Vista En: Antena 3, sábado 3 de febrero de 2001.
Título Original: Without a Clue.
Director: Thom Eberhardt.
Guión: Gary Murphy y Larry Strawther. Género: Comedia.
Música: Henry Mancini. Fotografía: Alan Hume.
Decorados: Peter James y Ian Whittaker. Vestuario: Judy Moorcroft.
Productora: Incorporated Television Company. Presupuesto: [Desconocido].
País: Reino Unido. Año: 1988. Duración: 107 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Michael Caine
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Reginald Kincaid/Sherlock Holmes
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Ben Kingsley
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Dr. John Watson
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Jeffrey Jones
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Inspector Lestrade
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Lysette Anthony
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Leslie Giles
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Paul Freeman
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Prof. James Moriarty
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Nigel Davenport
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Lord Smithwick
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Pat Keen
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Sra. Hudson
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Peter Cook
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Greenhough
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Tim Killick
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Sebastian
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Matthew Savage
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Wiggins
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John Warner
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Peter Giles
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Matthew Sim
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Real Lesley
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Harto de soportarle y deseando ser famoso por
si mismo, el Dr. James Watson despide a Sherlock Holmes, al que en verdad
contrató él y que es un actor de tercera llamado Reginald Kincaid. Pero viendo
que no le toman en serio acepta volver a trabajar con él cuando el departamento
del tesoro le pide ayuda para recuperar unas planchas de billetes robadas.
Crítica: Brillante y a la vez sobria sátira sobre el
famoso detective de Baker Street que en su mayor virtud se encuentra su mayor
defecto, haciendo que el resto de la cinta se balancee una y otra vez entre lo
bufonesco y lo genial, diluyendo de una manera lenta y dolorosa todo interés e
intriga en pos de una trama bien pensada a base de sketches (la premisa de que
el detective es el Dr. Watson y no Holmes, una relectura más que interesante
cuyo potencial es manejado con una suficiente habilidad; el inicio, sensacional
y que promete mucho: el drástico cambio de rasante deja estupefacto; Michael
Caine y Ben Kingsley, pareja mal avenida donde las haya, excepcionales pero
dejando una enérgica protesta en el aire: ¿tienes a una leyenda como Caine para
que sea Sherlock Holmes y lo desaprovechas con una parodia?. ¡POR FAVOR!).
Lograda en la recreación y el vestuario como la más que divertida banda sonora,
Sin Pistas es un caramelo agridulce que por una parte acumula instantes
geniales y por otro llega a niveles de ridiculez supina, haciendo que el gag
sea norma común (Kincaid, un actor mujeriego y bebedor incapaz de la más
pequeña de las deducciones o seguir el menor razonamiento posible: su espanto
al oír el nombre de Moriarty es divertidísimo; algunos diálogos y frases,
mordaces y de lo más acertados para darle el toque de humor; Jones y Freeman,
el primero petulante y estupendo como Lestrade y el segundo componiendo uno de
esos villanos magníficos). Un film en el que las intrigas son variadas y en distintos
niveles que consigue sostenerse en un equilibrio perfecto para alzarse como una
visión diferente y circense de Holmes, cuya idea parece partir de la serie
Remington Steele [1982] (Kincaid, forzado a mantener su tapadera, hablando sin
tener idea de lo que dice). Un delirio notablemente bien perpetrado.
La Puntilla: Una de dos: o Conan Doyle hubiera aplaudido
la idea a rabiar, o se hubiese tirado de los pelos al ver el cambio de roles.
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