Publicado El: Miércoles, 15-Jun-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000579.
Vista En: TCM, martes 14 de junio de 2016.
Título Original: My Life without Me.
Directora: Isabel Coixet.
Guión: Isabel Coixet, basado en la novela Simulando
que la Cama es una Canoa, de Nanci Kincaid, publicada en 1997. Género: Drama.
Música: Alfonso de Villalonga. Fotografía: Jean-Claude Larrieu.
Decorados: Shelley Bolton. Vestuario: Katia Stano.
Productoras: El Deseo, Milestone Entertainment, Antena 3
Televisión, Vía Digital, Alliance Atlantis Communications, Province of British
Columbia Film Incentive BC, Canadian Film or Video Production Tax Credit,
Astral Media, Super Écran, Movie Central, Corus, Miss Wasabi, Cavco Worldmark,
The Movie Network y My Life Productions Inc. Presupuesto: ±2.000.000 $.
Países: España y Canadá. Año: 2003. Duración: 106 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Sarah Polley
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Ann
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Amanda Plummer
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Laurie
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Scott Speedman
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Don
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Leonor Watling
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Ann (la vecina)
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Debbie Harry
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Madre de Ann
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Maria de Medeiros
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La peluquera
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Mark Ruffalo
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Lee
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Julian Richings
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Dr. Thompson
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Kenya Jo Kennedy
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Patsy
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Jessica Amlee
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Penny
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Esther García
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Mujer que hace clavos
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Alfred Molina
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Padre de Ann
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Ann es una esposa y madre de dos hijas que
vive en su caravana ante la imposibilidad de tener casa propia. Su sencillo
mundo se derrumba el día que tras una visita al médico descubre tener un cáncer
en fase terminal, por lo que a partir de entonces se decide a disfrutar cada
uno de los días que le quedan, intentando poner todos sus asuntos en orden.
Crítica: Intimista y conmovedor alegato sobre la vida
y sus adversidades en la que la directora de Cosas que Nunca te Dije [1996] y A
los que Aman [1998] aporta toda su sensibilidad y su frescura en una historia
de tintes dramáticos y a veces muy melancólicos, pero que más que ahondar en el
drama de lo que es la enfermedad, busca el optimismo gracias exclusivamente a
Sarah Polley, revelando una asombrosa madurez actoral y desterrando sus inicios
infantiles como en la serie Camino de Avonlea [1990] para hacer de su personaje
toda una fuerza de la naturaleza enfrentada a una realidad de lo más injusta
(sus primeras visitas con Dr. Thompson, un apesadumbrado y a la vez genial
Julian Richings; su inicio, con Ann descalza en la hierba, dejándose empapar
por la lluvia; Ann, conociendo a una vecina llamada igual que ella,
interpretada por una guapísima y de lo más dulce Leonor Watling). Modestísima
en su puesta en escena tanto como en escenarios, todo el peso de su metraje
recae sobre los hombros no solo de Polley, si no también de un reparto por
donde asoman nombres tan curiosos como el Debbie Harry, la otrora bomba sexual
cantante del grupo Blondie a la que parece que los años han pasado factura, y
un Scott Speedman salido de su serie Felicity [1998] que intenta precisamente
poner distancia de su Ben Covington. Un film, crudo y sin depurar, sobre lo
especial del disfrutar los placeres sencillos y de apreciar cada detalle,
expuesto de un modo sin concesiones (Ann, haciendo su lista de cosas que quiere
hacer antes de morir; las grabaciones en cinta de casete que deja para sus
hijas, de una emotividad absoluta; su visita en la cárcel a su padre, un sin
acreditar Alfred Molina). Una película que pone el dedo en llaga acerca de las
oportunidades perdidas (una charla entre madre e hija; los 23 años de Ann,
recordatorio de que no llegará a los 24), del todo desgarradora, del todo
extraordinaria.
La Puntilla: Siempre pensamos que el mundo no puede seguir
sin nosotros. Y por desgracia la vida se encarga de demostrarnos lo contrario.
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