Vista En: Cines Marta & María (Avilés), viernes 17
de diciembre de 2004.
Título Original: Bounding.
Directores: Bud Luckey y Roger Gould.
Guión: Bud Luckey. Género: Animación.
Música: Bud Luckey. Dirección Artística: [Desconocido].
Productora: Pixar Animation Studios. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 2003. Duración: 5 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Bud Luckey
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Narrador
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En un pequeño arroyo por donde discurre un
río, una oveja es el centro de la comunidad animal, haciendo danzar a todos con
sus bailes y con su alegría. Pero, un día de primavera, la oveja es trasquilada
por los humanos y su suave pelaje desaparece completamente. Debido a su
aspecto, la oveja se siente deprimida, siendo el hazmerreír de los otros
animales.
Crítica: Corto animado que acompaña a la película Los
Increíbles [Brad Bird, 2004], y que en su cinco minutos que dura (en realidad
menos, descontando los títulos de créditos iniciales y finales) ofrece una
pequeña pero importante lección sobre apariencia y autoestima en una fabula
animal que parece beber de las clásicas de Esopo, si bien aboga por un cierto
toque fantástico en ese aspecto, (la aparición de un conejílope, una imposible
mezcla entre conejo y antílope que rebota como si de un canguro se tratase).
Prescindiendo de una animación tradicional y apostando por una digital en 3D
bastante lucida, Bud Luckey, un veterano en temas infantiles tras 20 años en el
programa infantil Barrio Sésamo [1969] y otros trabajos en el departamento de
animación, hace una muy sencilla moraleja con un estilo que evoca la animación
más clásica (la oveja, haciendo bailar al resto de animales, topos y serpientes
incluidas, sin acritudes entre ellos; la charla entre la oveja y el conejílope,
aunque sus palabras en realidad son dichas por el propio narrador; el momento
en el que la oveja es trasquilada: apenas un par de segundos para un cambio
radical de apariencia en que los ojos de ella, reflejados en un charco, son
desoladores). Dejando los humanos al margen, a tal punto que de ellos solo se
llega a ver una camioneta y una mano, Saltando es un suspiro de animación bien
llevada y bastante colorista, con apenas cuatro o cinco especies animales
vistas en él y algún gag gracioso (el conejílope, lanzando a la oveja de modo
que empieza a rebotar como si se tratase de una pelota de plástico; el tamaño
de las patas de la oveja con respecto a su cuerpo tras quedarse pelada,
desproporcionado y con diferencia). Una parábola hecha con la mayor sencillez
acerca de como nos vemos a nosotros mismos en función del aspecto externo, tan
funcional y animada como su diseño. Y con los topos dan ganas de coger un
martillo.
La Puntilla: Si no lo pregunto reviento: ¿alguien quiere
decirme como diablos se pueden cruzar un
conejo y un antílope?. ¿Por ciencia infusa?.
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