GERÓNIMO (LA VIDA ES)
Decía un alocado Jerry Fletcher
en Conspiración [Richard Donner, 1997] que el amor te da alas al punto de
saltar del Empire State gritando “Gerónimo”, todo el trayecto hasta el suelo. Y
veinte años después, películas como Sing Street [John Carney, 2016] no hacen si
no confirmar que Jerry estaba en lo cierto. Porque Conor, al que da vida un
impecable Ferdia Walsh-Peelo, vive sumido en una vida gris y sin futuro hasta
que, en un intento de impresionar a una chica, le dice una mentira. Mentira que
acaba convirtiéndose en realidad al poco tiempo, realidad que termina por
afectarle a él mismo, cambiándole para tomar una decisión que en otras
circunstancias jamás hubiera tomado (a mayor orgullo de su hermano Brendan que
no fue capaz de hacer lo mismo). Y es que entre sus múltiples mensajes,
directos o subliminales, el cine intenta hacerle ver a los espectadores que la
vida es Gerónimo, que no es anclarse en el pasado y conformarse, si no
arriesgarse so pena de hacer el ridículo o de fracasar de un modo estrepitoso (y,
sobre este tema, largometrajes los hay a mansalva, desde Eddie el Águila
[Dexter Fletcher, 2016] y El Indomable Will Hunting [Gus Van Sant, 1997] hasta
Elegidos para el Triunfo [Jon Turteltaub, 1993] y JFK. Caso Abierto [Oliver
Stone, 1991], etc.). Pero, en una sociedad dominada por el que dirán, es triste
(y a la vez paradójico) que por encima del miedo a morir, lo que existe es el
miedo a vivir. El miedo a tener el valor de hacer lo que uno desea, a la
felicidad como estado de ser, y a no dejarse llevar por desalentadores. Michael
Edwards fue a las Olimpiadas. Will Hunting a por su chica. Derice, Sanka,
Junior y Yul a cambiar la historia de Jamaica. Y Jim Garrison, a cambiar la
historia del siglo XX. Cuatro buenos ejemplos de lo que pasa cuando los límites
no cuentan. Cuando están para desintegrarlos por completo. Porque la vida es
Gerónimo. Y las medias tintas no valen.
Nº De Serie: NC/TCM/00201. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Lunes, 3 de octubre de 2016.
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