Vista En: Gnula.nu, jueves 17 de agosto de 2017.
Título Original: Sharknado.
Director: Anthony C. Ferrante.
Guión: Thunder Levin. Género: Terror.
Música: Ramin Kousha. Fotografía: Ben Demaree.
Decorados: Moana Hom. Vestuario: Amber Hamzeh.
Productoras: The Asylum, Southward Films y Syfy.
Presupuesto: ±1.000.000 $.
País: USA. Año: 2013. Duración: 86 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Ian Ziering
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Finley ‘Fin’ Shepard
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Tara Reid
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April Wexler
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John Heard
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George
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Cassie Scerbo
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Nova Clarke
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Jaason Simmons
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Baz Hogan
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Aubrey Peeples
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Claudia Shepard
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Chuck Hittinger
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Matt Shepard
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Alex Arleo
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Bobby
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Neil H. Berkow
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Carl Hubert
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Heather Jocelyn Blair
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Candice
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Christopher Wolfe
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Collin
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Julie McCullough
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Jonni Waves
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un huracán que azota Los Angeles se convierte
en una amenaza mayor cuando succiona a unos tiburones que llegan a una inundada
ciudad y provocan el caos. Fin, un campeón de surf y dueño de un bar, viaja
junto a su mejor amigo Baz y una empleada suya, Nova, para encontrar a su hija
Claudia y a su ex mujer April, a fin de ponerlas a salvo de los tiburones.
Crítica: Auténtica barrabasada del tamaño de la
Galaxia de Andrómeda que, consciente de su condición de película de serie Z,
potencia dicha “calidad” a fin de coger lo absurdo e imposible de su premisa y
con ello crear un bodrio 100% impresentable entre Tiburón [Steven Spielberg,
1975] y Twister [Jan De Bont, 1996], donde las pifias y las necedades hacen de
ella un placer culpable (el más que evidente cambio de luz en algunas tomas,
pasando de “despejado y brillantemente soleado” a “totalmente nublado y oscuro”
y vuelta con un corte de cámara; Ziering y Reid, otrora estrellas de Sensación
de Vivir [1990] y American Pie [Chris Weitz, 1999], probando qué deben hacer para ganarse el pan: pasear el palmito sin aportar un dramatismo que tampoco poseen; el encuentro entre Fin y Collin, el novio de su ex mujer: un instante
tenso, visto y repetido hasta la saciedad, pero con un giro de tiburones entre
medias: de carcajearse de lo lindo). Destructiva a nivel auditiva por la banda
sonora de Kousha como por sus niveles de credibilidad, Sharknado se presenta
como una locura que no tiene abuela que pasa de seriedades y sentidos comunes
para irse a la comedia más desenfadada (John Heard, otro que cumple a rajatabla
con su papel de borracho simpático: ¿y este hombre llegó a hacer de padre de
Macaulay Culkin en Solo en Casa [Chris Columbus, 1990]?; los ataques de los
tiburones, luciendo abundante e irrisoria tomatina digital; el final, emulando
parte del final de Hombres de Negro [Barry Sonnenfeld, 1997]: tan demencial que
hasta se permiten el rescatar a quien ya se daba por muerto dos escenas atrás:
de llevarse las manos a la cabeza). Una película que, hecha por y para la risa
salvaje sin complejos, reinventa el cine basura que acaba justificando la vieja
expresión “de tan mala, es buena”. Ni el crack es tan alucinógeno.
La Puntilla: Lo siento, la circunstancia lo exige: ¿¡QUÉ
COÑO DE PUTA PAJA MENTAL SE HIZO ESTE TÍO PARA HACER ESTA MIERDA DE PELI!?.
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