Vista En: Youtube, lunes 6 de febrero de 2017.
Título Original: I Married A Witch.
Director: Rene Clair.
Guión: Robert Pirosh y Marc Connelly, con
contribución de Dalton Trumbo, basado en la novela La Bruja Apasionada, de
Thorne Smith y completada por Norman Matson, publicada en 1941. Género: Fantástico.
Música: Roy Webb. Fotografía: Ted Tetzlaff.
Decorados: George Sawley. Vestuario: Edith Head.
Productoras: Rene Clair Productions, Cinema Guild
Productions y Paramount Pictures. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1942. Duración: 77 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Fredric March
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Jonathan Wooley/Wallace Wooley
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Veronica Lake
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Jennifer
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Robert Benchley
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Dr. Dudley White
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Susan Hayward
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Estelle Masterson
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Cecil Kellaway
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Daniel
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Elizabeth Patterson
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Margaret
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Eily Malyon
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Tabitha Wooley
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Robert Warwick
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J.B. Masterson
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Robert Greig
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Pregonero
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Viola Moore
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Martha
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Mary Field
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Nancy Wooley
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Nora Cecil
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Harriet Wooley
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Jennifer y su padre Daniel son quemados por
brujos en el siglo XVII. 270 años después, durante una tormenta, un rayo parte
el árbol donde estaban retenidos. Ambos pretenden seguir lanzando su maldición
sobre los Wooley, responsables de su quema en la hoguera, pero Jennifer se
enamora de Wallace Wooley y adquiere forma humana para acercarse a él.
Crítica: Simpática mezcla entre comedia, romance y
películas fantástica en la que Veronica Lake luce en todo su esplendor al lado
de un neurótico y de lo más divertido Fredric March, cuya química en pantalla
funciona sin perder ni un ápice de encanto y comicidad, y con la que el autor
de Viva la Libertad [1931] y La Llama de Nueva Orleans [1941] firma un trabajo
sencillo que hace del enredo su arma principal para hacer reír (las
aspiraciones matrimoniales de Wallace Wooley con Estelle Masterson,
interrumpidas una y mil veces por toda clase de percances; el prólogo, que
acumula el impagable instante de un vendedor de maíz hinchado con
mantequilla...durante una quema de brujas: más ingenioso imposible; la entrada
de Wooley en un edificio en llamas para rescatar a una mujer, o Veronica Lake
haciendo una entrada en escena de lo más divertida). Contando con un estupendo
y loquísimo Cecil Kellaway como Daniel y con una mezcla muy conseguida de
géneros, Me Casé con una Bruja se deja ver como un largometraje que a pesar de
lo escueto de su duración atesora momentos y secuencias de gran calidad,
notables incluso en las cosas más sencillas (Daniel, muriendo y reviviendo a
voluntad con tal de seguir en su venganza contra la familia Wooley; el
vestuario de Jennifer, que empieza normalillo y alcanza una sofisticación a la
altura de una belleza arrebatadora; Jennifer y Daniel, saliendo del árbol como
simples neblinas vivientes mientras ambos hablan sin ser vistos: simple,
sencillo, perfecto). Interesante también en sus diálogos, como las distintas
referencias de Jennifer y el pasado de su familia, Clair logra, en su recta
final, cambiar las tornas para darle un final tan estupendo como el resto de su
guión. Una película fácil de ver, que deja un más que almibarado sabor de boca,
ideal para pasar un rato mágico.
La Puntilla: “Wallace, espero que te gusten las mujeres
algo mayores que tú. Lo digo porque tengo más años que tu tatarabuela”.
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