FAMA A DOS VELOCIDADES
El estreno de El Indomable Will
Hunting [Gus Van Sant, 1997] supuso para sus dos jóvenes protagonistas que
medio mundo se fijase en ellos, adquiriendo un gran prestigio, y también una
duda de qué harían a continuación. Y se puede decir a ciencia cierta que tanto
Matt Damon como Ben Affleck simbolizan los dos lados de la fama, o más
exactamente las dos velocidades de la fama. Por un lado, Matt Damon decidió
forjar una carrera a fuego lento, empezando en papeles secundarios para ir
cobrando protagonismo y encarar películas como protagonista absoluto,
solidificando sus raíces como actor de modo que con el tiempo se convirtiese en
uno de los más reputados actores de su generación. Pero Ben Affleck, en cambio,
optó por la fama a toda velocidad, por vérselas de galán de cine en películas
taquilleras y superproducciones para ganarse a las féminas y hacer de su cara
bonita el único recurso con el que triunfar. No deja de tener su gracia que
ambos obtuvieron lo que buscaban, más o menos: Matt Damon saltó del anonimato
para ser uno de los más reconocidos actores, capaz incluso de tener algún
fracaso sin que eso repercuta en su fama; y Ben Affleck fue un galán cuya fama
se le atragantó, acumulando rápidos fracasos que hundieron su prometedora
carrera como galán para, con el tiempo, hacer de ave fénix y renacer de sus
cenizas como un actor de carácter, además de un reputado director cuyo ojo para
sus propias películas es aún mejor que sus papeles como actor maduro. Y es
que en Hollywood, como en la vida en si,
la fama (o el éxito, que ambas cosas no son lo mismo aunque lo parezcan) tiene
dos caminos: el Damon (“lento pero seguro”), y el Affleck (“lo quiero todo ya y
ahora”). Dos formas de comprender el triunfo cuya única diferencia estriba,
precisamente, en las secuelas de fracasar. Porque la fama a paso lento posee el don de tener unos sólidos cimientos. La otra solo aparenta tenerlos.
Nº De Serie: NC/TCM/00204. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Jueves, 6 de octubre de 2016.
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