Vista En: Antena 3, sábado 21 de enero de 2006.
Título Original: Sister Act 2: Back in the Habit.
Director: Bill Duke.
Guión: James Orr, Jim Cruickshank y Judi Ann Mason. Género: Comedia.
Música: Miles Goodman. Fotografía: Oliver Wood.
Decorados: Bruce Gibeson. Vestuario: Francine Jamison-Tanchuck.
Productora: Touchstone Pictures. Presupuesto: ±38.000.000 $.
País: USA. Año: 1993. Duración: 107 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Whoopi
Goldberg
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Deloris Van Cartier/Mary Clarence
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Maggie
Smith
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Madre Superiora
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Kathy
Najimy
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Hermana Mary Patrick
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Wendy
Makkena
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Hermana Mary Robert
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Mary
Wickes
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Hermana Mary Lazarus
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Barnard
Hughes
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Padre Maurice
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James
Coburn
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Sr. Crisp
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Michael
Jeter
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Padre Ignatius
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Sheryl Lee
Ralph
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Florence Watson
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Robert
Pastorelli
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Joey Bustamente
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Thomas
Gottschalk
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Padre Wolfgang
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Lauryn
Hill
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Rita Watson
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Convertida en una estrella en Las Vegas,
Deloris Van Cartier es reclamada por sus antiguas compañeras del convento de
Santa Catalina para que las ayude a evitar el cierre del colegio de San
Francis, donde ella estudió de niña. Retomando su personaje de Mary Clarence,
Deloris se convierte en la profesora de unos jóvenes desarraigados con un gran
talento para cantar.
Crítica: Secuela de Sister Act: Una Monja de Cuidado
[Emile Ardolino, 1992] rodada a toda velocidad para aprovechar al rebufo de su
predecesora, en lo que se acaba antojando como un remake no confeso y bastante
indirecto de Rebelión en las Aulas [James Clavell, 1967], cambiando al Sidney
Poitier de aquella por una Whoopi Goldberg que echa balones fuera para sacar
toda su verborrea allá donde se necesite, en una trama en la que no se disimula
unas ínfulas de presentar una hornada de caras jóvenes en busca de oportunidad
para labrarse un nombre (Rita, una chica amante de la música con un enorme
problema en casa respecto al tema; Margaret, tan amante de cantar como de estar
super fashion, a la que da vida una muy atractiva Jennifer Love Hewitt; Kathy
Najimy y Wendy Makkena, repitiendo sus papeles con la misma chispa y ternura de
la otra vez: a pesar de ser secundarias, sin ella faltaría algo). Por desgracia,
la trama acaba siendo tan manida como predecible, y apartado el tema criminal
de su primera parte, el villano de la función va a cargo de un sobreactuado
James Coburn que hace lo que puede con su personaje, y cuya fotografía y banda
sonora son hechos para realzar su vertiente de “cine de y para afroamericanos”
(Mary Clarence y sus alumnos asistiendo a un concurso de coros: demostración,
en sus variadas formas, de lo que ocurre cuando se mezcla la fe con el canto;
el Sr. Crisp, un administrador deseoso del cierre de la escuela para pillar el
dinero y disfrutar de una excelsa jubilación; parte de los escenarios así como
de las ropas de los alumnos, cuyos tonos chillones y muy coloridos no pueden
ser más hortera noventera ni aún deseándolo). Una película que funciona a medio
gas en todo momento, salvable únicamente en la labor de Goldberg y los alumnos,
dándole un cierto aire de simpatía, pero quedándose a muchísima distancia de
todo lo que podría haber dado.
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