CONOCIMIENTOS PERDIDOS
En un medio hecho por y para la
difusión de conocimientos, al punto de que en muchas películas (series
incluidas) se insertan pasajes que no tienen que ver con su trama principal
pero que sirven para evitar que la historia pierda incluso sus detalles más
pequeños (como, por ejemplo, en un capítulo de CSI Nueva York [2004], donde sin
motivo alguno se explica el porqué del barrio de La Cocina del Infierno recibió
dicho nombre). De ahí que, cuando la situación lo requiere, también se tengan
que poner reivindicativos, como por ejemplo en Ágora [Alejandro Amenábar,
2009], levantando una protesta en firme en contra de la manía que tiene la
humanidad de lobotomizarse periódicamente, en un extraño instinto de
suprimir/erradicar lo que una cierta parte del vulgo rechaza como por miedo a
vivir en una verdad mayor. Un suceso que, como la infame quema de libros
ocurrida en Alemania del 10 de octubre de 1933 (más de 20.000 volúmenes
“anti-alemanes” ardieron en una sola noche), retratado en Indiana Jones y la
Última Cruzada [Steven Spielberg, 1989] como ejemplo de la barbarie humana,
pero que obviamente también tiene su contrapartida, desde la propia saga de
Indiana Jones a La Búsqueda [Jon Turteltaub, 2003] y la Ladrona de Libros
[Brian Percival, 2013], por citar algunas, en donde por encima de todo es el
conocimiento el arma principal y la base para la propia película. Una actitud
aberrante y contra natura que, con el auge de Internet, debe usarse para que
ningún futuro Cuarto, Quinto o Sexto Reich vuelva de nuevo a las andadas y
cercene el cúmulo de saber que desde lo de Alejandría se ha intentado recobrar
(aunque es probable nunca se llegue ni a la décima parte de lo que allí había).
Al igual que otras cosas como la igualdad de sexos o la de razas, el cine es la
lucha por evitar el genocidio cultural. Igual que en The Monuments Men [George
Clooney, 2014]. Pero sin la parte cómica.
Nº De Serie: NC/TCM/00300. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Martes, 8 de noviembre de 2016.
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PD: Dado que el movimiento se demuestra andando, y gracias al estreno
de Doctor Strange (Doctor Extraño) [Scott Derrickson, 2016], qué mejor excusa
para rescatar un conocimiento perdido entre años de antigüedad, aparecido en
Doctor Extraño: Viaje por Seis Dimensiones [1987], un libro-juego donde el
lector/a se convierte en el propio superhéroe, viviendo aventuras por varios
reinos de otros universos, cuyos párrafos vienen numerados en una narración
salteada, pudiendo elegir de uno a otro entre diversas posibilidades y finales
alternativos (como dato extra, en el libro se dan cita cuatro dimensiones al
margen de la Tierra, haciendo un total de cinco, y no seis, en que tal vez la
sexta se trate de la Noche de los Tiempos, a la que se hace referencia en algunos
pasajes como una lejana opción de viaje. Para evitar que estos datos se
pierdan, y dado que no se encuentran en ninguna parte de Internet (así se
corroboró antes de recopilarlo), a continuación se procede a describir dichos
reinos, en una reunión de frases en donde se habla de ellos, juntándolos para
formar un texto coherente, con un cierto sentido narrativo y estético para así
esbozar una idea de como es cada dimensión. Dado que en principio jamás se han
vuelto a citarlas más allá del libro-juego, quedando al margen del cómic y
posiblemente de cualquier adaptación cinematográfica que se haga, tal vez esta
referencia sea la única online que exista de dichas dimensiones. Motivo más que
suficiente para molestarse en escribirlo y de esa forma despertar de su letargo
de oscuridad cibernética algo que, por pequeño que sea, merece la pena sacarlo
a la luz. Aunque solo sea para no formar parte de esos amantes del genocidio
cultural, capaces de, en el nombre de fanatismos ideológicos, religiosos y/o
patrióticos, quemar en una sola noche más de 10.000 libros en una orgía de
ignorancia que nunca debió ocurrir.
Una dimensión intermedia entre
la Tierra y Landark. Los habitantes de este lugar viven en extrañas bandas en
forma de espiral (bandas con extensión de miles de kilómetros) que se retuercen
en el vacío como moléculas de ADN. Las leyes de la física tienen aquí una
extraña aplicación. Unas esferas grandes como ciudades flotan a la deriva
irradiando calor y luces de colores, mientras el cielo va cambiando de color
mientras transcurre el día. Pero las bandas, tras la larga guerra entre Landark
y Los Doce Señoríos, ahora están rotas en pedazos, en negros y dentados
fragmentos. En otra parte, las Colinas de Anvil es una extraña zona de mesetas
con forma de yunque, de extensas cimas y bases estrechas.
Caravanda
Un eslabón intermedio entre la
Tierra y Los Doce Señoríos. La difusa luz y los extraños pliegues de terreno
son un distintivo de esta dimensión, donde hay un gran risco circular rodeado
por todas partes de desierto, y una profunda hondonada lo bastante grande como
para albergar el Taj Mahal. El paisaje está iluminado por una luz plateada que
no parece provenir de ninguna parte, una incandescencia suave y difusa como
proveniente de muchas lunas, o el aura de una brillante luna. La tierra es como
una sábana arrugada que separa el reino de la superficie de las mortales
radiaciones del interior. El terreno, desigual, se eleva y cae formando ángulos
asombrosos y enormes lenguas de tierra que se elevan como cientos de kilómetros
en el horizonte, mientras una fuerza parecida a la gravedad te ata a la tierra.
Las grietas que se van extendiendo por el terreno, que emiten un resplandor
rojo, han convertido un paisaje idílico en inhabitable debido a la radiación.
Su existencia está ligada a su
guerra eterna contra Lándark, la Dimensión de la Oscuridad. En ella flotan en
el aire unos enormes y sombríos globos verdes de agua que fluyen con fuerza,
como si fuesen muchos planetas cubiertos de mares con apenas rastros de tierra,
en cada uno de los ellos se asientan unas pequeñas parcelas de tierra que
albergan al pueblo gobernado por el tirano Kallesh Ghann. Las aeronaves son
grandes góndolas suspendidas de enormes bolsas de aire, mientras los océanos
son enormes globos de agua que surcan el vacío, con la luz de los distantes
soles dibujando en ellos verdes reflejos.
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