Vista En: Cines Cinebox (Corvera), domingo 18 de
noviembre de 2007.
Título Original: Michael Clayton.
Director: Tony Gilroy.
Guión: Tony Gilroy. Género: Intriga.
Música: James Newton Howard. Fotografía: Robert Elswit.
Decorados: Paul Cheponis, Christine Mayer, Chuck Potter
y George DeTitta Jr. Vestuario: Sarah Edwards.
Productoras: Samuels Media, Castle Rock Entertainment,
Mirage Enterprises, Section Eight y Clayton Productions. Presupuesto: ±25.000.000 $.
País: USA. Año: 2007. Duración: 119 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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George Clooney
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Michael Clayton
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Tom Wilkinson
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Arthur Edens
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Tilda Swinton
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Karen Crowder
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Sydney Pollack
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Marty Bach
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Michael O’Keefe
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Barry Grissom
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Austin Williams
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Henry Clayton
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Meritt Wever
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Anna
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Denis O’Hare
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Sr. Greer
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Julie White
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Sra. Greer
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David Zayas
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Dalberto
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Terry Serpico
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Iker
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Frank Wood
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Gerald
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Michael Clayton es un abogado que trabaja de
solucionador de problemas para el bufete, encargándose de los casos difíciles
para exonerar a sus clientes, pero todo cambia cuando Arthur Edens, compañero
del trabajo, es encontrado muerto en una aparente muerte natural, poco después
de que le detuvieran y soltaran por un caso en el que estaba trabajando.
Crítica: Guionista de la impresionante Pactar con el
Diablo [Taylor Hackford, 1997] así como de la saga de Jason Bourne, Tony Gilroy
salta a la dirección en una película que juega mucho a devolver la esencia a
los thrillers tal y como se hacía en los años 70, con una puesta en escena
invernal y apagada pero un elenco de actores al que no se le puede poner ningún
pero, en que todo él es realmente un ejemplo de trabajo en equipo (Arthur
Edens, simbolizando de la mejor de las maneras al abogado quemado por su propio
caso que maneja; el inicio, en el que Clayton, solo en mitad del campo, se ve
sorprendido por lo que menos podía imaginar; Sydney Pollack, dando vida al jefe
de Clayton, un papel más que idóneo para quien filmase joyas eternas como
Yakuza [1975]). Lenta, a veces en exceso lenta por lo pausado de su narración,
la elegancia y sobriedad de su ambientación contrastan con el tono maligno del
mismo, en el que las apariencias son de todo menos la verdad, y donde las
decisiones se toman sin siquiera parar para respirar (Karen Crowder, ejemplo
perfecto del corporativismo feroz y más despiadado, una mujer con hielo en las
venas; el seguimiento realizado a Clayton a lo largo de la película por dos
sicarios, sin que éste sepa de su existencia: un eterno suspense de cuando irán
a por él, si es que lo hacen; un policía, recriminando a Clayton la manera en
que tiene a todos engañados para que crean lo que él quiere). Eco no tan lejano
de otros títulos como El Dilema (The Insider) [Michael Mann, 1999], Michael
Clayton es una hábil y macabra exposición del lado más oscuro de la industria y
de cómo resuelven sus problemas al margen de tribunales, dispuestos a todo con
tal de no perder sus grandes fortunas (los anuncios de U-North, hipocresía y
cinismo a más no poder). Aunque su clímax pueda antojarse anticlimático, la
película es de todo menos vacía. Y George Clooney no está bien: está maravilloso.
La Puntilla: ¿Cuantos muertos y escándalos tienen que
ocurrir para que por fin la gente se entere de la clase de manos en las que
estamos?.
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