark Hamill
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Luke Skywalker
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Carrie Fisher
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Princesa Leia
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Peter Mayhew
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Chewbacca
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Andy Serkis
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Líder Supremo Snoke
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Domhnall Gleeson
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General Hux
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Laura Dern
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Vicealmirante Holdo
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Kelly Marie Tran
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Rose Tico
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Benicio del Toro
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DJ
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Mientras Rey intenta convencer a Luke
Skywalker de volver a la lucha para salvar a la Resistencia de la Primera
Orden, ésta logra acorralarla en el espacio exterior tras seguirla por el
hiperespacio. Esto hace que Finn y Poe Dameron tramen un plan para salvarla,
mientras Kylo Ren establece un contacto mental con Rey, intentando convertirla
al Lado Oscuro.
Crítica: Ambiciosa pero a la vez ampliamente fallida y
ruinosa continuación de Star Wars, Episodio VII: El Despertar de la Fuerza
[J.J. Abrams, 2015], que sigue el sendero de ésta en cuanto a presentar un
nuevo universo al margen del Universo Expandido en el que los sinsentidos
crecen exponencialmente y muy atractiva en lo visual, pero que falla de manera
miserable en cuanto a la historia se refiere (el inicio, con una batalla
espacial en la órbita del planeta D’Qar, espectacular y vibrante, pero
incurriendo en graves faltas respecto a lo que es el espacio exterior; el Luke
Skywalker encarnado por Mark Hamill, más cercano a la decadencia moral que a la
grandeza espiritual: la revelación de lo que pasó realmente con Kylo Ren hunde
al personaje en lo inconcebible a marchas forzadas; la pose impasible de Adam
Driver, incapaz de expresar la menor emoción por más que lo intenta: un pseudo
Darth Vader para milenials patético, imposible de creer en sus motivaciones).
Fastuosa por ese maestro a la batuta de nombre John Williams, el autor de Los
Hermanos Bloom [2008] y la compleja Looper [2012] firma un guión nocivo que se
carga los misterios planteados con anterioridad añadiendo reciclajes 100%
insanos e innecesarios (Rey y su deseo de salvar a Kylo Ren del Lado Oscuro: un
gran déjà vu; Finn y Rose en Canto Bight, una ciudad de lujo con un lado nada
lujoso; Domhnall Gleeson, haciendo de Hux un sargento chusquero gritón y
furioso pero insulso a las mil). Marcada por la inesperada muerte de Carrie
Fisher y resoluciones terribles (la identidad de los padres de Rey: ¿cómo algo
que podría dar tanto juego lo aniquilan de una manera tan aberrante?) Star
Wars, Episodio VIII: Los Últimos Jedi es un batacazo que no reinventa una
galaxia muy muy lejana si no que la destruye por completo, con unos Isaac y
Boyega que apenas pueden salvar una película infame. En especial por un
cargante Benicio del Toro.
La Puntilla: ¿Tanto costaba dejar que George Lucas
escribiese los guiones?. Esta película duele en el corazón. Y duele horrores.
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