Vista En: Cines Marta & María (Avilés), lunes 2 de
enero de 2006.
Título Original: Qi Jian [N. del T.: Seven Swords].
Director: Tsui Hark.
Guión: Cheung Chi-Sing, Chun Tin Nam y Tsui Hark,
basado en la novela Los Siete Espadachines de la Montaña Tian, de Yusheng Liang,
publicada en 1956. Género: Artes Marciales.
Música: Kenji Kawai. Fotografía: Kwong-Man Keung.
Decorados: Jing-Ping Liu. Vestuario: Shang Li-Ya.
Productoras: Beijing Ciwen Digital Oriental Film & TV
Production Co., Boram Entertainment, City Glory Pictures Ltd. y Film Workshop.
Presupuesto: ±1.970.000.000 ¥ (±18.000.000 $).
Países: Hong Kong, China y Corea del Sur. Año: 2005. Duración: 153 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Donnie Yen
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Chu Zhaonan (El Dragón)
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Leon Lai
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Yang Yuncong (La Fugacidad)
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Lau Kar-leung
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Fu Qingzhu (El Olvido)
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Charlie Yeung
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Wu Yuanying (La Caída del Cielo)
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Lu Yi
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Han Zhibang (La Deidad)
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Duncan Chow
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Mulang (El Rayo Celestial)
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Tai Li-wu
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Xin Longzi (La Cazaestrellas)
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Sun Honglei
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Viento de Fuego
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Kim So-yeon
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Perla Verde
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Zhang Jingchu
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Liu Yufang
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Jason Pai
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Liu Jingyi
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Ma Jingwu
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Sombra Resplandeciente
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: China, 1644. Los manchúes fundan la Dinastía
Qing y prohíben las Artes Marciales para impedir rebeliones. Un general, Viento
de Fuego, se aprovecha para ganar poder y cebarse en sus territorios,
tomándolas con Villa Marcial, un sitio donde se siguen practicando las artes
marciales. Pero siete guerreros que poseen unas asombrosas espadas acuden al
rescate.
Crítica: El emblemático director de las dos versiones
de Zu, Guerreros de la Montaña Mágica y Zu Warriors. La Leyenda [1983/2001]
vuelve al género que mejor domina para adaptar muy libremente la novela de
Yushen Liang, en lo que es un claro y sentido tributo a Los Siete Samurais
[Akira Kurosawa, 1954] aunque en un formato más cercano al género Wuxia de
espada y brujería que a la simple película de samurais, con aún que otro
problema en su metraje y una puesta en escena que busca la fastuosidad en todo
momento (el diseño del vestuario de los personajes, en especial de los aldeanos
de Villa Marcial, que a veces se hace algo difícil identificarles tanto por la
fisonomía como por el nombre; Viento de fuego y su secuaz Liu Yufang, dos
verdaderos sádicos a los que matar les es tan fácil como respirar; la
coreografía de las peleas, que acaban siendo un émulo algo conseguido de Tigre
y Dragón [Ang Lee, 2000], y por tanto carente de sorpresa y novedad pero no de
espectacularidad). Con un metraje que a veces se antoja excesivamente lento y
un final abierto que deja un mal sabor de boca por su falta de garra, Siete
Espadas es una suerte de “A-B-C” sobre
la importancia del uso de la espada y como manejarla, un poco disfrazado de
historia sobre rebeliones y lucha por la libertad, con un par de detalles
fascinantes (las espadas, tan peculiares como sus nombres, tal que
Cazaestrellas o La Caída del Cielo: ésta última, por cierto, la más curiosa en
cuanto a diseño, manejo y capacidad de lucha; Fu Qingzhu, un ex verdugo de la
dinastía anterior {Ming} marcado por su pasado que busca la redención; el uso
muy peculiar de unos escudos redondos que más que proteger, atacan con especial
afición por la amputación). Una película más que espléndida con un par de
subtramas (la búsqueda de un posible traidor), y unas peleas que a falta de una
palabra mejor, son su mejor baza. Entretenida como poco.
La Puntilla: Crear armas mágicas solo tiene un propósito:
proteger a la gente indefensa de los desalmados que ansiosos de poder y sangre.
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