Publicado El: Miércoles, 13-Abr-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000488.
Vista En: Tele 5, viernes 1 de febrero de 2002.
Título Original: Tempting Fate.
Director: Peter Werner.
Guión: Gerald Di Pego y Justin DiPego. Género: Ciencia Ficción.
Música: Martin Davich. Fotografía: Neil Roach.
Decorados: Ellen Brill. Vestuario: Debra McGuire.
Productora: Singer White Entertainment. Presupuesto: [Desconocido].
Productora: Singer White Entertainment. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1998. Duración: 96 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Tate Donovan
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Dr. Ben Creed
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Abraham Benrubi
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John Bollandine
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Matt Craven
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Emmett Lach
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Philip Baker Hall
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Dr. Bardwell
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Grace Phillips
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Melody
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Philip Casnoff
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Richard Davis
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Ming-Na Wen
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Ellen Moretti
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John O’Hurley
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Stewart
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Randy Oglesby
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Toby
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Tom Leykis
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Él mismo
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Paul Ben-Victor
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Oficial de Policía #1
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Carter Spohn
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Oficial de Policía #2
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Aún de luto por la pérdida de su esposa
Melody, Ben Reed es un doctor al que un amigo suyo le dice que ha descubierto
una forma de viajar a un universo paralelo al nuestro, donde Melody sigue viva.
Trasladándose con un amigo suyo, John Bollandine, ambos descubren una sociedad
en principio idílica, pero que no tardará en revelarse como un peligro para
todos.
Crítica: El largamente curtido en terrenos televisivos
Peter Werner dirige lo que bien podría ser el guión descartado de un capítulo
de la serie de TV Salto al Infinito [1995], ampliado a modo de formato de
película y con un reparto algo variopinto, sobresaliendo Abraham Benrubi, el
siempre simpático Jerry de la serie Urgencias [1993], y sólidos secundarios
como Philip Baker Hall y la siempre bellísima Ming-Na Wen, a la que se agradece
alejarse de memeces al estilo Street Fighter, La Última Batalla [Steven E. de
Souza, 1994]. Filmada en parámetros perfectamente ajustados a lo que es una
película para TV, el libreto desgrana, con mínima habilidad y solvencia, la
diferencia entre ambos mundos paralelos, en una travesía que en principio
parece idílica pero que no tarda en mostrar su lado menos complaciente (Ben y
John, descubriendo cual es el juego favorito de toda la ciudad; las variadas
alusiones a Elvis Presley, usado de forma indirecta como recurso fantástico; la
detención de John por la razón más incomprensible de todas, iniciando una
subtrama que parece no ir a ninguna parte). Con sus apartados técnicos bastante
limitados en todos y cada uno de sus aspectos, el peso de la trama recae sobre
los hombros de un atribulado Tate Donovan como improbable eje central, así como
el devenir de una historia modesta y escueta, la cual reincide en topicazos una
y mil veces vistos antes (las motivaciones de Ben para viajar entre universos:
¿es que los guionistas de Hollywood han perdido todo atisbo de originalidad,
que siempre recurren a lo mismo?; una historia de amor, metida a la fuerza con
calzador y apretando mucho). Sin más pretensiones que servir de distracción
durante la escasa hora y media que dura, Mundos Paralelos es otro de tantos
títulos que tantean mundos alternativos a lo El Mago de Oz [Victor Fleming,
1939] solo para reivindicar lo de siempre: que como en casa no se está en
ningún sitio.
La Puntilla: Da igual a cuantos mundos alternativos se
viaje: el ser humano siempre se encargará de sacar lo peor de si mismo de un
modo u otro.
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