Vista En: Youtube, sábado 7 de enero de 2017.
Título Original: Sherlock Holmes in Washington.
Director: Roy William Neill.
Guión: Bertram Millhauser y Lynn Riggs, basado en
una historia original de Bertram Millhauser, inspirado en Los Planes de
Bruce-Partington, de Arthur Conan Doyle, publicado en 1908. Género: Intriga.
Música: Frank Skinner. Fotografía: Les White.
Decorados: R.A. Gausman. Vestuario: Vera West.
Productora: Universal Pictures. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1943. Duración: 71 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Basil Rathbone
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Sherlock Holmes
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Nigel Bruce
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Dr. John Watson
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Marjorie Lord
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Nancy Partridge
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Henry Daniell
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William Easter
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George Zucco
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Richard Stanley
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John Archer
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Teniente Naval Pete Merriam
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Gilbert Emery
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Sir Henry Marchmont
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Gavin Muir
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Sr. Lang
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Edmund MacDonald
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Teniente Detective Grogan
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Alice Fleming
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Sra. Jellison
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Gerald Hamer
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John Grayson
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Thurston Hall
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Senador Henry Babcock
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Sherlock Holmes y el Dr. Watson a viajar a
Washington DC para dar con John Grayson, un abogado de Londres que en realidad
era un agente secreto portando una valiosa información para el gobierno
americano. Pero su viaje se complica más debido al rapto de una joven, Nancy
Partridge, a quién los espías enemigos suponen que ella tiene el documento
secreto.
Crítica: Quinta película de aventuras al servicio de
Basil Rathbone y de Nigel Bruce, en esta ocasión en territorio yanqui y en la
que el autor de La Estatua Vengadora [1932] y Cuando una Mujer Quiere [1934] se
permite crear un más que ingenioso ejercicio de intriga a pesar de algunos
instantes en los que la trama se descuelga innecesaria como poco (la visita del
Sr. Ahrens, un breve Holmes Hebert, a la casa de Holmes: ¿para qué acude a
informar a Holmes si éste no hace más que anticiparse a sus palabras como si
estuviera leyendo su mente?; el detalle de que, a partir de cierto momento, el
espectador sepa en donde está el documento, un detalle a lo Alfred Hitchcock
que permite hacer un rocambolesco seguimiento: el comentario de Sir Henry
resulta más certero que una triple diana a los dardos; el inicio, en el que
Grayson percibe estar en peligro: el juego de miradas es perfecto). Conservando
su elegante puesta en escena así como la bien llevada partitura de Frank
Skinner, William Neill realiza un largometraje con un cierto tono patriótico
poco disimulado, pero con un ritmo tan movidito que su hora y diez minutos
pasan como un suspiro (las repetidas tomas del Lincoln Memorial, el Monumento a
Washington y el Capitolio, primero desde el aire y luego a ras de tierra;
Holmes y Watson en casa de Grayson, buscando pistas sobre el documento; Holmes,
hablando con Richard Stanley sobre el documento y su actual poseedor, un
diálogo con un malicioso y divertido doble sentido). De digestión fácil y
rápida y con algún detalle novedoso (la obsesión de Watson por el deporte)
Sherlock Holmes en Washington se deja ver y querer como una propuesta que no
pierde fuelle a pesar de la repetición sistemática de la fórmula,
exclusivamente debido a la energía y el carisma que le otorga un inspirado
Basil Rathbone. Una película en la que entretenimiento y calidad se funden sin
mayores problemas.
La Puntilla: ¿Sherlock Holmes, investigando libremente en
USA?, ¿pretenden hacernos creer que el FBI le dejaría actuar así por las
buenas?.
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