Vista En: Cines Odeón (Corvera), sábado 29 de julio de
2017.
Título Original: Spider-Man: Homecoming.
Director: Jon Watts.
Guión: Jonathan Goldstein, John Francis Daley, Jon
Watts, Christopher Ford, Chris McKenna, basado en una historia original de
Jonathan Goldstein y John Francis Daley, basado a su vez en el personaje creado
en 1963 por Stan Lee y Steve Ditko. Género: Fantástico.
Música: Michael Giacchino. Fotografía: Salvatore Totino.
Decorados: Gene Serdena y Lauri Gaffin. Vestuario: Louise Frogley.
Productoras: Columbia Pictures, Marvel Studios y Pascal
Pictures.
Presupuesto: ±175.000.000 $.
País: USA. Año: 2017. Duración: 133 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Tom Holland
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Peter Parker ‘Spider-Man’
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Michael Keaton
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Adrian Toomes ‘Buitre’
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Robert Downey Jr.
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Tony Stark ‘Iron Man’
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Marisa Tomei
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May Parker
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Jon Favreau
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Happy Hogan
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Martin Starr
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Sr. Harrington
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Zendaya
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Michelle
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Donald Glover
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Aaron Davis
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Jacob Batalon
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Ned
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Laura Harrier
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Liz
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Tony Revolori
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Flash Thompson
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Bokeem Woodbine
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Herman Schultz
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Apadrinado por Tony Stark, Peter Parker busca
demostrarle sus poderes y su habilidad para ser parte de Los Vengadores. En sus
intentos por usar bien sus poderes se encuentra con un mercenario que trafica
con armas de tecnología Chitauri pero los problemas se suceden: su amigo Ned
descubre su identidad a la vez que se interesa por Liz, una compañera de clase.
Crítica: Tercera película de Watts después de Clown
[2014] y Coche Policial [2015], que adolece de un guión que sencillamente no
está a la altura de sus circunstancias en la destrucción de la mitología de
Spiderman, supeditada a la de Iron Man en todo momento, y con unas actuaciones
magníficas lastradas por una evidente falta de dramatismo que impide dar más
juego (Maria Tomei y Tony Revolori, la primera una tía May de la que el film
pasa alegremente y el segundo un Flash Thompson que cambia de etnia como gana
en antipatía; Keaton, sin más, devorando hasta a un Robert Downey Jr. cuyo
papel de tutor se antoja muy estereotipado y blando: su charla con Parker en el
coche antes del baile del instituto es genial). Echándose a faltar Mary Jane
Watson y otros como J.J. Jameson, Spider-Man: Homecoming es una película a la
que le falta emoción, vibrante en la acción pero tediosa en los momentos
muertos, con una fotografía bien llevada y una banda sonora estupenda para
compensar sus defectos narrativos (Michelle, una chica que va y viene sin
motivo alguno que se roba los mejores chistes; el Monumento a Washington o el
Ferry de Staten Island: dos secuencias de acción tan espectaculares como su
combate final en un escenario algo peliagudo; Favreau, un Happy Hogan pedante
cuyo cambio de voz en el doblaje español ayuda en la tarea de caer mal).
Encomiable por un Tom Holland que busca imprimirle su versión del trepamuros y
alejarse de Tobey Maguire y Andrew Garfield, Watts dirige una cinta que le
viene grande, de resultado irregular y desigual (el inicio, con Parker
grabándose en móvil, y las fugaces apariciones del Capitán América: ambos
hilarantes; Ned, el típico amigo metepatas puesto ahí para crear problemas y
ser graciosete; Harrier, haciendo lo que puede para no ser solo “la chica”). Un
largometraje que sabe a nostalgia. Y sus créditos finales solo hacen de
confirmar esa sensación.
La Puntilla: “Iron Man 3½: Spider-Patán”. Así tendrían que
haberla llamado, por la de veces que Peter Parker la pifia una y otra vez.
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